epílogo.

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5 de julio.

Después de que el doctor salió con los resultados en mano, Youngjae se levantó del incómodo asiento con mucha rapidez. Estaba demasiado nervioso y hasta que no le diesen una respuesta afirmativa no iba a dejar esos nervios atrás.

El doctor le miraba con un semblante serio, como si lo que tuviese que decir fuesen malas noticias. Youngjae no podía más, necesitaba saberlo o se iba a desmayar ahí mismo.

-Youngjae, ya están los resultados.

La voz del doctor sonó seria pero a la vez tranquila.

-¿Y qué resultados son?

Youngjae no quería ser negativo justo en el último momento cuando antes había estado muy seguro de que sería compatible con su amigo y futuro novio.
El doctor ahora formó una leve sonrisa y asintió un par de veces.

-Sí, los resultados son positivos. Eres compatible con tu amigo.

Y a Youngjae lo primero que se le pasó por la cabeza hacer fue saltar a los brazos del doctor con toda la felicidad del mundo y agradecerle por darle tan buena noticia.

Él iba a poder salvar a Jaebum, y no había nada más gratificante que eso.

23 de julio.

Jaebum se estaba preparando para volver a casa, justo hoy le habían anunciado que podría salir del hospital y recuperarse lo poquito que le quedaba en su hogar. Mentiría si dijera que no estaba feliz, él estaba emocionado, contento, alegre, satisfecho, todo. Se sentía libre y capaz de cualquier cosa. Ahora tenía la energía que hace poco tiempo atrás había perdido por completo. Ya no habían dolores ni cáncer en su cuerpo, tenía un riñón completamente sano y aunque el otro que era suyo no estaba tan sano como el de Youngjae, estaba libre de cáncer y podría trabajar bien junto con el otro. Ahora Jaebum debía cuidarse más, al igual que su amigo. Pero mientras pudiesen estar bien y juntos no les importaba a ninguno de los dos tener que ser más cuidadosos y serios con respecto a su salud.

Jaebum, aparte de tener en sus pensamientos el volver a su casa y estar con sus padres y Youngjae, a quien le habían dado el alta una semana antes, también tenía en mente el poder pedirle a su pequeño que fuese su novio, que por fin diesen ese paso que estaban ambos deseando de dar. Porque, sinceramente, ambos se gustaban muchísimo y no había más tiempo que perder.

Youngjae fue a buscar a su futuro novio a la habitación, como cada día que Jaebum seguía aquí.

-¡Hyung! -entró con una sonrisa enorme. -¡Vuelves a casa! -se acercó al mayor para darle un cariñoso abrazo.
-¡Estoy tan feliz! -comentó el mayor de los dos y descansó su cabeza en el hombro de Youngjae.
-Tu padre está abajo esperándonos, así que vámonos ya.

Los dos se fueron a la casa de los padres de Jaebum. Una vez que llegaron y el pelinegro saludó a su madre, subieron a la habitación y se lanzaron a la cama llenos de felicidad y con sonrisas adornando sus bonitos rostros.

-Hyung, estoy súper feliz. Por fin estás de vuelta y sano. -se giró para mirarle y acarició su mejilla con suavidad.
-También estoy muy feliz, Jae. -le devolvió la mirada. -Gracias a ti estoy aquí, sin ti yo ahora mismo podría estar...
-No lo digas, por favor. -le paró. -No quiero ni pensarlo. Pensemos nada más en que somos compatibles y ahora tienes una parte de mí dentro de tu cuerpo.
-Sí, y por eso ahora te pertenezco, Youngjae.

Jaebum se acercó a los labios de su chico y plantó un pequeño beso en estos.

-¿Me perteneces? -frunció el ceño sin comprender.
-Jae, hemos pasado por muchas cosas en menos de un año, hemos vivido muchos momentos, hemos experimentado muchos sentimientos y estoy seguro de que aún nos queda mucho por descubrir. -pasó sus brazos por la cintura del menor y le abrazó con delicadeza. -Me encantaría seguir experimentando, sintiendo y viviendo mi vida junto a ti. Así que... ¿Te gustaría ser mi novio?

Todo cambia [2Jae]Where stories live. Discover now