Parte sin título 12

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Kagome y Koga atendiendo al llamado del peliplata voltearon a verlo, Koga estaba furioso, ¿cómo se atrevía siquiera a hablarle después de lo ocurrido?... en cambio, Kagome se sorprendió momentáneamente, pero optó por seguir comportándose indiferente con él.

— ¿Qué es lo que quieres, Inuyasha? — dijo fríamente viéndolo a los ojos a cierta distancia.

— Hablar contigo. A solas— estaba muy enojado su tono de voz lo dejaba claro, y sus dorados ojos se clavaban ahora en el acompañante de quién aún consideraba su novia.

— Ella no tiene nada que hablar contigo imbécil, si tuvieras vergüenza ni siquiera la voltearías a ver— afirmó Koga parándose frente a Kagome, evitando así que Inuyasha pudiese siquiera verla.

— ¡Tú no te metas, idiota! — dijo Inuyasha acercándose a Koga y tomándolo de la camisa escolar — No eres nadie para decidirlo— le dijo viéndolo muy de cerca a los ojos, de manera altamente retadora.

Koga por su parte lo tomaba de los puños para soltarse de su agarre —soy quién está con ella ahora y no te permitiré que te le acerques, tú no te la mereces—le dijo muy seguro de sus palabras aventándole las manos. Ambos se miraban fijamente.

— Koga— dijo Kagome parándose atrás de él y tomándolo del brazo —por favor, no te vayas a pelear de nuevo, no quiero que tengas más problemas por mi culpa— su tono de voz era de súplica, lo miraba a la cara mientras Koga volteaba de reojo a verla.

— Kagome, necesitamos hablar— insistió Inuyasha ahora posando sus ojos en ella.

— ¿Qué diablos quieres? — dijo molesta en tono bajo, viéndolo fijamente.

— Ya te lo dije, es algo entre tú y yo, acompáñame— pidió comenzando a caminar aún muy molesto, ignorando a un furioso Koga.

Kagome se disponía a seguirlo, pero Koga la detuvo tomándola del brazo.

— No estarás pensando...— decía viéndola a los ojos.

— Tranquilo, Koga... él ya no puede lastimarme más. Ya no seré tan tonta como para caer en sus juegos, voy a estar bien, lo prometo— dijo calmada y sonriéndole para tranquilizarlo. Después de todo quería dejar las cosas más que claras con Inuyasha.

...

Inuyasha esperaba impaciente a Kagome mientras ella hablaba de quién sabe qué tema con Koga, estaba recargado en los lockers del pasillo varios metros adelante... la observó despedirse del chico y encaminarse a él. Ahora tenía que pensar en qué decir y hacer para que ella lo perdonara.

— Bien, aquí estoy. Ahora si dime, ¿qué quieres?— volvió a decir fríamente, una vez frente a él. Estaba tan dolida con ese chico, al que en pocos días llegó a amar.

— Kagome, yo quiero pedirte perdón por todo lo que ha sucedido y decirte, que yo no fui el que divulgó esa fotografía. Yo jamás te haría eso...— decía arrepentido, pero viéndola a la cara con sus dorados ojos.

— Claro que no Inuyasha, yo lo sé...— dijo calmada, asintiendo con la cabeza, haciendo una pequeña pausa al hablar, misma que hizo creer a Inuyasha que no todo estaba perdido —. No serías capaz de ello, aunque... si de tomarme otra fotografía para mostrársela a Miroku y ganar una estúpida apuesta, ¿cierto?— Concluyó irónicamente, haciendo a Inuyasha bajar cansadamente la cabeza.

— Mira, Kagome— suspiró cansado — yo sé que no merezco ahora tu perdón, estas muy dolida y lo entiendo, pero no podemos terminar. Yo te amo, lo juro— dijo muy sinceramente acercándose a ella y tomándola de la mejilla. ¿Dónde estaba ahora el orgulloso Inuyasha? Ni él mismo lo sabía.

Mi razón para sobrevivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora