Capítulo 3

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Los libros y cuadernos con apuntes esparcidos por mi escritorio me estaban mareando, volví a mi vida normal después de la despedida de Luhan.

Mi madre dejó un plato con comida que se iba enfriando a medida que seguía estudiando. Ser yo era lo más difícil que existía, porque era un asco memorisando y necesitaba sacar buenas notas este semestre.

En medio de la noche hubo un ruido seco, como el de un vaso puesto con fuerza sobre una superficie, no me asusté, los vecinos solían dejar que su pequeño hijo empujara y tirara las sillas

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En medio de la noche hubo un ruido seco, como el de un vaso puesto con fuerza sobre una superficie, no me asusté, los vecinos solían dejar que su pequeño hijo empujara y tirara las sillas. Luego un crujir de madera, dejé de escribir y agudicé mi oído ¿era posible que un niño tan pequeño hiciera tanto alboroto sin que sus padres le dijeran algo? El viento estaba fuerte y se escuchaban las hojas de los arboles escandalosas. Seguí escribiendo mientras memorizaba la lectura, otro ruido y después un suspiro que no era mío, dejé el bolígrafo y me giré abrupta mente.

- Lu Han –Musité sin parpadear-.

- Hace frío –Se quejó. Miré mi ventana que estaba totalmente cerrada y no entendí por qué lo dijo, yo no tenía frío-.

- Afuera hay mucho viento –Comenté y me levanté de mi silla giratoria-.

- ¿Por qué no comes? –Se levantó él también-. Necesitas fuerzas para seguir estudiando.

- ¿Qué haces aquí? –Pregunté mirándolo a los ojos-.

- Me pregunto lo mismo –Alzó los palillos y me incitó a comer-.

- Deberías seguir la luz –Dije después de comer el primer bocado que acepté-.

- No hay una luz –Comentó, tomó otro poco de comida y me volvió a dar de comer-.

- Tal vez tengas un propósito –Le argumenté-.

- ¿Cuál? ¿Cuidarte? –Rió ante su propia pregunta-.

- Si, tal vez, como esa película del fantasma –Bromeé recordando la vieja pelicula de Ghost-.

Dejó los palillos en el plato y se sentó en mi silla mirando fijamente a la nada.

Lo miré confundida y pensé que debía ayudarlo. Tal vez por eso sólo yo podía verlo. Tomé mi computadora y me fijé si había alguna nueva noticia.

- No hay nada nuevo –Dije, pero no se inmutó-. Tal vez... yo deba ayudarte.

- ¿Cómo? –Preguntó sin mirarme-.

- Averiguando tu asesinato –Le dije con toda seguridad-.

- No puedes investigar un crimen, no tienes los medios, no sabes nada sobre esto –Protestó, molestándome-.

- Que pesimista eres –Me quejé haciendo un puchero-.

Me senté en la cama con la computadora en mis piernas. Puse en el buscador su nombre y vi algunas fotos, se veía muy lindo con trajes y su cabello parecía suave.

El día de mi muerte (Luhan y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora