Capítulo 12 - Finalizando

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Me quedo sin hablar por un momento, ni siquiera le doy importancia al hecho de la marca roja que Mark me ha dejado en mi cuello, suelto mi teléfono y de forma nerviosa miento.

—No funciona la cámara —digo —¿Podrías encender tu teléfono?

—Ojalá lo tuviera —responde él, rodeando la mirada mientras yo meto la mano en mi bolso y se lo entrego —Dame un momento.

—De acuerdo —respondo muy, muy nervioso. Mark enciende su móvil y de inmediato entrecierra la mirada.

—Tengo... tengo muchas llamadas perdidas de uno de mis hermanos.

—Mark... yo...

—¿Por qué Jersey me ha enviado tantos mensajes?

—Mark, sucede que... —Trato de decirle antes de que lo descubre, pero no alcanzo. Él es más rápido que yo.

—Jer... Jersey dice que... que atacaron la escuela —Mark habla con una voz entrecortada.

—¿Tus hermanos están bien?

—¡¿Cómo voy a saberlo?! —Grita él —¿No te das cuenta que he estado todo el día aquí contigo?

—Mark...

—Lo peor de todo es que sabías esto, no funciona la cámara ¡Mentira! Querías que encendiera mi teléfono para ver si tenía mensajes ¿No?

—Mark, déjame hablar ¿Okay? Necesitamos...

—Habla en otro momento —me interrumpe él mientras se levanta—Debo regresar a la ciudad.

—Espérame —le digo—Déjame ir contigo.

—Mirko yo... en serio lamento que esto esté terminando así ¿De acuerdo? —Agrega él de forma cabreada —Sé que hoy es un día importante para ti, donde debes alejarte de todo y... y... no puedo con esto. Debo regresar.

—Y yo debo acompañarte ¿Bien? Si no te hubiera dicho que apagaras el móvil...

—Luego hablamos de eso —Mark da media vuelta y comienza a marcarle al móvil de sus hermanos, llegamos hasta el paradero de autobuses, pero aún allí nadie le responde —¡¿Cómo es que nadie me responde?! —Grita él nervioso —Mi hermano está todo el maldito día jugando con su mierda, y hoy es como si la hubiera dejado de lado; ¿Sabes qué significa eso? ¿Te das cuenta que nunca deja su teléfono de lado?

—No significa nada, ¿Bien? No pienses cosas. Imaginar situaciones es muchas veces peor que ver la realidad.

—No voy a calmarme hasta que regresemos —dice Mark mientras su labio inferior tiembla. Pasan por suerte unos cinco minutos y aparece un autobús que va hacia nuestra ciudad.

Esta vez hay más personas en los asientos, al comienzo hay una señora que yo diría de unos 36 años y a su lado supongo que está su hijo de 11 o 12 años. Más atrás hay una abuela, también con un niño pequeño pero seguramente este es de 5 o 6 años. Le siguen otras personas a las que no les entrego mucha atención. Con Mark tomamos asiento al final del bus.

Él maldice cuando la señal se va en la carretera y sus intentos por llamar son inútiles.

—Lo... lamento mucho Mark —susurro —Me siento mal porque en parte todo esto es mi culpa.

—Tu no organizaste esto con los animales Mirko, sí eres culpable de que no lo hubiera sabido antes ya que me hiciste apagar el móvil, pero... pero eso no es nada; no... no te sientas mal.

—De todos modos, quiero que sepas que lo lamento —Mark me escucha y solo asiente.

El resto del viaje se hace en completo silencio. Una vez que vamos llegando a la ciudad, la señal del móvil regresa pero nuevamente a Mark no le responden el teléfono. Le envío mensajes a Jersey para preguntarle si él sabe algo de los hermanos de Mark, incluso le escribo a Leyla, pero ninguno de ellos tiene idea alguna de los chicos.

Sobre La Motocicleta; Sin MiedosTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon