NamJoonie Omegaverse

▶04◀

A la mañana siguiente NamJoon abrió con dificultad sus ojos pues sus párpados se cerraban producto del sueño, abrazó con más ímpetu la almohada de la cama de su Hyung.

Mientras que con una mano refregaba sus ojos recordó la pésima noche que había tenido.

Flash Back

—Okey, Buenas noches Jungkookie— el moreno dejó caer su peso en su suave almohada, mientras lentamente  sus ojos se cerraban producto del sueño, y poco a poco se quedó dormido sin notar que Jeon lo observó todo el tiempo.

Después de unas horas de sueño el moreno despertó por segunda vez un poco sobresaltado, con su respiración agitada y una ligera capa de sudor en su frente, además de el dolor en su vientre bajo.

Se dirigió a la cama de su Hyung más cercano puesto que los malestares se intensifican y a pesar de haberlo querido pasar por alto cada vez resultaba más difícil volver a dormir.

—Hyung— movió un poco el cuerpo de el pelinaranja mientras lo llamaba —Despierte Hyung—.

—¿Mng?— J-Hope hiso un sonido gerutal —¿NamJoon?¿Qué pasa?— preguntó medio dormido.

—M-me siento mal de nuevo— dijo el moreno.

—¿Mal? ¿Qué sientes?— preguntó con voz amable en en demasía, algo casi maternal.

—C-calor y m-me duele el vientre— habló mientras un color carmín recorría sus mejillas y volteaba su mirada con vergüenza.

—Pero si te di un supresor que debe durar al menos 24 horas— dijo confundido el mayor —no importa te daré otro— le resto importancia al asunto y mientras sacaba una píldora de la pequeña caja negra que nunca guardo gracias a los acontecimientos preguntó —¿Hace cuánto que despertaste?— El mayor le tendió la píldora.

—La verdad es la segunda vez que despierto— dijo el otro avergonzado.

—¿Por qué no me hablaste? Pudo ser peligroso— replicó el mayor a la par de que le tendía un vaso con agua y tocaba la frente del moreno notando así su elevada temperatura —Creo que mañana iremos al doctor— murmuró.

—¿Eh?— preguntó el moreno pues no había logrado escuchar del todo a su mayor, solo las palabras "creo" e "iremos" fue lo que su oído alcanzó a persibir.

—Nada— habló el de sonrisa corazón.

—Hyung— llamó el recién presentado.

—Dime Nam—

—P-puedo dormir c-con usted— pidió con sus mofles completamente bañados en rojo, sí, no carmín, rojo. Algo que sorprendió al mayor pues jamás había visto a su líder sonrojarse con aquella intensidad.

—Claro Namie, no tienes que pedirlo— acarició su cabello mientras lo revolvía.

El morocho tomo su almohada y se acurrucó en la mullida cama de el otro, el aroma melón y vainilla de su Hyung eran muy relajantes, o quizá el hecho de que su madre también oliera a la fragancia de aquella fruta, por lo cual se acercó un poco más al cuerpo de su mayor, sin llegar a tocarse pues su piel aún estaba sensible.