CAPITULO XIII: SALVADA POR TÍ

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Decidí que lo mejor sería regresar a la casa, mis ánimos estaban por el suelo, no recordaba como había podido salir de la casa de Daniels sin haberme derrumbado.

El sentimiento de vacío que me estaba consumiendo era tan fuerte que las lágrimas no paraban de escapar de mis ojos. El dolor era tan inmenso, tan asfixiante que tuve que hacer acopio de el valor y la fortaleza que aún me quedaba para tranquilizarme y poder pensar en lo que haría contra Charles.

Entrar a la casa no me fué nada fácil, de hecho el chofer que había contratado Charles me descubrió mientras intentaba entrar por la puerta principal. Yo creía que el estaba distraído pero no podía estar más equivocada ya que al parecer era un pero guardián estaba mas que enterado de mi ausencia en la mansión.

- ¿A dónde cree que va señorita? - se paró frente a mí cubriéndome el paso.

- No tengo por que darte explicaciones, así que quítate. - le dí un pequeño empujón haciendo que el tipo le hirviera la sangre, por lo que después me arrepentí reprendiéndome por mi altanería.

- Usted cree que por ser una niña rica y mimada puede hacer y decir lo que sea... pero yo le diré que está muy equivocada - me tomó del brazo y comenzó a jalarme, yo intentaba soltarme de su agarre pero su fuerza me ganaba de sobremanera, así que comencé a gritar y el al ver que podría ser descubierto me tapó la boca con una de sus manos y con su brazo libre me cargó llevándome hasta el cuarto de jardinería.

Yo estaba muerta de miedo al darme cuenta que esta vez no tendría tanta suerte como las ocasiones en las que Charles había intentado sobre pasarse conmigo, las lágrimas rodaban por mi rostro rogando a Dios por que no permitiera que ese hombre me dañara. Me tiró en el piso y se avalanzó sobre mi.

Podía sentir su asqueroso aliento sobre mi cuello, yo gritaba e intentaba quitármelo de encima, de repente el se separó de mi pero solo para quitarse la camisa para de nuevo colocarse encima de mi cuerpo tratando de desnudarme.

Todo su torso y los brazos estaban cubierto de tatuajes, me daba escalofríos por que este hombre que trataba de abusar de mi era quizá más delincuente que el que cmpartía mi casa. Con mis manos lo empujaba intentando zafarme de sus brazos y entre el forcejeo uno de sus brazos quedó cerca de mi rostro, lo que ví me dejó congelado por unos segundos que para mi fueron eternos por lo que no me percaté de que alguien había entrado y estaba golpeando al maldito chofer que intentaba violarme. 

- ¡Isabella, reacciona! - me gritó el hombre que me acababa de salvar.

Yo me levanté, tomé mi bolso y salí tras el, no entendía para nada que hacía el allí. Habían pasado tantas cosas en un lapso de tiempo tan corto que aún no podía asimilarlo. 

- Sube Isabella - me pidió Daniels con esa mirada que me volvía loca, pero que podía hacer yo después de lo que acababa de ocurrir, no lo dudé mas y me acomodé detrás de el en su motocicleta, rápidamente la puso en marcha, no hablamos nada hasta que llegamos a un viejo edificio, allí  guardó la motocicleta en una habitación abandonada y en silencio subimos las escaleras hasta el tercer piso, allí introdujo una llave que sacó de uno de los bolsillos de sus vaqueros y entramos. 

El apartamento era bastante pequeño  pero siendo sincera no me importaba en absoluto con tal de estar con semejante compañía. Dani se acercó a mí cerrando la puerta tras nosotros y echando el pestillo.

- Isabella, perdóname por no haberte pedido que te quedaras cuando te marchaste de mi casa.

- No te preocupes Dani... yo entiendo que tu novia está primero y - me interrumpió dándome un beso cargado de deseo y amor.

- No entiendes nada bonita - me miró y acunó mi rostro entre sus manos. - Isabella te amo y Janine - imagino que es la chica con la que lo vi - no significa nada para mí. Intenté olvidarte, me negaba a seguir amándote al pensar que pertenecías a alguien mas.

- Pero yo no... 

- Shhhh... no digas más, he sido un tonto y por eso quiero pedirte que me perdones, jamás ha sido mi intención dañarte por eso después de que me contaste la verdad y te marchaste terminé con Janine dejándole en claro mis verdaderos sentimientos. - me besó y poco a poco fuimos retrocediendo hasta caer en un sofá que aunque estaba algo viejo aguantó nuestro peso.

Los besos de Dani eran suaves y yo comencé a desesperarme así que metí mis manos bajo su camiseta recorriendo su torso, bajé una de mis manos y la introduje dentro de su pantaló tocando por encima de la tela lo que mi parte baja anhelaba, pude sentirlo duro e imponente para mi. Saque mi mano y volví a introducirla en sus pantalones pero esta vez pude sentir la suavidad de su piel, su miembro palpitaba gritando atención así que lo acaricié y escuché sentir como escapaba un gemido de sus labios.

Logrando mi cometido se deshizo de su ropa quedando totalmente desnudo y dispusto para mi, una mirada de satisfacción me llenó cuando su pene quedó libre, duro y expuesto ante mi. Como una gatita caminé a cuatro patas hasta el extremo donde el se encontraba aún de pie, tomé su miembro con la mano y mirándolo a los ojos hice lo que jamás pensé que haría, lo besé, pasé mi lengua por toda su extensión y después lo introduje en mi boca llenándome de su piel, de su carne, su sabor. 

- Quiero que me hagas olvidar todo lo malo que he vivido... hazme tuya Daniels - mi voz sonaba ronca por el deseo que me embriagaba en esos momentos, un deseo que me hacía vivir una realidad en la que solo existíamos el y yo.

Dani se apresuró a desnudarme llenando mi cuerpo de suaves caricias, su lengua recorrió cada milímetro de mi piel desnuda, tomando mi néctar y una vez saciado con sumo cuidado se introduce en mi llenándome por completo. Sus movimientos son constantes pero una vez que estamos cerca del clímax se apresura, yo lo aprisiono con mis piernas y muevo mis caderas tratando de imitar su ritmo. En el momento cúspide los espasmos de nuestros cuerpos se sincronizan y su cuerpo cae sobre el mío sudoroso y extasiado.

- Te amo Bonita - susurra en mi oído.

- También te amo - solté un suspiro tratando de normalizar la respiración. - Eres lo mejor que me ha podido pasar y si no estuvieras conmigo no se que sería de mi.

- Lo importante es que estoy contigo y jamás te voy a dejar, te lo juro Bella, eres mi universo y sin ti no podría vivir. Te amo mas que a mi vida bonita. 

- Gracias - se mueve para quedar a mi lado y sin pensarlo dos veces lo abrazo y lo beso para que pueda sentir lo importante que es para mi, sin darme cuenta el cansancio me vence y me quedo dormida en sus brazos.

Cuando abro los ojos me giro para abrazar al responsable de mi alegría pero el lugar está vacío, estoy cubierta con una sábana como puedo me cubro con ella y recorro el apartamento sin encontrarlo por ningún lado. Busco mi bolso y lo encuentro en el mismo lugar que lo dejé cuando entramos, hurgo dentro para cerciorarme de que las pruebas contra Charles se encuentren allí pero para mi sorpresa ya no están. Dani se las ha llevado.

Miles de pensamientos llegan a mi mente, unos me dicen que el solo me hizo el amor para poder obtener esos documentos, el dolor me carcome como un ácido. No, Dani no es así y estoy segura que debe haber otra eplicación. Suena mi móvil y al revisarlo me doy cuenta que tengo muchas llamadas perdidas de Charles pero también hay un mensaje de Dani, lo abro y leo su contenido.

                     " Bonita, estaré de regreso en un par de horas, no te preocupes por nada. Hay un frigobar en la cocina allí encontraras comida. Nos vemos en un rato, no abras la puerta a nadie y no olvides que te amo. Besos"

Tal vez estoy loca pero le creo, mi corazón me dice que el no me fallará. Solo espero no equivocarme.

 

 

SALVADA POR AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora