Capítulo 15:

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Alison Black:

-¿Terminaste? -dije llegando a la habitación de Chris y Matteo.

Mi hijo se volteó, me miró y asintió.

-Si. -susurró y se sentó en la cama como pudo.

Me senté a su lado y él colocó su cabecita en mis piernas. Sonreí.

-¿Estás emocionado? -acaricié su cabello.
-Papá me quiere ¿verdad? -me miró fijamente.

Volví a sonreír.

-Él te ama, cielo. -le afirmé. -¿Por qué lo preguntas?
-Él me lo dijo. -me contó y sonrió. -Me dijo que me ama como a Mía. También me dijo que nosotros dos eramos su razón de vivir.

Sonreí y mis ojos se llenaron de lágrimas con cada palabra que Matteo decía.

-Me gusta tener una hermana, Mami.

-Me alegro, amor. -lo miré con dulzura.

Él sonrió y en ese momento el timbre sonó por toda la casa. Matteo abrió los ojos y me miró.

-Papá llegó. -le avisé.

Matteo se levantó rápidamente y corrió hacia su pequeña mochila de dinosaurio. Sonreí cuando la tomó y caminó hacia la puerta.

-¡Vamos, mami! -gritó y abrió la puerta para salir corriendo escaleras abajo.

Tomé la pequeña maleta azul y salí de la habitación tras mi hijo.

Para cuando llegué a la puerta, Austin y Matteo hablaban alegremente y la pequeña niña rubia los observaba atentamente y en silencio.

-Buenos días. -hablé suave.

Austin y su hija me miraron casi automáticamente.

-Hola. -pronunció la pequeña con una voz tímida.
-Hola, cielo. -le sonreí.

Ella me sonrió y se escondió detrás de su padre.

-Buenos días, Alison. -dijo Austin.

La frialdad de su voz me lastimaba en lo más profundo de mi alma.

Sonreí por obligación.

-Buenos días. -respondí.
-Gracias por tomarte la molestia de levantarte tan temprano por nosotros.

Levanté mi mirada y lo miré.

Joder, era malditamente guapo. Llevaba puesto una camisa informal, que se adaptaba perfectamente a ese cuerpo de ensueño. Su rubio cabello iba mojado, por lo que sabía, acababa de tomar una ducha, siempre lo hacía por las mañanas.
Sobre su cabeza llevaba unos lentes de sol y en su mano derecha una maleta rosa.

-Ella es Mía, mi hija. -me dijo serio mientras bajaba la mitada hacia la niña. -Saluda, cariño.

Mía salió de las piernas de Austin y caminó a pasos lentos hacia a mi. Sonriendo doble mis rodillas colocándome a su altura, para así, recibir un dulce beso de su parte.

-Un gusto en conocerte, princesa. -le sonreí mientras me enderezaba nuevamente.

Ella no me respondió, solo sonrió y volvió tras las piernas de Austin.

-Bueno, es hora de irnos. -le dijo Austin a los niños.

Matteo me miró y caminó hacia a mi, volví a la posición de antes, dejando que mi hijo me rodeara con sus pequeños brazos.

-Tienes que comportarte bien ¿si?, también tienes que obedecer a papá en todo lo que te diga, amor.
-Lo sé, mami. -me susurró, besó mi mejilla y sonrió. -Te amo.
-Y yo a ti, mi amor. -le dije mientras se alejaba de mi lado.

Me dio un vuelco el corazón cuándo se alejó. Matteo fue con Mía y Austin se posicionó a mi lado.

-¿Estás bien? -preguntó él, mirando a los niños.
-Si. -susurré con melancolía.
-Durante los próximos siete días es solamente mío y de nadie más. -se burló.

Entre cerré los ojos y lo miré.

-Eres un idiota. -puse mis ojos en blanco. Él sonrió. -Cuidalo, por favor.
-Alli. -susurró y lo miré.
-¿Qué? -tragué saliva.
-Deberías acompañarnos. -dijo lentamente.

Abrí mis ojos y apreté mis labios. Los ojos azules de Austin se posaron en los míos, esperando una respuesta.

-Deberías. -la voz de Emma llenó la sala.

Volteé un poco y la encontré echada, literalmente, sobre el sofá. Aún estaba en pijama.

-¿Qué haces aquí? -murmuré.
-¿Qué hay Bass? -le preguntó ella, ignorandome.
-McConaughey. -gruñó.
-Deberías hacerle caso a este idiota. -me dijo Emma.
-Estoy aquí, puedo escucharte. -le respondió Austin.
-¿Acaso piensas que me interesa? -Emma lo miró y luego a mi. -Alison, hermosa y bella Alison...
-No. -la corté. -No pienso ir.
-¿Por qué? -preguntaron al unísono.
-Porque no se me da la gana. -dije.
-¿Cuántos años tienes? ¿Tres? -me miró ella.
-Cuatro, recién cumplidos. -dijo Austin.
-Tú cállate y lárgate. -lo miré.
-Está bien, me voy. -levantó las manos y caminó hacia la puerta. -sólo quiero decirte que no soy muy bueno en esto de cuidar niños. -dijo bajito, burlonamente.

Abrió tan jodidamente lento la puerta que me estaba desesperado. Miré a Emma y ella se encogió de hombros divertida.

-Sólo quería que lo supieras. -volvió a hablar, aún sin terminar de abrir la puerta.

Miré el techo y solté un gran y pesado suspiro.

-Espera. -dije y noté que sonrió. -Los acompañaré.

No podía creer lo que acababa de salir de mis labios.

-Deja... deja que vaya por algo de ropa y los alcanzo en el coche. -dije entre dientes.
-Aquí tienes. -Emma llegó a mi lado con una pequeña valija de mano. -El maquillaje, y he aqui la ropa. -arrastró hasta mis tobillos otra valija más grande. -Me tomé la molestia de hacerlas anoche. De nada. -sonrió.

Austin rio.

-Tienes una mejor amiga muy lista.

Sonrió, tomando las maletas.

-Nos vemos Emma, y gracias Corazón. Te esperamos en el coche, Muñeca.

Y salió, dejándome sola con la idiota de mejor amiga que tenía.

-Te odio. -dije mirandola mal.
-Yo también te amo. -sonrió. -Yo le aviso a tu madre y me quedaré con ella, no te preocupes.
-En serio, te odio con toda mi alma. -le dije caminando hacia la puerta.
-Luego me lo agradeceras. -me dijo. -en serio que me lo agradeceras.

Susurró, pero lástima que yo no la escuché.

Viejo Amor  (Segunda temporada) Where stories live. Discover now