~Never Noticed~ (OS MiNayeon)

-NM-

Atribuyo esta continuación principalmente a alecchii pues gracias a que en uno de sus comentarios manifestó que sería interesante leer el punto de vista de Mina en la historia, no me he sacado la idea de la cabeza...

Hasta materializarla, aquí kdjsjd

So, sin más que decir, disfruten de la lectura.

-NM-

Im Nayeon es como fuegos artificiales atravesando el cielo.

Cuando llegan (de la nada) asustan, un montón, y apenas atinas a dar un salto de la impresión o a quedarte estático en tu espacio.

A medida que el tiempo pasa, y el espectáculo deja de parecerte una estruendosa barbaridad que destroza tus nervios despiadadamente, se convierte (seguro) en la cosa más bella que verás en tu vida.

Im Nayeon es así, invasiva como ella sola, y colorida. Como un sol del verano, que abriga (en contra de tu voluntad) los escondites recónditos.

Mina recuerda esa primera vez donde atravesó la puerta de cristal del edificio y las miradas clavadas sobre su silueta no se habían hecho esperar demasiado, igual que en otras ocasiones.

La costumbre era ser el flanco principal de esta clase de recibimiento, y causar una especie de pánico en sus observadores que desemboca en el absoluto mutismo de estos ante su presencia.

Aunque ella..

Ella.

Im Nayeon (hipnotizada, carente de miedo) se presentó y preguntó por la existencia de una sombra desconocida. Ella, quien fácilmente por su apariencia, podía describirse como la dueña del lugar, simpatiza en absoluto con el contrario.

Las tardes mueren, y Nayeon toma de su mano con esa confianza descomunal que destruye en segundos cualquier barrera impuesta.

Las tardes mueren y pasean en la calle, la lluvia resbala por sus mejillas y sus ojos café gritan que justo ahí, entre ambas, todo es extraordinario.

Mina tiene un propósito, pero lo olvida porque Im Nayeon parece sacada de un cuento de fantasía, una historieta de pura comedia, porque (para gusto propio) Nayeon fue la primera en dibujar una sonrisa en su rostro.

Quizá era una idea difusa (un anhelo desesperado) el sentir en ocasiones que Nayeon la mira como si se tratara de arte. Y esos segundos en que sus mares de chocolate se sumergían a lo largo y ancho de la vía láctea de su rostro, esos segundos valían mucho más que todo el oro del universo.

Mina es invierno, y en ocasiones la estación le resulta bastante dolorosa, pero junto a Im aprende que incluso el invierno, parece maravilloso.

No finge, no tiene la necesidad de pretender ser alguien más. Ella es la misma a su lado, y se pregunta que clase de conjuro ha lanzado Nayeon en su contra para sacar lo mejor de sí, y coexistir, sin recurrir a la vía del asesinato o la exclusión mutua. Transformar sin dañar, querer y no esperar nada a cambio.

Mina se pregunta como una simple sonrisa manda a volar la cordura en su humanidad. Nayeon sonríe y Mina descubre el error en su razonamiento.