#7

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-Al parecer los exámenes parciales del primer año han terminado, me fije y tu vecino quedo en el primer lugar con una diferencia enorme del resto y eso que no había venido en un mes.- decía Taehyung mientras se apoyaba sobre el pupitre del castaño.

Hoseok se tensó, todo había sido su culpa sobre la inasistencia del menor, Jimin le había mentido a su mamá que había caído. Tuvo que faltar un mes por costillas rotas y un pequeño sangrado interno.

No quería, pero se empezaba a preocupar por Jimin, le molestaba cada vez más cuando el tal "Y" le regalaba dulces, hasta llego a ir al salón del menor para preguntar si alguien sabía quién era, sin en cambio, nadie lo sabía. Comenzaba a frustrarse.

[...]

Jimin estaba con la mirada perdida en algún punto del patio trasero, unos chicos acababan de golpearlo por haberlos dejado en ridículo en los exámenes parciales. Todos sus útiles se encontraban destrozados y esparcidos por todo el lugar.

Su cuerpo dolía, más no lloraba. Veía como una parvada sobre volaba en el nublado y nítido cielo que se encontraba tan miserable cómo él.

—Ya... Me estoy cansado —soltó, estiró su mano en un intento de poder tocar más allá de lo que su vista le permitiera visualizar. —De que sirve ser bueno si de todas formas eres una mierda. —dejó caer su brazo rendido.

— ¡Jimin! —escuchó un grito, pero no le importo en realidad, sólo seguía en aquella posición deplorable. — ¡Oh dios!

Yoongi corrió para tomar en brazos al menor que se encontraba sin ninguna expresión. El rubio le había estado buscando para poder felicitarlo por haber quedado en el primer puesto, pero desde la ventana del tercer piso pudo ver la golpiza que le propinaron. Se sentía de lo peor al llegar tarde para poder protegerlo.

-Yoonie hyung... ¿Merezco vivir?- preguntó ido el pequeño pelinegro.

-¿Qué?- Yoongi se separó del menor para verle con total incredulidad, mordió su labio inferior al ver que la linda piel canela de Jimin yacía con hematomas por todos lados y que sus tiernos ojos se encontraban apagados.- ¿Por qué preguntas tal cosa?

- Fácil, todos dicen que doy asco... Si muero, a nadie le importaría.- se dejó caer en el fornido pecho del mayor al mareo provocado por los golpes.

- Por favor no vuelvas a decir eso - el rubio lo abrazó aún más cerca, pero con cuidado de no lastimarlo más.- Alguien tan maravilloso como tú, tan tierno y perfecto no tiene por qué tener aquellos pensamientos - apretó los ojos al sentir las lágrimas cerca. —Y-yo no sé q-que haría si ya no t-te viera. Sin poder v-ver aquella dulce s-sonrisa.

Jimin sentía las lágrimas caer por sus enrojecidas mejillas, tomó con fuerza la camisa de su mayor y levantó su rostro mostrando una enorme sonrisa. El rubio se lamentaba al ver semejante ángel situado en sus brazos llorando, jamás en su corta vida pensó en odiar tanto a las personas, siendo él filántropo. Sin embargo, odiaba con cada célula de su cuerpo al imbécil de Hoseok, porque si no fuese por él, Jimin no estaría tan destrozado.

El pelinegro tristemente no podía evitar que la imagen de la persona que tanto amaba apareciese, comenzaba a sentir miedo y desprecio por el castaño, sin embargo, los sentimientos de amor prevalecían y comenzaba a odiarse por ello. De poco iba abriendo los ojos ante la realidad que le rodeaba, tan lastimera y patética.

[...]

Hoseok había observado desde una de las ventanas que daban al patio trasero la escena de los chicos golpeando a su novio, no pudo evitar jadear de impotencia a tal grado de que el sudor recorriese su frente. Corrió lo más rápido en busca de su novio, había escuchado como aquellos chicos se regocijaban al haber dejado tendido al menor, no se había dado cuenta de sus acciones hasta cuando vio a esos chicos en el suelo llorando y él con los nudillos sangrando. Los había golpeado, por Jimin.

¿Qué se siente estar en mi lugar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora