Snips & Skyguy [Anisoka] (En Edición)

Hola, Sabionda

La togruta se abalanzó contra los jedi, los truenos resonaban y los sables de luz chocaban.

Tanto Anakin como Obi Wan (sobre todo Anakin) trataban de defender de sin hacerle daño a Ahsoka.
Lo cual le facilitó mucho las cosas a ella.

Disfrutaba del momento, disfrutaba pelear con los jedi, y ganar.
Un extraño placer inundaba su ser, de tan sólo imaginar a Anakin y a Obi Wan rendidos a sus pies.

Pero algo obstruía sus pensamientos.
Se dio cuenta de la mirada suplicante y horrorizada de Anakin... Sintió... Una especie de punzada en su corazón.

No sólo esta combatiendo con su maestro, sino también con el amor de su vida.
A pesar de ello, la oscuridad, la ira y el odio cada vez más se apoderaban de la togruta.

El Hijo observaba gustoso desde el monasterio; pero la Hija no permitiría que siguiera con esta locura.
Y con toda sus fuerzas se enfrentó a su hermano.
Lanzando y esquivando poderes de la fuerza uno contra el otro.

Mientras tanto, la pelea con Ahsoka cada vez se hacía más reñida, dando contundentes estocadas con su sable de luz esmeralda.
Siendo apartada con la fuerza por su maestro, dejando así un rastro del calor de su sable de luz en el suelo.

-¿Alguna sugerencia? -preguntó Anakin reusándose a perder la esperanza-.

-Si, hay que liberarla -le respondió Obi Wan tomando la empuñadura de la daga que previamente le había dado la hija-.

-¿Qué es eso? -preguntó Anakin al ver el objeto-.

-Puede matar al hijo.

-Aahhh... ¿De dónde sacaste eso?... Ya dámela.

Dijo Ahsoka al ver que Obi Wan tenía el objeto, pero su voz sonaba distorsionada.
Cosa que horrorisó más a Anakin.

Pero la pelea fue interrumpida por el Hijo y la Hija siendo lanzados por el Padre desde el monasterio.

El Hijo al levantarse y ver a su padre lo atacó lanzando rayos de la fuerza color carmesí.

La Hija miraba horrorizada, Anakin y Obi Wan miraban atónitos y Ahsoka miraba con una sonrisa.

-¡Anakin, ahora! -gritó Obi Wan lanzando la daga a su aprendiz con la esperanza de acabar con esta pesadilla-.

Pero antes de siquiera poder tomarla, Ahsoka se le adelantó, dando un salto en medio de ambos.
Aterrizando en frente del Hijo.

No sin antes voltear a mirar a Anakin, con una mirada vencedora y una sonrisa retorcida.

-Todo se ha ido desenvolviendo justo como yo lo planeé -decía el Hijo orgulloso de su plan-.

-¿Les mostraste el altar? -preguntó el Padre a su hija-.

-Lo siento padre, no sabía como detenerlo -le respondió la Hija-.

-Dame la daga, niña -le ordenó a Ahsoka-.

Ella voltearía a ver a Anakin una vez más, pero en su mirada ya no reflejaba ese odio... Lo miró, como si tratara, desde lo más profundo de su ser, decirle <<Por favor perdóname>>.

Apretó la daga en su mano, y finalmente la colocó en la palma del Hijo.

-Gracias, ya no te necesitaré más -dijo maniobrando la daga, para luego poner si dedo en la frente de Ahsoka-.

Instantáneamente... Ella cayó al suelo, dejando resbalar su sable de luz por su mano.

-¡NO! -gritó Anakin dejando salir toda su ira-.

Sin embargo, no fue suficiente, ya que el Hijo lo mandó a volar con la fuerza.

-Los jedi me trajeron la daga padre... Y tú llegaste solo... Ahora tendrás que ¡Morir!

El Hijo tomó la daga con ambas manos, y dejando que su odio lo guiara dirigió la daga al cuerpo anciano de su padre.

Pero en su lugar, la Hija se interpondría, recibiendo el impacto de la daga en lugar de su padre.
Cayendo sin vida a los brazos de su padre.

-¡¿Por qué!? -gritó dando un salto para luego desaparecer en el aire-.

Inmediatamente Anakin corrió a donde se encontraba Ahsoka.
Desesperado y con las lágrimas corriendo por sus mejillas volteó a Ahsoka.

Sin embargo, su piel aún conservaba aquellas horribles marcas y tonos oscuros... Sus alguna vez hermosos ojos azules fueron opacados por un color amarillento... huecos.... Y sin vida.

Mientras el Padre miraba horrorizado como su hija agonizaba en sus brazos, a la par de que todo a su alrededor comenzaba a morir.

-Hija mía, ¿qué he hecho?... No... El equilibrio se ha roto... Creí que trayendote aquí... Pero lo destruí todo.

-¿Puedes ayudarla? -preguntó Anakin reusándose a perder al amor de su vida-.

-Ya no hay luz... La maldad se liberó, y el lado oscuro la consumirá.

-¡Debes ayudarla!

-No puedo deshacer el daño... No hay esperanza.

-¡Si la hay, siempre hay esperanza!

Anakin estaba destrozado, al igual que el padre.
Pero en su agonía, la hija señaló a Ahsoka. Dando a entender su objetivo.

Tanto el Padre como Anakin lo entendieron, el más viejo se levantó y se posicionó en medio se ambas.
Al igual que Anakin, se arrodilló dispuesto a usar el poder de la fuerza.

-Que el último acto de mi hija, sea respirar vida en tu "amiga".

Anakin puso un dedo en la frente de la Hija, emitiendo un leve brillo, para después poner otro en la frente de Ahsoka.
Al instante, ambas féminas comenzaron a levitar.

Y un intenso brillo las rodearía, y al poco tiempo ambas volvieron al suelo.
Anakin miró a Ahsoka una vez más.

A pesar de haber recuperado el tono normal de su piel, sus ojos aún seguían opacados.

Anakin miró al suelo cabizbajo, pero una fuerte tos lo sorprendió.
Volteó instantáneamente y vio como Ahsoka se levantaba.

Rápidamente se acercó y la abrazó con todas sus fuerzas.

-Hola, Sabionda -le dijo con la sonrisa y voz más tierna que haya podido hacer-.

-¿Qué ocurrió? -preguntó correspondiendo el gesto-.

-No mucho en realidad -dijo Skywalker con alivio- Me alegra verte.

Ambos sonrieron de lado y se pusieron de pie, y Obi Wan le ofreció su sable de luz.

-Con forme se desmorone el balance en este mundo, la guerra empeorará en su galaxia.
Mi hijo descendió al lado oscuro, y los sith obtendrán fuerza.

-Detendremos a su hijo -le dijo Anakin-.

-No... Deben irse ahora.

-¿Qué pasará con usted? -le preguntó Obi Wan-.

-Me lamentaré por lo que hice, y por todo lo que pasará.

Y sin más los jedi comenzaron a caminar, mientras el Padre miraba el cuerpo de su hija.

En eso, Anakin y Ahsoka se voltearon a ver, sus ojos expresaban la felicidad que les provocaba verse.
Diciéndose  mutuamente con la mirada un <<Te amo>>

Continuará...