Final - Las mejores canciones son las de corazones rotos.

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Las cosas buenas pasan rápido, demasiado. Y después te preguntas a ti mismo, ¿Por qué no lo disfrute más?

Si tan sólo le hubiera dicho a Dean que lo quería... Antes...

Tal vez nos hubiésemos saltado la parte de Grace, la parte de Jake... Y habríamos estado mucho más tiempo juntos.

Si tan sólo... Si tan sólo Dean hubiese sabido antes, o si yo lo hubiera sabido antes...

-Aún no lo quiero creer. -dije mirando a la nada.

-Ni yo. Él muy idiota es mi mejor amigo, y el novio de mi mejor amiga. -espeto Constance.

Mi vista se volvió borrosa, y lo único que podía ver era a él. A su cabello rubio, sus ojos azules, su risa, su cara de enojado...

-Hey -Constance llamó mi atención-, todo va a estar bien.

Me dio una sonrisa de confianza. Y la verdad me dieron ganas de gritarle y decirle que cómo iba a estar bien.

Dean se iba. Era el final.

-No. -apenas digo-. No lo entiendes - mi voz se volvió un hilo, y mis ojos se cristalizaron.

Constance me tomó por los hombros, haciéndome mirarla.

De pronto, sólo me abrazó.

Cerré los ojos fuertemente, y una lágrima se me cayó.

-Te gusta -dijo Constance riendo -, por eso quieres que te perdone.

-No me gusta -contesté enojada -, solamente no quiero que se moleste conmigo, los tres me caían bien.

Otra lágrima cayó, junto a un pequeño sollozo.

-No quiero que se vaya -dije con voz nasal.

-Tranquila. -me apego aún más a ella.

Estuvimos un rato en silencio, así, abrazadas.

Constance me soltó, y limpió una lágrima que seguía intacta en mi mejilla.

-Tenemos que irnos -habló Constance.

Me limpié bien la cara, y ambas nos fuimos de su habitación.

Bajamos al linving, cuando tocan la puerta.

Ambas nos acercamos, y Constance abre la puerta.

Jace está ahí, con una cálida sonrisa.

-Vámonos. -habla.

Nuevamente él sería nuestro chofer.

(...)

Ya todos estábamos al frente de la casa de Dean. Oliver, West, Jace, Rossie, Constance y yo.

Oliver se acercó a la puerta, y tocó el timbre.

Un minuto después, el papá de Dean nos abrió.

-Chicos... ¿Qué hacen aquí? -frunció el ceño.

-Queremos pasar la última tarde con nuestro mejor amigo, señor. -habló firmemente Oliver.

-Está empacando...

-Se van mañana en a las seis, no tardará tanto en empacar sus cosas. - lo interrumpió Constance.

El señor Wedlick... O mi suegro, suspiró frustrado, y se volteó.

-¡Dean! -llamó.

Un minuto después, apareció Dean, con una cara de tristeza sin disimulo.

Pero al vernos, se sorprendió.

Kiara.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora