Capítulo Trece.

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''Sam, ¿Cómo te sientes?''.

Me pregunto Ale y yo negué con los ojos cerrados.

''Mal''.

Respondí en un susurró.

Tenía full fiebre, me había resfriado a lo estúpido.

''Tengo examen, pero no quiero dejarte sola así''.

''Anda a presentar, yo veo que hago con mi vida''.

Él se sentó al lado mío y se pasó la mano por el cabello.

''A este becerro el universo, Dios, Chávez y todo le dan las oportunidades en bandeja de oro y el maldito las aprovecha''.

Escuché que murmuró mientras se levantaba.

También oí que Alejandro estaba hablando con alguien por teléfono. Traté de mantenerme despierta para preguntarle que iba a hacer, pero el sueño me gano, ya que no había dormido bien anoche.

''Pss, Sam'' - sentí que me movieron el hombro - ''Tienes que tomarte una pastilla''.

Era Julio, seguía tratando de ''despertarme'', entre comillas porque ya estaba despierta y él estaba siendo demasiado delicado.

''Deja de moverme, ya desperté''.

Le avise aún sin abrir los ojos.

''Buenos días'' - saludó y yo asentí - ''Espera un momento mientras te traigo lo que te tienes que tomar''.

''Esta bien, y gracias por venir''.

Le agradecí ahora con los ojos abiertos mientras me incorporaba y él me sonrió.

''No es nada''.

Volvió con una pastilla y agua.

Me lo tome y volví a recostar la cabeza en la almohada.

''Maldito Maduro''.

Murmuré y el se rió.

''¿Porque estas tan mal?''.

Preguntó y yo le deje un lado para que se sentara.

''Porque estaba en casa de David y me reto a meterme en su piscina. Eran como las dos de la mañana y hacia mucho frío''.

Expliqué y maldije cómo cinco veces a David.

''Suena creíble''.

Admitió y yo me reí.

''No puedo huir de los retos y las apuestas''.

Mencione y él levantó una comisura.

''Lo se'' - me puso una mano en la frente y luego la llevo a mi cuello para medir mi temperatura. Yo sabía que debía estar hirviendo en fiebre - ''De verdad te dio un buen resfriado''.

Asentí confirmando mi pensamiento y me tape más con las cobijas. De paso al frío le dio por invadir Los Ángeles, está vaina que tiene un clima rico porque hay sol pero tiene hace fresco. No, ahora hay frío.

De paso llevo desde el catorce escuchando Amorfoda, es que no la superó.

El catorce estábamos los cuatro Venezolanos en el apartamento de los gemelos, jodiendo y vaina.

Nosotros teníamos la música en Youtube reproduciendo los vídeos automáticamente y de repente yo escucho el piano, la letra, el No quiero que más nadie me hable de amor, el ritmo y la vaina.

A Venezuelan In The University.Where stories live. Discover now