Es la séptima vez que repito la misma canción en mi pequeño reproductor de música. Let It Be de los Beatles es el único ruido en todo espacio dentro de mi dormitorio. Mi madre, Evangeline, ya me ha llamado varias veces a mi puerta pero la he ignorado escuchando lo que actualmente es mi canción favorita.
Claro, ya es hora de que baje a desayunar para ir a la molestosa universidad.
— ¡Matthew, se te va a hacer tarde!—Una vez más me llama.
Bajo de la cama y con suma lentitud me dirijo a mi armario para buscar que ponerme. Jamás pensé que diría esto pero, ya estoy harto de ir a estudiar. La carrera de mercadotecnia no es tan sencillo como esperaba; es aburrida, las materias mataron mis expectativas y los profesores son... Mediocres.
— ¡Matt! ¡Matt!—me llama mi hermana menor Miranda.
—Ya voy—contesto fastidiado.
—Mamá hizo hotcakes.
Como si en realidad me importará...
—Ahora bajo...—respondo cansado.
Mi vida podría ser normal sí mi vida desde pequeño hubiera sido normal. Próximamente cumplo diecinueve y parece un evento como cualquier otro día. No soy importante. Es un día común y corriente como cualquier otro, aburrido y sin algo interesante que añadirle a mi historia. Un año más anciano y amargado.
Bajando las escaleras me encuentro al fin con la hermana más energética del mundo: Miranda Evans, de grandes ojos verdes y con una sonrisa que no se le borra fácilmente del rostro. En veces luce como una maniática. No es que me harte que siempre haga eso, pero al menos debería darse por vencida con mi jodido carácter.
—Hola, Matt. Buenos días—me saluda Evangeline al llegar a la cocina.
—Hola...
— ¡Matt!—salta Miranda chillando como loca para llamar mi atención—. Promete que mañana me ayudarás con mi tarea de matemáticas.
—Si...
Ambas se sientan en sus respectivos lugares; Miranda me pasa mi plato con dos hotcakes ya bañados en miel de maple.
—Matthew—me habla de manera reprobatoria mi "padre", Daniel, llegando a servir su taza de café matutino.
— ¿Qué?
—Estás muy callado. ¿Qué tal tus clases? No te he visto hacer muchos deberes...
—Creo que ya es tiempo para que te hagas un corte de cabello—dice Evangeline—. Es muy bello, pero ya casi cubre todo tu rostro...
—Y en la carrera de mercadotecnia la imagen es muy importante—agrega Daniel.
Arrojo el tenedor contra el plato.
— ¿Hay algún problema con eso?—digo de forma violenta.
—Bueno, creo que debe ser incomodo traer los cabellos sin dejarte ver mucho—contesta Evangeline de forma nerviosa.
Me levanto de golpe.
—Estoy harto. Dejen de parecer "lindos y amables" conmigo. Creo que ya estoy lo suficientemente grande para tomar mis decisiones.
—Hijo, no es eso...—trata de intervenir Daniel.
—Estoy bien así, ahora no vuelvan a preocuparse por mis asuntos. Ya no soy un niño.

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Mi lado Oscuro (Pausada)
RomanceDesde pequeño habia estado solo. Mi madre poco me cuidaba y como remedio para eso, decidió abandonarme en un parque pequeño de Manhattan. Mi vida no era como la esperaba o como la que un niño de cuatro años soñaba. Mi infancia fue traumatica y aunqu...