León

Capítulo cinco: Favores

- Le gusta Nicole.

- ¿Tú crees?

- Claro que sí – contesto -. ¿Cómo no va a gustarle? ¡Es mi hermana, por favor, mírala! Y a sus amigos también.

- Sabes que hay una gran diferencia entre que alguien te guste e intentar montar una orgía con ella y tus amigos, ¿no? - Jay arquea una ceja.

Dejo a un lado el brick de zumo y me inclino sobre la mesa. El comedor del colegio está a rebosar, la gente esperando el momento indicado para lanzarse sobre mí y pedirme otra vez los números e Instagram de León y sus amigos. Entre la paliza que le metieron a Chris, el acoso al que estoy siendo sometida y lo de mi hermana, mi humor está lejos de ser aceptable. Por eso nadie se acerca, porque verme enfadada en público es un suceso, como mínimo, extraño. Al menos nuestro grupo de amigas, quienes juegan en el equipo de baloncesto femenino, está entrenando para un partido de la semana que viene y no tengo que seguir disimulando que estoy que me llevan los demonios.

- Me lo dijo en mi cara, me dijo que se había encaprichado de Nicole. Al principio no lo pillé, pero después de darle vueltas... ¡Si lo tuviera ahora mismo delante...!

- ¿Y qué?

- ¿Cómo que y qué? - siento como enrojezco por la ira - ¿Crees enserio que esos chicos respetan algo? Un maldito playboy y su squad de mojabragas está detrás de mi hermana. ¿No es ese motivo suficiente para preocuparme?

- Estás sacando las cosas de quicio...

- ¡Estamos hablando de León, por el amor de Cristo! - exclamo pegando mi rostro al suyo - ¡León, Jay! ¡La mira y la preña de trillizos!

Jay suelta una carcajada que no comparto en absoluto. Llevo toda la semana en tensión constante. Nicole está muy rara, distante. Se pasa el día canturreando y más preocupada de lo habitual por su aspecto. Ha cambiado incluso la contraseña de su móvil para que yo no pueda usarlo. Acepto que alguien externo no lo entienda, acepto que tú no lo entiendas, pero Jay nos conoce, sabe la relación que tenemos.

Gloria, Ruth, Nicole y yo somos un todo. Mamá se empeñó desde que éramos pequeñas en que nos lleváramos bien, y no le resultó complicado porque tenemos edades cercanas y nuestras personalidades no son especialmente conflictivas. Gloria es la mayor, tiene veinticuatro. Se casó hace un par de meses y es modelo, como mamá. Hablo todas las noches con ella y, cuando Nicole discute con nuestros padres, que es a menudo, se queda adormir en casa con nosotras para calmar los ánimos. Con Ruth hablo menos que con Gloria, una o dos veces a la semana por Skype. Tiene veintidós y se marchó a Inglaterra a estudiar cuando cumplió los dieciocho, después de que pasara eso, aunque ahora no quiero hablar de ello. No quiero que le pase lo mismo a Nicole.

De repente, Jay alza las cejas y abre los ojos de forma exagerada.

- Sé disimulada. El tío de pelo recogido, el que nos defendió de Chris...