Esta desquiciada, tonta y rara antología

Relato #3 El llanto de los espectros (Un relato de amor y muerte)

Ella era la niña que soñaba con amores y caballeros, magia inocente en aventuras oníricas, donde esperaba el beso de su amor.
Él era el joven moro, valiente y apuesto caballero, capaz de dar la vida por los que amaba, capaz del más noble acto de heroísmo por defender la verdad.
Un día, como dicen muchos, para su infortunio, sus miradas se cruzaron. Surgió entre ellos un amor maldito, prohibido por Alá y por Cristo. Nadie lo supo, no podían saberlo, sino el castigo sería terrible.
Sin embargo no pudieron evitar el cruel destino que les esperaba, que los separo sin misericordia. El joven moro, piadoso creyente de Alá, fue cruelmente ejecutado por unos asesinos fanáticos religiosos, que decían llamarse "La Santa Inquisición".
Ese día su amada lo esperaba en las ruinas de una mansión, donde se encontraban a escondidas para inocentemente disfrutar de su amor, lo espero hasta que la Luna dominó el cielo y tuvo que regresar a su casa.
Nunca supo que fue de él, y todos los días llegaba para esperarlo en ese mismo lugar, hasta que la mala fortuna que los perseguía la alcanzó. Una viga le cayó encima, segando su vida al instante.
El llanto del joven moro se escucha siempre a medianoche, en la plaza donde murió, llora por su amada, porque nunca más pudo volver a verla. Sosteniendo su cercenada cabeza en su mano, le pregunta a todo aquel que pase a esa hora, que si podría hacerle el favor de decirle a su amada que lo ejecutaron y que lo busque en su tumba.
En las ruinas de una mansión llora una hermosa doncella, con el pecho aplastado y destrozado, el corazón expuesto y sus sueños rotos.
Ambos seguirán llorando hasta que alguien tenga el valor de decirle a la doncella donde está su amado, así ellos podrán reunirse y dejara de escucharse su llanto, pues de verdad ellos una vez se amaron tanto que su amor sobrevivió a la mismísima muerte.