Capítulo 23.

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Narrador.

Pasaron los días, Harry estaba quedándose en la habitación de Zayn, Liam y Niall. ¿Por qué todos en la misma habitación?
Porque los dueños del hotel, sabiendo que era el único hotel cercano al hospital, cobraban demasiado por una noche, y ninguno de los cuatro chicos podía permitirse pagar por una habitación, así que compartían los gastos.

A Harry le gustaría decir que el estado de salud de Louis mejoró en los últimos 5 días, pero creo que todos sabemos que no fue así.

Cada día, el tumor de Louis estaba avanzando, y él estaba perdiendo fuerzas, volviéndose débil.

Había veces en las que Louis simplemente quería que le inyectaran algo que hiciera que dejara de respirar, algo que le doliera un poco para que después no sintiera nada.

Pero todo eso desaparecía cuando Harry cruzaba esa puerta, con una sonrisa que hacía que aparecieran los hoyuelos que tanto amaba, acercándose a él y abrazándolo tan fuerte pero tan cuidadoso, para después llenarlo de besos y contarle historias graciosas.

Y entonces Louis se daba cuenta de que eso era todo lo que quería.

Harry tampoco estaba nada bien, no dormía casi nada por el temor de que en cualquier momento pudieran llamarle, diciéndole que había pasado lo inevitable.

Y es que el no quería ver un mundo sin Louis. Ni siquiera podía pensar en un futuro sin el amor de su vida.

Los chicos tampoco estaban bien.

Niall, aunque los conocía de semanas atrás, se había acostumbrado a Louis, a lo sonrojado que se ponía cada vez que estaba con Harry y él llegaba con su celular tomando fotos y vídeos. Pero deben de entenderlo, Harry y Louis juntos eran tan lindos, no sólo para el y para Liam y Zayn, si no también para toda la organización Larry que había creado. De su página nacieron más páginas, los fans aumentaron rápidamente y no dudaba que todo el mundo los conociera.

Simplemente nada estaba bien, todos pensando qué pasaría cuando Louis los dejara, cuando el ya no estuviera.

Aún así, Louis nunca perdía su sentido del humor. Siempre estaba tratando de hacer sonreír a todos ahí, más a su chico. Él no quería que estuviera así, quería que fuera feliz, y la idea que Harry no se recuperara después de su muerte, lo mataba aún más que la maldita enfermedad.

"¿Harry?"  Dijo Louis en un susurro. Ambos estaban recostados en la camilla, el ojiazul se encontraba sobre el pecho del rizado, y le resultaba relajante escuchar los latidos de su corazón.

Si entrara alguna enfermera ahí, probablemente sacarían a Harry de ahí, como había ocurrido otras veces con anterioridad, pues según ellas, las camillas no soportaban el peso de dos personas.
Aún así nunca había pasado nada, así que nunca hacían caso y en cuanto tenían la oportunidad, Harry movía los cables que medían el ritmo cardíaco de Louis de forma que no estorbaran, se subía a la camilla y se acomodaban para caber cómodamente ambos.

"¿Sí, cariño? ¿Te sientes bien? ¿Quieres que llame al doctor?" Dijo Harry alarmado; así había sido últimamente, y aunque a Louis le resultaba tierno que el ojiverde se preocupara tanto por él, le molestaba un poco que no pudiera comenzar a decir algo porque Harry casi quería correr por ayuda innecesaria.

•Vuelo 320• -Larry Stylinson.-Where stories live. Discover now