XIII. Masquerade

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Sus manos le rodeaban, los recuerdos lo envolvieron, se perdieron poco a poco junto a la música hasta llegar a ese silencio. Una mala broma de sus amigos tornándose en un evento descomunal.

Estaba feliz...

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Tres días antes del supuesto festival, dentro del club de baile; el profesor indicaba las piezas a interpretar y las posibles parejas, pero nadie lucía realmente entusiasmado. No es que no quisieran hacerlo, es que todo sonaba en extremo "muy normal". 

Sí, querían bailar, pero no algo que se hubiese hecho en años anteriores. Se trataba de una clase muy talentosa, de no ser porque Izuku y Bakugou de verdad eran muy buenos en ello, los lugares del top cinco estarían en constante cambio.

El profesor, ante la notoria apatía nada disimulada de su cuerpo estudiantil, tomó la decisión de someter a votación el tema del baile y, por supuesto, dejaría que los chicos decidiesen qué clase de actividad les gustaría realizar en conjunto. Más nunca sospechó que en lugar de valientes angelitos, su clase estaba llena de depravados enmascarados, pues las propuestas iban desde un montaje del cascanueces con muerte de personajes hasta una representación fiel de un burdel sólo para mujeres.

Por tanto, tuvo que recurrir a la mejor opción descrita en aquel pizarrón pintarrajeado con dibujos un tanto vergonzosos de ver.

—Masquerade—mostró una pisca de agrado por la idea surcándole la cabeza—. Eso será.

—Profesor deje de mirarnos así...—murmuró uno de tantos tras varios minutos de silencio macabro en los que el líder de esa banda de locos disimulaba de mala forma sus perversas intenciones al seleccionar el tema para el festival.

—Utilizarán máscaras del club de teatro, será mejor que vayan por la suya antes de—sonrió satisfecho, el salón ya estaba vacío—, eso fue rápido—dio media vuelta dispuesto a dormir en algún rincón olvidado suplicando nadie osara molestarlo con más actividades de club.

—¿Profesor...?

La voz del único alumno que no salió corriendo a acaparar máscaras como desquiciado, Izuku, sonó bajo, de no ser sólo ellos dos, nunca lo hubiese escuchado. Ojalá así hubiese sido.

—¿Izuku? ¿Tu no te unirás a la batalla campal por una máscara?

El chico pensó su respuesta, era cierto que necesitaba una máscara y que de demorar más tiempo en ir a conseguirla, sólo alcanzaría aquellas que nadie más quiso.

—Después, ahora hay algo que me gustaría saber que usted no nos dijo, es algo poco esperado viniendo de alguien que suele ser muy directo con sus instrucciones.

—Ya. Te refieres a la selección de parejas. Bien, no lo dije a propósito.

—Si. ¿C-Cómo se hará?

—¿Recuerdas los ensayos de hace un mes?—jugó un poco con las expresiones del chico que le observaba perplejo—. Eso pensé. Adiós.

El profesor desapareció de la vista de Izuku. El pobre muchacho se llevó la mano al corazón, su rápido latir le ayudó a recordar cómo se respiraba. Si hacía memoria lo suficiente, aquel día de ensayos infernales se volvieron tangibles cual imagen recientemente vivida.

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El club de teatro. 

Se reportaron cero víctimas, cuatro bajas, dos cajas destruidas, todas las máscaras y antifaces fueron secuestradas sin tregua hasta el próximo festival. Fueron víctimas de una avalancha humana compuesta por los integrantes del club de baile.

Roommates [KatsuDeku]Where stories live. Discover now