Desde aquella vez en que Niall y yo habíamos peleado contra los monos, noté en mí una especie de frenesí que comenzaba cuando yo empezaba a matar.
Era como si de mi mente borraran todo el proceso, o si tuviera una venda en los ojos y en los oídos también y no me diera cuenta de lo que sucedía. Y todo pasaba tan… rápido.
Veía a la gente luchando a mí alrededor. Veía a los Refugiados lanzar flechas, disparar armas, pelear cuerpo a cuerpo. Veía a los traidores completamente desprevenidos, tratando de contrarrestar nuestro ataque con la primera arma que encontraban. Veía a los marcados que no sabían nada como entraban en pánico y no sabían qué hacer. Veía a la gente correr de un lado a otro. Veía mis propias manos lanzar flechas a cualquier traidor que veía cerca de mí.
Pero no lo razonaba. Estaba en trance.
Tenía muchísimas ganas de acabar con cada persona que se interpusiera en mi camino mientras yo me abría paso entre las personas.
De algo estaba segura: estaba hambrienta de sangre y venganza.
En cuanto veía algún traidor correr hacia mí, veía el escenario a nuestro alrededor como si fuera el Refugio, y a mi hermana a un lado de nosotros gritando desesperada por un poco de aire puro.
Quería hacer pagar a cada uno de esos malditos por la muerte de mi hermana, por la opresión de los marcados, por la traición a nuestra raza. Por todo.
Pero algo me tenía realmente desconcertada… No había visto a Cameron en todo el tiempo que llevábamos luchando aquí. ¿Dónde estaría ese canalla? En el momento en el que lo viera, me aseguraría de retorcer su pescuezo hasta que me rogara porque lo matara.
De repente, sentí que alguien me tiró al piso y más que rápido me alejé de ese alguien para no darle la oportunidad de que pudiera apuñalarme. Levanté la mirada y me crucé con un par de ojos azules oscuros.
― Vaya, arnesita. ¡Cuánto has cambiado! ―Dijo ella con una sonrisa maliciosa.
― Leah. ―Musité.
― Unos meses fuera y te haces tan… bestia. ―Dijo con una risa.
Ella sabía.
― ¿Quién me hizo esto? ―Exigí.
― ¿Hacerte qué?
― No hagas como que no sabes. ―Dije con la voz llena de coraje. ― ¿Quién alteró mi ADN?
― No sé de qué hablas. ―Dijo con esa sonrisa otra vez.
Perdí los estribos y me fui contra ella, tirándola en el piso. La fuerza de la caída hizo que perdiera mi arco y ella el cuchillo que tenía en la mano.
Rápidamente me posicioné encima de ella, sus brazos intentaban golpearme pero mis manos la tenían bien tomada por las muñecas contrarrestando su fuerza.
― ¡Bájate de mí, niña estúpida! ―Gritó con fuerza.
― ¡Dime dónde está Cameron!
Ella no dijo nada, entonces de alguna manera sus piernas se entrelazaron con las mías y ella pudo girar, tendiéndome debajo de ella. Antes de que pusiera la resistencia necesaria, sentí su rodilla caer con fuerza justo debajo de mi costilla derecha. El golpe me sofocó, sacando todo mi aire y dejándome vulnerable. Ella aprovechó eso para darme un buen golpe en la mejilla.
― ¿Qué creías, niñita? ¿Qué después de todo ibas a salirte con la tuya? ¿De verdad piensas que algún día van a recuperar este planeta? ¡Eres una estúpida!
― ¿Por qué me odias tanto? ―Dejé salir.
― ¡Porque eres una sangre pura, maldita sea! ¡No sabes el poder que tienes por ese simple hecho y aún así estás perdiendo haciendo revueltas como estas!
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Marked. | fanfic. (libro ahora disponible en amazon)
FanfictionEl año 3020 es un año difícil para la raza humana. Jóvenes de 18 años que nacen "marcados" son obligados a ser enviados al olvidado Planeta Tierra para luchar por su posesión. Entre ellos se encuentra Dian, quien por su falta de habilidad le es difí...