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—¿Jungkook donde estás? —la dulce y juguetona voz lo llamó.

—Aquí~ —canturreó escondido.

El chico pequeño se acercó sigilosamente por detrás y lo abrazó riendo ambos. Cayeron al suelo y siguieron riendo como dos niños.

—Jimin, te amo —acarició el mechón que caía por la frente del rubio y sonrió.

—Yo igual Jungkook...

—¿Prometes amarme siempre y nunca dejarme?

—Lo prometo, mi pequeño conejito —besó la frente del castaño mientras sostenía su rostro entre sus manos.

Jungkook abrió los ojos y se dio cuenta que había sido un sueño. Se quedó pensativo sobre la cama varios minutos hasta que se sentó mirando a un punto fijo. Miró hacia la banca junto a la mesa y observó el cuerpo de Jimin sentado observándolo.

Pestañeó y sacudió su cabeza varias veces. Cuando volvió a mirar no había nadie allí, solo sombras de los objetos a su alrededor. Se levantó y caminó con pereza al baño para lavar su rostro. Se posicionó frente al espejo y abrió la llave, observando un líquido rojo salir de esta. Parecía una mala broma, volvió a cerrar y abrió viendo que todo estaba normal. ¿Acaso seguía dormido?

Levantó la vista y miró al espejo observando el rostro inconfundible de Jimin detrás de él y apoyando su mandíbula en el hombro del castaño. No se movió, ni un milímetro. Observó de reojo y vio que no había nada, pero cuando miró al espejo si estaba. Comenzaba a asustarse demasiado, el miedo le impedía moverse, solo miraba a todos lados.

—Jungkook —una voz débil en su oído lo alertó y siguió en su posición pensando que eran imaginaciones de él— Sigo aquí, ¿te olvidaste?

Jungkook se giró bruscamente y no había absolutamente nadie. Se pegó a la pared lo más que pudo, casi llorando. Gritó tanto como le fue posible. Tiró todas las cosas al suelo e intentó salir del baño buscando a Jin.

—¡Hyung! —golpeó su puerta cerrada y oyó pasos detrás de él, lo suficiente como para hacerlo morir de terror.

Su pecho comenzó a doler y cayó de rodillas al suelo sin poder respirar, como si su cuello estuviera oprimido.

—¿Jungkook? —el mayor abrió rápido la puerta y observó al castaño en el suelo con varios golpes en su muñeca y cuello. Jungkook estaba teniendo un ataque de pánico— Oh dios mío... —abrazó a su pequeño contra su pecho y le susurró al oído para que se calmara y supiera que estaba bien.

Pero nada hacia efecto en él. El pelinegro creía que en cualquier momento moriría por un ataque o asfixia a él mismo. Tenía ese miedo desde que supo que Jungkook sufría esquizofrenia.

—Será mejor que lo tengamos aquí.

—No por favor, no lo lleven a donde estará solo. Eso será peor para JungKook. Yo puedo cuidarlo, sé que puedo...

—No joven Kim, usted no puede. Desde hace tiempo ya no puede controlarlo y su situación empeora. No toma sus pastillas, no se cuida, etc. Creo que lo mejor será alejarlo y mantenerlo internado para que al menos mejore.

—Por favor —la voz de Jin era un hilo por casi empezar a llorar cuando le dijeron que meterían a Jungkook en un hospital permanentemente.

—Explíquele la situación usted mismo a su amigo, hoy mismo se quedará —el doctor se levantó de su escritorio y salió dando intimidad a los dos jóvenes.

Where are You × [JiKook/KookMin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora