Escalera al ultimo piso [DEKUKATSU]

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Tal vez un extra sea bueno.

∑(O_O；) ¡¿No me tarde?!

Como sea gracias por leeer~

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-¡Debemos entrar!- grita golpeando la mesa.

-¡Tantos lo han dicho solo mintiendo! ¡Todos mueren y matan así mas las esperanzas de todos!-

-¡Esperanzas completamente falsas!- grita moviendo su cabello al mirar al resto.

-Falsas o no es lo único que une a nuestro herida nación. Por favor...no dañe mas a los civiles.- pidió él funcionario bajando la mirada.

A su lado se inclinaron mas personas.

-¡Por favor no agreda mas al perro!- pidieron a gritos.

Uraraka miro a sus compañeros.

Los años beneficiaron a todos.

Iida , Kaminari , Kirishima y Sero.

Eran atractivos y fuertes.

Pero no eran lo que soñaron.

No eran héroes.

No podían defender a todos.

Todos los dias mentían.

Diciendo que todo estaría bien , que seria un gran día.
A los niños los engañaban pero los adultos ya no creían.

Salieron de ahí mas frustrados.

Solo una oportunidad...una...

Ya muchos rendidos estaban.

Aceptando que sus criminales , personas iguales a ellos fueran usadas como alimento.

Cualquier crimen mayor a un hurto era pagado con la muerte.

Y ellos...

Los héroes eran quienes conducían él grupo.

Uraraka se dirigió al exterior del edificio.

Kirishima la acompaño sin decir una palabra.

Un grupo ya preparado los esperaba.

52 personas estaban encadenadas por las muñecas y pies con sus kosei restringidos.

-El es muy joven.- Kirishima se detuvo frente a un chico.

Este bajo la mirada presionando las mandíbulas.

Llevaba una chaqueta de oni con metales en forma de picos en los hombros.

Uraraka lo hizo bajar la cabeza.

Él chico respondió a esto gruñendole directamente a la cara.

Kirishima le dio un puñetazo sin mucha fuerza pero la suficiente para hacerlo bajar la cabeza.

Kirishima los hizo caminar con violencia jalando la cadena que se unía a las que ellos llevaban.

Convenciéndose de que lo merecían.

Seguramente eran asesinos o algo peor.

El camino fue corto unos 20 minutos hasta una puerta.

Sin entrar , solamente los llevaban escuchando las suplicas y gritos de piedad.

Las puertas empezaron a abrirse.

Mostrando al exhibicionista “embajador ”.

Su torso y vientre estaban descubiertos mostrando su piel blanca llena de cicatrices de mordidas descalzo y sonriente.