-16-

255 18 3
                                    

*Final* (Lo siento,llego la hora)

Suspiró acariciando la falda de su vestido de novia.

-Dios mío, hija, estás preciosa -dijo Fran el padre de ____  asomándose por la apertura de la puerta para avisarle de que ya era la hora.

-Es un vestido sencillo pero... -dijo ___.

-Que sea sencillo no quiere decir que sea feo. ¿Quieres que te diga algo? Me gusta mil veces más el tuyo-dijo Fran.

El traje de ____ era, en realidad, precioso, de corte griego, con tela de bambula y encaje, con pedrería
en la parte del busto y en el cinturón, con dos tirantes finos y largo hasta los pies. No tenía un color blanco roto de los que destaca, sino un blanco natural. Era un vestido digno de ella.

-Ya es hora-logro decir Fran.

Aquello aun puso más nerviosa a _____ quien, no le había visto en todo el día y quien se moría por
estar frente a él.

Al salir al jardín pudo ver el altar. Durante esos días le habían impedido que lo viera y el día anterior,
mientras preparaban las sillas y las decoraciones, Alan la mantuvo lejos para que fuera una sorpresa.

Todos los altares en playas o jardines lo son: hileras de sillas hermosamente decoradas, gasas de colores, flores, una alfombra de pétalos de rosa... La suya era al anochecer, así que estaba llena de velas y antorchas... pero su altar tenía algo que no había en ningún otro: una familia a la que adoraba y lo mejor de todo, Alan.

Se acercó al inicio de la alfombra de pétalos viendo como Fran, las chicas  corrían a sentarse y,
aferrándose al ramo de flores empezó a caminar.

Caminó hacia el altar despacio, dándose cuenta de que aquello estaba resultándole demasiado familiar, de hecho era exactamente igual que en su sueño.

Alan la contemplaba embobado, estaba preciosa, estaba resplandeciente, y lo mejor es que estaba así y ahí por y para él. No era un tipo muy dado a echarse a llorar, pero aquella visión había hecho que sus ojos se humedecieran.

Al fin llegó frente a él, con una sonrisa radiante. Toda ella parecía brillar de felicidad.

-Hola -saludó ella con un tono de voz dulce y suave.

-¡Hola! -respondió él-Dios mío, _____, estás preciosa. Preciosa de verdad.

Después de mirar a su lado derecho y asentir, aquel frio que la había acompañado al altar desapareció.

El cura no tardó en empezar con la misa, y con ella los votos. Alan, que no había soltado las manos de ___ ni un instante, se preparó para hacer sus promesas, promesas que incluían hacerla feliz todos los días, promesas que incluían no hacerla llorar jamás y hacer una gran familia, lo que hizo reír a los invitados.

Siguió ella, prometiendo ser todo lo que él necesitaba, prometiéndole quererle como merecía yprometiendo
serle fiel hasta el final de sus días. Los invitados supieron a qué se refería y empezaron a murmurar, algo que
le llevó a Alan a pedir que se callasen.

Tras aquellas promesas y a punto de zanjar el enlace el cura preguntó
a los invitados si alguien tenía algo que impidiese aquella boda, pero nadie habló.

Mí acosador favorito (2 temp)(Alan Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora