Capítulo 5

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Emma. 

Me meto una de las pastillas blancas de mis anticonceptivos y con un trago de agua se desliza hasta el fondo de mi garganta. Aunque mi vida sexual se ha detenido desde hace tiempo, la doctora  Kriss me sugirió comenzar a tomarlas por cuestión de hormonas.

Me quedo un momento sin moverme sobre la cama sobre la cama recordando a los tipos extraños fuera del gimnasio en ese lugar que no tiene buena pinta, pero sigue siendo accesible para mi poco presupuesto.

Aunque tendré que andarme con cuidado por esos rumbos, un asalto clandestino parece algo recurrente en ese lugar. Me pregunto cómo fue que Alicia dio con la dirección.

Estoy tan perdida en mis pensamientos que cuando el timbre suena me sobresalto vergonzosamente.

Me levanto cuidadosamente pisando descalza el piso frio y mis ojos se abren de golpe cuando encuentro a Cora al otro lado de la entrada.

Creo que comienzo a alucinar, me quedo inmóvil mirándola fijamente.

—¡Sorpresa! — grita alzando las manos sobre su cabello rubio.

Realmente está aquí.

—¡Cora! — la abrazo con mucha fuerza como si hubieran pasado años de verla y no tan solo unas semanas.

—Sexy, te eché tanto de menos — me regresa el abrazo de la misma forma apretada.

Luce radiante con sus clásicos vaqueros y una blusa amarilla que realza su tono claro de piel. Tiene su cabello rubio cayendo sobre sus hombros desordenadamente y siento que mi camiseta es un poco vaga en comparación con ella.

¡Dios! Como extrañe a mi rubia favorita con toda el alma. Mi corazón amenaza con salirse de mi pecho.

—Alto, alto Coraline Gray— me aparto de ella y la miro con los ojos entrecerrados—¿Qué haces aquí?

Lo último que dijo era que estaba remodelando su apartamento a las afueras de la ciudad.

—¿No te alegra verme? — entra arrastrando una maleta demasiado grande que se ve muy pesada.

Sus plataformas blancas dejan a la vista sus uñas del mismo color de su blusa.

—No digas tonterías. ¡Estoy loca de felicidad de que estés aquí! — me siento en el sofá al lado de ella. —Pero ¿Qué pasa con tu apartamento y la exposición de la que me hablaste? Dijiste que era muy importante ¿Es bueno que te hayas viajado? ¿Tu agente Luck no va a molestarse?

—Una pregunta a la vez— se ríe nerviosamente y pone los pies sobre la mesita de centro.

Esto se siente como en los viejos tiempos, como estar en casa de nuevo. No puedo evitar la pequeña sonrisa que sale de mi boca.

—Todo va marchando de maravilla— aparta la mirada bruscamente —Digamos que me estoy tomando un descanso bien merecido que Luck me debía y decidí hacerte una pequeña visita. Estamos a kilómetros y kilómetros de distancia. — hace un gesto dramático.

—Cuatro horas— le recuerdo riéndome.

—Cuatro horas que son eternas.

Sacudo la cabeza, no hay manera de hacerla cambiar de opinión. —Oh Cora, te extrañé demasiado. — la vuelvo a abrazar y el aroma de su perfume a rosas me hace sentir nostalgia.

—No tanto como yo.

—¿Quieres un café? — me separo a regañadientes, pero no se librará fácilmente de mi necesidad de contacto.

—Por favor, hacía mucho frio de camino aquí— me sigue a la pequeña barra de la cocina —No se siente como si fuera primavera, sigo congelándome como un pollo en cuatro grados.

Tentación [Ya en Librerías]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora