Al final...

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Cuando te sientas solo

Victima de este mundo cruel

Cuando tus instintos te pidan correr

Escucha las vocecitas de los ángeles

Ellos te guiarán de vuelta a casa

Escuchaba la canción de Linkin Park The Messenger mientras me mecía en un columpio, pensaba en como mi vida había cambiado en tan poco meses, como un castaño de sonrisa juguetona me cambio, como dio la cara por mi y dijo toda la verdad sobre Petra, esto llego tan rápido a los profesores y la habían expulsado, claro que no la arrestaron por el hecho de que su padre dio el dinero suficiente para que no la encerraran, desde entonces mi vida había mejorado, mas personas hablaban conmigo y recibía su apoyo, aunque por alguna razón ,que se notaba a kilómetros, Rick no se alejaba de mi lado, invadía mi espacio personal y casi parecía un acosador, no me molestaba en absoluto pero a veces me sorprendía o me asustaba, aunque empezaba a sentirme cómoda y protegida a su alrededor, un sentimiento que pensé que no volvería a sentir por alguien más, pero simplemente me hacia la tonta no me gustaría que me volvieran a hacer lo mismo, era egoísta per tenia miedo, miedo de pasar lo mismo. Mientras veía el atardecer en aquel parque, por fin había cumplido mi promesa, había cambiado tanto la ciudad de mi niñez pero me sentía feliz, después de todo, se quedaba y todo cambiaba y yo igual, no nos podíamos quedar en el pasado y lo había comprendido por fin, cuando los colores del cielo se hicieron naranjas decidí volver a casa, me había costado tanto trabajo deshacerme del castaño para que no me siguiera, Isa lo había distraído hasta que pudiera tomar el autobús. Desde aquel carro podía ver como el cielo se oscurecía y como por fin había llegado a mi casa, la abrí, aunque no encendí ninguna luz, me guie con el tacto hasta el sofá, tome el control para encender la televisión, no tenia nada que hacer así que fui pasando de canal hasta por fin encontrar algo que me gustaba desde hace tiempo, una serie que me encantaba y que por ella había aprendido a tocar el bajo aunque muchos les gustaba más la guitarra, pero yo amaba tocar el bajo para mi madre, a ella igual le gustaba como tocaba, pero siempre me decía que debía estudiar en vez de estar en una banda y tenia que volver a explicar que su hija no era una rebelde. Apague la televisión y prendí la lámpara que estaba cerca para ir a sacar mi bajo, me senté sobre el sofá y empecé a tocar las cuerdas, una canción se me vino a la mente y sonreí por lo bajo era una canción un poco trivial pero me encantaba así que empecé a tocar y la canté como la recordaba:

Al jardín vallamos, vas a encontrar algo

Donde lo dejaste, pero al revés

Y cuando lo encuentres ya descolorido

De abajo es más claro al voltearlo veraz

Todo se queda donde lo dejaste

Todo está ahí aunque cambiado

Siempre muy lento, cada momento

De sutiles maneras, todo se queda

-Bonita canción – me asuste un poco hasta poder ver al castaño sonriendo

-¿Por qué entras sin avisar? – le quede viendo un rato hasta que le sonreí y supo que no estaba enojada con él

-Vi la puerta abierta y escuche tu voz, estaba pensando porque no me dices a dónde vas –

-Era una promesa y ya la cumplí – dije restándole importancia aunque me había dado un golpe mental, como se me había olvidado cerrar la puerta

-Me gusta la letra de la canción ¿Cómo se llama? – me dijo mientras se sentaba alado de mi y yo dejaba el instrumento alado del sofá

-Todo se queda, es una canción que aprendí por una serie que me gusta –

-Entiendo, me gusta pero no sé cómo una linda canción te hace llorar – sentí mis mejillas, estaban húmedas, había llorado sin que me diera cuenta, me limpie y le sonreí de vuelta

-No es nada solo me siento feliz de contar con alguien como tú –

Sentí como de repente me había abrazado, se sintió cálido su abrazo en esa noche fría, la luz de la luna se alumbraba por una ventana, me sostuvo con uno de sus brazos y con el otro apago la luz de la lámpara dejándonos en una luz plateada

-¿Por qué la apagaste?- le cuestione aunque aún no me soltaba, me sostenía contra su pecho cálido y mis manos involuntariamente se aferraron a su espalda, como si me diera miedo alejarme de él

-Es para crear mas ambiente y no veas lo mal que estoy de cerca

-¿Cómo de cerca? – cuestione –

-Así- y levanto mi mentón hacia arriba para que pudiera mirarlo, su rostro estaba teñido de un rojo que apenas se podía ver, mientras sentía mi cara ardiente por lo cerca que estábamos, pero no iba a dejar que me sonrojara fácilmente

-Yo veo algo lindo delante de mí- dije y su rostro se mostro más rojo

-Buena jugada, pero yo gano – y corto la distancia entre ambos, sentí sus cálidos y suaves labios posados sobre los míos, se movían mientras yo correspondía y me movía como él, era un beso tan cálido, lo hacia tan lentamente como si quisiera guardarlo en su memoria, sentí sus manos deslizarse sobre mi cintura, era tan amable conmigo, recorrí con mis manos su cuero cabelludo y estuve jugueteando con su cabello hasta que nos separamos, abrí los ojos y tenia esa mirada amable y cálida, me mostro una sonrisa y correspondí de la misma manera, paso su mano a mi cabeza hasta que volvió a ponerla junto a su pecho, oír su respiración que tranquilizaba, no necesitábamos decir nada, los dos habíamos estado perdidos durante mucho tiempo, hasta que al fin pudimos encontrarnos, gracias a él ya no me sentía sola, me tranquilizaba estar ahí, junto a él, porque por él ya no estaba perdida, yo había encontrado el camino a casa.

FadedWhere stories live. Discover now