Beso.

4.7K 355 18
                                    

NARRA AMARIS.

Saco el Pay del refrigerador que para mi suerte me quedo perfecto, había olvidado una parte en medio de la acción, tuve que ingeniarmelas para hacerlo bien, tenía que estar perfecto, sin embargo han pasador dos horas y el aún no ha llegado, ¿Que tan lejos habrá ido?.

Tal vez se ha arrepentido, no debería ser bonito estar prácticamente con un cadáver en sus últimos minutos de vida, suspiro mientras me siento en frente del Pay, en serio quiero probar un poco.

¿Será normal que me importe tan poco mi futuro?

De cualquier forma, no quiero morir triste ni muerta de miedo, quiero llevarme a donde sea que me valla un ultimo recuerdo feliz.

Suspiro profundo lista para echarme encima de la isla a llorar, pero su aroma entra casi dolorosamente inundando mis pulmones.

Esta parado en el umbral de la cocina mirándome únicamente a mi, y en cierta forma me molesta que no repare en la presencia del pay que tanto me costó hacer.

—¡Pensé que no llegarías! —demasiado emocionada para el, tomo su mano y lo llevo a una silla al costado de donde estaba sentada.

Una vez percatada de que está sentado sacó dos platillos con dos cubiertos, con cuidado corto dos pedazos bajo la mirada atenta del híbrido.

—¿Recuerdas que un día me dijiste que te haga un pay de fresa? —No asiente y no dice nada, empiezo a desesperarme, colocó el platillo en frente de el y me siento a su costado, aún con su mirada clavada doy un bocado tragando el nudo que tengo —No quiero ser presumida, pero me salió perfecto.

—Amaris...

Y ahí está, el tono de voz, presionó los ojos ante de mirarlo.

—Prueba un poco.

Digo ignorando lo que acaba de decir, me meto otro bocado más grande.

—No hagas esto —místico más de lo necesario y el cubierto empieza a temblar al mismo tiempo que mi mano —Necesitamos hablar de lo que paso.

—Aún no has probado nada.

—Por favor.

Su súplica me rompe el corazon.

—Hablaremos si comes lo que hice —mi voz tiembla y me meto otro bocado mirando el platillo.

Un suspiro cansado salen de sus labios.

—Está bien, lo comeré después de que hablemos —quiero protestar como una niña pequeña cuando sus padres la obligan a comer vegetales, pero el nudo empieza a doler, vuelve a suspirar y yo sigo comiendo —Es mi culpa, no debí haberte gritado, Caroline me dijo algo que me enojo y bebí demasiado, no quería hacer lo que hice —dicen que los niños y los borrachos Dicen la verdad ¿Cuan cierto es eso? —Si no te hubiese botado eso no estaría pasando, todavía puedo salvarte, debe haber una manera de...

—¿Y si no la hay? — suspira cuando lo interrumpió, lo miro aún cuando el esta de perfil —¿Que y si no encuentran nada? Puede ser demasiado tarde y, prefiero pasar el resto de horas que me quedan pensando que no son las últimas que vivire, quiero sentir que nada de que dices paso, quiero no odiar a Estefan por hacerme esto y quiero irme a dormir pensando que mañana será un día pesado y que tengo que descansar mucho para soportarlo.

Las lagrimas han empezado a salir sin que me de cuenta, Niklaus se levanta y envuelve mi cuerpo con sus brazos cálidos.

—Lo siento amor, lo siento tanto.

Me alejo de el y niego con la cabeza, me limpio rápidamente las lagrimas.

—No tienes que disculparte, porque nada ha pasado —me mira dolido —Además...Caroline tiene la culpa —digo en un susurro como si fuese un secreto, algo que le saca un sonrisa —Ahora prueba un poco porque me demore haciéndolo.

Asiente y con más ganas de las que tenía hace unos minutos se sienta y empieza con el primer bocado.

—No me digas que es lo más rico que has comido porque lo se.

Hago una mueca dramática y el se rie.

—Siento romper tus esperanzas amor, pero me gustaba más el de chocolate.

Mi cara de indignación hace que se ría conmigo, o de mi. Pero lo importante es que parece feliz, y es gracias a mi, aunque estaba triste por mi culpa...

El pay funcionó, el resto de la tarde nadie se apareció por la casa como Rebekah dijo, como era de esperarse Niklaus se comió todo el pay, eso definitivamente me hizo feliz, muy feliz. Cuando la Noche llegó, la alegría pareció haberse esfumado pues pocas eran las horas que me quedaban, subimos a su cuarto y nos hechamos con las manos sobre el estómago mirando el techo,por largos minutos nadie hablaba,y cuando el lo hizo, se me cayo a caer el alma a los pies.

—Lo siento.

Me volví hacia el y tome su mano.

—No puedes culparte por todo, tienes que entender que no puedes cargar el peso del mundo sobre tus hombros, no es correcto, incluso para ti es una carga muy pesada, yo bebí la sangre de Estefan, debí sospechar algo pero soy algo tonta cuando tengo hambre, si algo paso o va a pasarme es mi responsabilidad, de lo único que eres culpable es de hacerme feliz estos últimos días, sin contar los últimos.

—Siempre he hecho cosas terribles Amaris, he matado personas sin sentir remordimiento, tal vez este es mi castigo, es mi culpa, nunca debí...

Jalo su chaqueta hacia mi y me estiró para rozar sus labios con los míos importandome poco que alguien nos vea, el responde a mi lenta y dulcemente, me separo de el y busca mis ojos, no se lo niego, sonrió.

—Puedes culparte de eso, no pienso hacerme cargo de mis actos.

Sonríe y me pega a el, besa la coronilla de mi cabeza y yo apoyo está en su pecho, el sueño empieza a invadirme pero no siento miedo, no siento que nunca más voy a despertar.

—Hasta mañana Niklaus —escucho su respiración pesada y los ojos empiezan a picarme.

—Hasta luego amor...

Al menos moriré sin pensar que sabor tendrán sus labios porque ya lo sé.

La ultima descendiente de la Luna °THE ORIGINALS°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora