eleven

2.1K 335 10
                                    

Era de noche. Le dije a papá que saldría un rato a caminar para despejar mi mente. Caminé por las calles oscuras mientras me repetía una y otra vez la basura que yo era. Ellos tenían razón, ellos siempre tuvieron la razón. Yo doy asco y no merezco estar vivo.

Solo no quiero respirar más.

Me enteré que mi hermana también estuvo sufriendo lo mismo que yo y su "accidente" en realidad no lo fue.

¿Acaso esta es nuestra maldición? ¿Acaso solo nacimos para darles diversión a otras personas? Me odio más a mi mismo por no saber por lo que mi pequeña hermana estaba pasando. Era mi culpa, todo era mi culpa.

No escuchaba nada más. No quería escuchar nada más. Solo crucé una calle y unas luces cegando mi vista, haciéndome pensar que todo terminaría, se acercaban lentamente. Pensé que dolería, pensé que me golpearía. Mi plan había fallado; alguien me había salvado. Alguien me había regresado al mismo infierno.

Solté en llanto.

Ni siquiera sé quién era aquella persona. Comencé a balbucear cosas horribles sobre mi. Unos brazos me acogieron con un calor cálido, reconfortante.

Un abrazo muy cálido que necesitaba hacía ya un tiempo. Solo eso, solo necesitaba eso y alguien lo había hecho por primera vez.

Esa persona me tenía entre sus brazos mientras intentaba calmarme, repitiendo una y otra vez que todo estaba bien, que todo iba a estar bien, que nada de esto era mi culpa, que no debía de sufrir así.

Dijo que yo merecía vivir.

—La Vie.

LOSER ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora