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Cuando  Yoongi estaba en la escuela supo que eso no era para él, quizá desde que la comenzó supo. Pero cuando acompañó a Taehyung a hacerse ese tatuaje del cual hablaba con tanto fervor, mientras todos sabían que con suerte podría hacerse una raya, porque el dolor no lo soportaría ni de chiste. Cuando vio a ese hombre lleno de dibujos en todo su cuerpo, hablando sobre el sentimiento que tenía hacer lo que le gustaba, a pesar, de tener a un niñato gritando cada vez que la máquina se encendía .

—Realmente creo que esto no es para ti...-Sugirió a su amigo al ver que este no dejaba de chillar cada vez que se le acercaba la máquina.—Mejor cobre lo poco y nada que pudo hacer, y nos vamos.

—Lo lamento, ya pagó y es por toda la obra, tengo que terminarla.-Dijo el hombre bastante mayor, quien decidía el destino de la piel de su amigo, que por cierto, era demasiado cobarde como para afrontar en lo que estaba metido.

Así fue como Yoongi obtuvo su primer tatuaje y descubrió su amor por aquello. Tuvo discusiones en casa, conoció a mucha gente, varios le juzgaron, pero al final, pudo abrir un local en el cual ejercía su profesión junto a dos buenos amigos, Jungkook y Namjoon. Estaba en un barrio tranquilo de Seúl, pero de bien, por eso nunca tuvo problemas con la gente de alrededor.

—¿Supieron que al frente se instalará una florería?-Jungkook quien sacaba el tema, mientras en un papel dibuja un nuevo diseño, Yoongi lo hojeo, era de pareja.—¿No es gracioso? Luego de tatuarte compra rosas a tu madre para que no te castigue.

—Habla de rosas la persona que hace diseños para compartir con su novio-Molestó Namjoon mientras se sacaba unos guantes de látex, esperando que de uno de los cuartos, saliera la persona recién tatuada.—No se, me parece interesante, desde hoy las dos ceras serán contrapartes.

—No se preocupen por estupideces y concéntrense en su trabajo-Corta el rubio observando la agenda que tenía ese día.

Pero quién diría, que a las mañana siguiente, cuando llegaba para abrir el lugar vio en la acera contraria la presencia de la otra persona, no acostumbraba haber personas a esas horas de la mañana, lo cual le dio razones para girar a ver. Era un chico, mucho más pequeño que él, de edad y estatura, tenía el cabello castaño oscuro, su cuerpo era delicado en cada movimiento a pesar de ser de contextura gruesa, caminaba con elegancia y con una pequeña sonrisa en sus labios, como si estuviera ansioso de algo y lo entendió cuando vio que abría las puertas del local en frente del suyo.

El dueño de la florería era simplemente hermoso.

—¿Alguien...alguno vio al dueño de la florería?.-Yoongi se encontró a sí mismo sacando el tema en plena hora de almuerzo.

—¿No fuiste tu el que dijo que nos concentremos en el trabajo?-Gruñe el más joven entre los chicos, Jungkook solía ser así con todos, pero cuando estaba al lado de TaeHyung era todo lo contrario.

—No pierdas tu tiempo preguntándole a Jungkook, y yo si lo vi, es una preciosura.-Las palabras del  joven le molestaron en lo más profundo al rubio, no tenia porque referirse tan despectivo al chico desconocido.—No hallo el momento para ir a la florería y pedirle su número.

—Como si fuera a darte la hora siquiera..-Susurró para sí mismo a pesar de saber que el más joven lo escucharía, solo quería molestarle.

—Seguro a ti si te mira si quiera.

—Por lo menos yo no andaré detrás de él. 

—Porque bien sabes que no podrás ser de su gusto.

—Como si tu lo fueras a ser.

—¿Pueden callarse?.-Una voz sin paciencia interrumpió la infantil pelea de sus amigos.—Poco me importa ese chico, pero si me importa poder disfrutar de mi almuerzo, ninguno de los dos irá detrás de ese chico ¿entendido? solo lograra que discutan y no me agrada escucharlos pelear como niñatos, ahora sigan comiendo e ignoremos lo que acaba de pasar.

Tal como Jungkook había dictaminado ambos comenzaron a comer mirándose con recelo. Desde eso hasta la fecha,habían pasado dos años. Dos años en los cuales Yoongi miraba por la ventana de su local, mirando hacia el del frente, donde siempre se encontraba al chico que hacía que su corazón latiese. No sabía su nombre, no sabía su edad, no sabía de su familia o donde vivía, pero a la vez, sabía mucho de él.

Sabía que le gustaba el chocolate, ya que casi siempre lo pillaba con una barra de chocolate, las veces que iba a la cafetería de la esquina pedía un pastel de chocolate.

Sabía que sus flores favoritas eran las Azucenas(por cierto,no sabía nada de flores,estuvo alrededor de dos meses tratando de dar con el nombre), siempre se dejaba un ramo de cinco para el mismo, una vez a la semana se lo llevaba a su casa, ya que a la siguiente semana no volvía con ellas.

Sabía que era bastante tímido, pero a la hora de hablar sobre lo que le gustaba su personalidad salia a flote. Caminaba por la calle como si tuviera miedo, cuando se colocaba detrás del mostrador también parecía bastante cohibido y cuando se le acercaba un cliente con pena le respondía. Más al momento de explicar y comenzar a hablar de las flores, se explayaba.

Sabía que los fines de semana su hermano le iba ayudar y de vez en cuando este lo recurría en la semana. Se acuerda perfectamente, ya que la primera vez que lo vio creía que era su novio.

Sabía muchas cosas de él, pero a la vez no sabía nada, podía describirlo por completo, pero no podía hablar de el en su vida privada. Nunca se atrevió a cruzar la calle y entra a ese lugar, solo Jungkook una vez lo hizo, pero el hermano del chico lo había atendido.

—Estaba ocupado explicándole a unos niños los significados de las flores, ya sabes, cuando los pequeños entran a las florerias por curiosidad...parecía muy encerrado en su mismo, así que su hermano el gigante ese me ayudo a elegir las flores, no se manejaba tanto como el chico ese pero si me ayudó.

Cada día crecía más su ilusión con el desconocido, había imaginado una y mil veces como hablarle, pero cada vez que estaba dispuesto a hacerlo, lo veía, tan resplandeciente, tan puro tal cual su flor favorita, totalmente blanco y nada manchado.

Nunca tendría el valor para revelar lo que sentía.



Da estrellita y me enamoro

Entre flores y TatuajesWhere stories live. Discover now