El adiós

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Narradora

Ya las maletas estaban listas, ese mismo día partirían, Robin aún le costaba trabajo pensar, que los dejaría, a ambos... A Law, el cual la ayudó cuando era pequeña, quién le dió su apoyo en sus investigaciones, y a el cual la había defendido; A Zoro, ese chico tierno y sin sentido de orientación, que le sacaba risa tras risa con cada rabieta que montaba, aquel que la escuchaba y aconsejaba.
Sin duda ellos le harían falta.

No sólo eso, se sentía culpable por el hecho de que ambos la querían, ella lo sabía y lo supo siempre, eso lo hacía sentirse culpable por abandonarlos, pero no podía tampoco abandonar a sus hermanos.

- Luffy: ¡Bien! ¡Todo está listo! Cuando estén listos nos vamos. - dijo el más pequeño mientras terminaba de guardar la última de sus maletas.

- Sabo: De acuerdo, todos suban.

- Robin: Hermanos... Quisiera hacer algo antes de irnos... Quiero despedirme de unas personas, ¿puedo? - dijo con pesadez.

- Ace: Claro, solo regresa antes del anochecer.

Con las afirmaciones de todos sus chicos, ella salió de la casa con dirección al correo, donde escribió dos cartas, con diferentes direcciones.
En tanto las termino, las envío, esperaba que pudieran asistir, no quiera irse sin despedirse.

- Robin: Por favor, vengan... - suspiró.

[...]

En el castillo:

Zoro recibió una carta de Robin, en la cual decía que lo citaba en el bosque en esactamente una hora.
Lo tomó como algo urgente, así que no quiso esperar más y salió del castillo, ignorando los reclamos de su hermana menor. Su padre solo observó cómo se fue, pues el ya sabía que ocurría, solo esperaba que su hijo lo tomara con madurez y lo aceptara.

[...]

En la corte:

Law estaba en su gran oficina, cuando una de las criadas le entregó una carta, iba a rechazarla, pero cuando la chica dijo de quién era, la aceptó sin reclamo, y le ordenó a la joven que se marchara. El la leyó en silencio, analizado cada párrafo de esa bella letra.

Dejó todo en su oficina, canceló todas sus juntas y se dirigió a su corcel.

- Law: Vamos Bepo, ella nos espera. - y como su amo me ordenó, el caballo galopó con dirección al bosque.

Ambos esperaban que no fuera algo grave...

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¡Penúltimo capítulo, solo es este, otro más y el epílogo! Estoy feliz por ya por fin terminar esta bella historia.

Gracias por su apoyo! Bye bye.

Amores Candentes (ZoRobin)Where stories live. Discover now