XIV

5.1K 714 111
                                    

Viktor se encontraba terminando de revisar algunos archivos en su computador lo más rápido que podía, estaban a dos días de que el Festival de Luna comenzara y aún no tenía el coraje para ver a Yuuri a la cara.

Se sentía avergonzado.

Su hermano tuvo razón desde el comienzo, debió decirle que era el gobernante de la manada y que no lo vetaría de esta como lo hicieron esos estúpidos ancianos en Japón.

Sin que Yakov se diera cuenta de su distracción durante horas de trabajo, comenzó a buscar casos parecidos al de su amado en internet. Omegas o alfas que no se podían convertir o que nunca pudieron invocar a su lobo.

Resultados: Nada.

Lo único que encontraba eran cuentos para niños o leyendas, incluso salió una copia de su amado libro de Eros y Ágape, sólo que con un par de páginas extras.

Abrió el archivo y maldijo la lentitud del internet cuando más lo necesitaba. Mientras la famosa página terminaba de cargar las imágenes de referencia a la imagen física de Eros y Ágape, Viktor pegó un brinco cuando escuchó una risa muy parecida a la suya.

No creí llegar a conocer a mi yo del presente. —Viktor se estremeció y sintió que comenzó a sudar de puro temor, ¿De dónde provenía esa voz? — Eres igual de guapo de lo que alguna vez fui, me siento orgulloso...lo único que diferimos es en la valentía.

—¿Valentía...?

Exacto, vivo en tu alma, pero eso no quiere decir que no vea las tonterías que has hecho por miedo...¿Miedo a qué, exactamente? ¿A que Eros nos rechace? —Aquella voz se suavizó, empática. — Pasé por lo mismo tiempo atrás y créeme que me he arrepentido el no haber podido estar más tiempo al lado de mi amada.

—Eros...¿Eres Ágape? ¿Cómo es eso de que vives en mi alma?

No puedo decir mucho o Destino me regañará, mi consejo es que dejes de ser tan cobarde, deja de temer al rechazo...Eros, Yuuri o como quieras llamarlo, es nuestro destinado, lucha por su amor...no te quedes solo mirándolo de lejos. Él también teme a nuestro rechazo y aun tuvo citas contigo, te besó...amigo, te besó.

—Y se sintió increíble.

¿Lo ves? Ahora sé un buen...hombre, no puedo decir alfa porque no lo eres, y ve con tu destinado, sean felices mientras la Diosa Luna se los permita. —Viktor sonrió mirando la ilustración de una chica vestida de ropajes negros con transparencia, labios y ojos carmesí y una preciosa melena negra brillante. Seductora. Eros en todo su esplendor. — Ah y...saluda a Corban de mi parte, me alegro tanto de verlo en esta vida...ustedes lo llaman Otabek, yo alguna vez lo llamé hermano. Te lo encargo, Viktor Nikiforov.

Cuando la voz simplemente dejó de escucharse, cerró las pestañas de internet y se recargó en su cómodo sillón. Hablar con Ágape fue la experiencia más traumática y aterradora de toda su existencia, pero a la vez, no le sorprendía tanto. Al menos, ya sentía un peso menos sobre sus hombros.

—Espera...Si yo fui Ágape y mi Yuuri es Eros...oh Diosa Luna, mi Yuuri no es un omega. —Con rapidez, Viktor volvió a buscar el libro en internet de la famosa leyenda de esos dioses e imprimió las páginas que él no había leído.

Debía mostrárselas a Yuuri. Debía tratar de explicarle. Debía...

—¡Vitenka holgazán! ¡El Festival de Luna es en dos días y tú no has revisado todos los papeles de los turistas! ¡¿Crees que es un juego?! ¡Termina ya o haré que te quedes aquí todo el día y toda la noche! —Yakov entró casi echando humo por las orejas, estaban a nada de uno de los festivales más importantes a nivel mundial y el muy desgraciado de Viktor siempre dejaba todo a última hora.

Yuuri, el omega sin lobo [Viktuuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora