Un café para dos, digo tres.

°3°

Jhonny.

Claire está roja por la furia, nuestro pedido llega. Alex está tratando de calmarla pero estoy seguro que solo quiere que se largue.

Me río.

Cuando estamos solos es algo cursi, me gusta.

— Claire...

Oh no, ese tono.

— ¡Lo odio! — no la escucha —¿Qué se cree? ¿Qué puede venir y decirme que soy una dulzura y no causo miedo? ¡Puedo ser muy enfadosa!

— Claire...

—¡Como tú!

Mierda.

—¡Claire! — se queda callada — Largo, quiero estar con Jhonny y tu drama no ayuda.

Me vuelvo a reír.

Claire se ríe, está acostumbrada a ella, igual que yo.

— Amor, no seas tan enfadosa.

— No lo soy.

Nos Claire nos miramos.

— Si lo eres.

Decimos al mismo tiempo.

—¡Okey, me harté!

Se levanta rápido, a veces me da miedo.

— Tal vez ustedes dos puedan pasar este tiempo solos, porque yo de aquí me voy, no quiero tu drama — apunta a Claire — Y no quiero tu — me apunta — ¡Argh!, Odio que no hayas echo nada.

Se va.

¿Que hice?

—¿Qué hiciste Claire?

— No lo sé, creo que esta última semana si la llene con mi drama.

Se encoge de hombros.

Ruedo los ojos, esta chica puede ser muy dramática y exagerada.

— Sabes que odia el drama, bueno, odia cualquier cosa que le altere la paz. Y tu, si que le alteras esa paz.

— Bien, tal vez la sobre explote.

—¿Tal vez?

— Si, lo hice.

Nos quedamos hablando unos minutos más. Pagamos y nos vamos, tengo que hablar con Alex.

Quiero su dosis de mamones.

***

—¡Porfavor, abre esa puerta!

—¡Lárgate!¡Veré nijiiro days yo sola!

Sí que está enojada.

Llegué hace más de veinte minutos, su mamá me adora y sabe a veces lo exagerada que es su hija cuando no le sale algo.

Pero esto es cosa sería, se supone que ese anime lo veríamos juntos.

— No eres capaz.

— Ja.

Siento la canción del anime.

Maldición.

—¡Alex!

—¡No!

Ruedo los ojos.

Bajo las escaleras amurrado, me encuentro a su madre en la cocina. Ella ama cocinar, es algo en lo que nos parecemos.

Fue un punto a mi favor.

—¿No funcionó?

Niego.

— Es muy terca.

— Lo se mi niño, igual a su padre.

Su padre fue otro caso, no me quería. Era muy sobreprotector, recién me quiso dos meses después de decir que éramos novios.

Es serio, poco expresivo.

Como su hija.

Pero cuando mira a la señora Hudson sus ojos brillan y sonríe como nunca antes lo había visto.

Enamorado.

— Llevale estas galletas, ella te perdonará.

— Gracias señora Hudson.

— Adorable —canturrea — eres adorable.

Me río.

Subí las escaleras, la puerta sigue cerrada pero no sé escucha nada.

¿Se habrá quedado dormida?

Toco la puerta.

— Alex, traje galletitas — me está dando pena — Porfavor, abre la puerta.

No responde.

— Las dejaré aquí.

Mis ojos se nublan, tengo pena.

Me dió pena.

Ay, ya estoy llorando.

Que soy mamon.

Argh.

Me doy la vuelta.

Siento la puerta.

— Pasa.

La voz de Alex hace que me voltee. Está usando el pijama que le regalé, es de Stitch.

Se ve adorable.

Se acerca, me quedo quieto con algo de miedo.

¿Y si me termina?

¿Me va terminar?

Pero hace otra cosa.

Me besa.

Si, no me va a terminar.

— Veamos ese anime juntos.

Sonrió a más no poder, ella se ríe.

La amo.

— ¿No que lo estabas viendo?

— Ví el capítulo anterior.

Suspiró de alivio. Estamos bien, muy bien.

Su celular suena.

— Ay no, ya no quiero más drama Claire.

Me río.

Apaga su celular.

— Solo somos tu y yo.

Me pongo rojo.

Me besa.

— Eres adorable, te odio.

— Mentira, me amas.