Lobos... Embry y Ariadna

Capítulo 27

Se puso en pie y miró a su alrededor sintiéndose perdida y obsoleta. No sabía qué hacer, no sabía a donde debía ir. Pensó en las palabras de su padre ¿Que significaban? ¿Qué quería decirle? Cerró los ojos e intento concentrarse, al cabo de unos segundos comenzó a escuchar voces, que al parecer eran gritos y llantos. Abrió los ojos y comenzó a andar por el pasillo, quería descubrir de donde provenían.

Cuando recorrió unos cuantos metros llegó a una especie de sala de espera, al entrar en ella sintió como el terror le recorría todo el cuerpo. Su familia y amigos estaban allí. Su madre, su hermano, su tío Charlie, su prima Bella, Sue Clearwater, Billy Black y toda la manada estaban apiñados en las sillas con la cabeza baja. Diego, mientras derramaba gruesas lágrimas abrazaba a su madre que tenía el rostro escondido en su pecho. Después dirigió la mirada hacia Seth, se tapaba la cara con su mano derecha  y Embry...Embry estaba tirado en el suelo con la mirada perdida. Ariadna comenzó a dar saltos, a hablar pero parecía que ninguno notaba su presencia. Ahora lo entendía todo ¿Es que estaba muerta? Recordó las palabras de su padre, "vuelve" ¿Pero a dónde? ¿Dónde debía volver? Salió de la sala y comenzó a correr sin rumbo fijo hasta llegar a un quirofáno, no supo como pero fue capaz de entrar entonces lo vio, vio a un puñado de médicos apiñados alrededor de una mesa de operaciones, en la mesa estaba ella misma, era su cuerpo.

-Se nos va-susurró un hombre.

-¡No podemos rendirnos!-exclamó una mujer, parecía la cirujana jefe.

-¡Lleva más de diez minutos en paro, debemos dejarla ir!-Ariadna no supo porque pero al oír esas palabras se abalanzó hacia su cuerpo y después todo se volvió negro.

-...ma...-intentó hablar.

-No hables mi vida, no hables-logró escuchar con dificultad-Necesitas guardar todas las fuerzas que puedas-la voz de Carmen sonaba débil y quebrada. Ariadna se sentía confusa, dolorida y terriblemente triste, solo quería llorar al recordar la experiencia tan extraña que había vivido ¿Había visto a su padre en realidad? ¿Había estado muerta?

-...ma...-intento hablar de nuevo pero su madre le puso un dedo en los labios con delicadeza para que no lo hiciera.

-Ari, no hables por favor-suplicó-reserva fuerzas-después soltó un gemido y Ariadna supo que había comenzado a llorar. Pasaron al menos unos quince minutos cuando su madre habló de nuevo.

-Cariño, tengo que salir de la habitación, los médicos solo me han dejado pasar por unos minutos, no puedes tener visitas aún. Te quiero, Dios mío, no sé qué hubiera pasado si...-Ariadna notó como su madre le daba un beso en la frente-...en cuanto pueda volvere a entrar...descansa mi vida...- después  salió de la habitación. Se quedó sola con sus pensamientos, sus lúgubres pensamientos. ¿Qué se suponía que había pasado? ¿Había sido un fantasma? ¿Había sido todo producto de su imaginación? Nunca lo sabría. Después pensó en su padre, no sabía si todo había sido una ilusión pero lo que si sabía es que había sentido que todo era real, había abrazado a su padre de nuevo, no pudo evitar llorar de la tristeza. Cuando consiguió calmarse comenzó a recordar a aquel desconocido que la había apuñalado ¿Por que le habrían hecho eso?¿Quien? No entendía absolutamente nada.

Al cabo de un rato entró una doctora, se quedó helada al ver que era la misma mujer que había visto en el quirofáno, se acercó a ella -Hola Ariadna, vengo a informarte de tu estado-la joven asintió nerviosa-Has sido apuñalada, te perforaron el estómago al hacerlo, por lo que has perdido mucha sangre, tuvimos que operarte de urgencia, casi te perdemos, creímos que te habíamos perdido-explicó aquella mujer con delicadeza y dulzura, la morena sintió un escalofrío al oír esas palabras-ahora mismo estás fuera de peligro pero sigues grave, no puedes recibir visitas de momento.