Lance McClain sueña constantemente con el día en que finalmente se encontrará con su misteriosa alma gemela. En todo caso no dicen mucho, pero lo deja con hermosas pinturas tatuadas temporalmente sobre su piel. No es exactamente la situación que es...
En el que el pasado se confunde con recuerdos que aún se sienten crudos, el futuro no promete nada y se ve turbio e inquietantemente incierto, y hay días en los que solo tienes que vivir el momento.
Notas:
Advertencias importantes: Este capítulo contiene menciones y comentarios sobre la muerte previa de un personaje menor. Si eres particularmente sensible al tema de los accidentes automovilísticos y la muerte de los padres, prosigue con cuidado. Este capítulo también involucra el consumo de alcohol en una escena de bar.
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Lance no está del todo seguro cuando comenzó todo el asunto de la frases de coqueteo ¿Dieciséis? ¿a los diecisiete? Terminando la secundaria, seguro.
Su alma gemela nunca había sido particularmente comunicativa. Recuerda haber recibido notas de vacilación y timidez incluso desde el principio. Lance, siendo Lance, había intentado saltar directamente a él. Sumérgete bien. Ambos pies primero. Dar el paso decisivo. Todos los miembros de su familia tenían historias increíbles. Historias maravillosas, sinceras, dignas de cuentos de hadas y novelas románticas. Solo tenía que saber si su alma gemela era alguien que ya conocía.
Entonces él había entrado directamente. O al menos lo había intentado.
Aprendió rápidamente que su alma gemela dejó de responder en el instante en que comenzó a mencionar detalles personales. Nunca respondió ninguna pregunta sobre ellos mismos. Nunca ofreció ningún detalle tampoco.
Pero ellos tendían a responder cuando los mensajes de Lance eran inocentes y benévolo. Garabatos de sus maestros y amigos y superhéroes favoritos. Las súplicas para los juegos de tres en raya y ahorcado. Hablando de cómo amaba la nieve pero odiaba el frío. Hablando de sus programas y libros favoritos. Hablando de sus comidas favoritas.
Esos detalles a los que su alma gemela respondió. Cosas fáciles, Cosas que no fueron completamente personales. Hablaron de películas y se quejaron de la escuela. No hablaban a menudo, ni hablaban en profundidad, pero Lance valoraba cada palabra que aparecía en su piel.
Entonces dejó de hacer preguntas personales. Dejó de contar cosas personales sobre sí mismo. Dejó de molestarse en buscar un nombre, edad, ubicación, sexo. Esas cosas no importaban de todos modos. Por mucho que quisiera saber, necesitaba desesperadamente saber, esos detalles podían esperar.
