Wonderstruck

I see sparks fly whenever you smile.

Narra _____

Era sábado, y acababa de despertarme, vi el reloj en mi iPod, son las 8 de la mañana, hice un intento moverme pero no puede, seguramente Zayn había venido a dormir conmigo, a veces lo hacia cuando llovía, a Zayn no le gusta mucho la lluvia, bueno en realidad lo que no le gusta son los truenos, tenía un brazo alrededor de mi cintura, traté de retirarlo pero Zayn se movió,  creí que se había despertado, por lo que decidí darme la vuelta y pedirle de la manera más amable que retirará su brazo pero vaya sorpresa que me llevé.

-  ¿Harry? ¿Pero qué haces aquí? ¿Zayn sabe que estás aquí? – lo miré un poco asustada.

Harry talló sus ojos suavemente y poco a poco fue abriéndolos.

-  Zayn dejó que me quedara, creo, sólo recuerdo que estaba leyendo y me quedé dormido, luego Zayn entró y me dijo algo pero no sé muy bien que dijo, estaba un poco dormido.

-  Ya veo.

-  ¿Qué hora es?

-  8:10 de la mañana.

-  ¿Siempre te levantas a esta hora los fines de semana? – asentí - ¿Por qué?

-  No sé, la costumbre tal vez –hice una mueca - ¿Quieres desayunar algo?

-  ¿No podemos dormir un poco más? 

-  Bueno, si quieres quédate aquí yo iré a preparar algo de desayunar y vuelvo con algo para ti y para mí.

-  ¿Y piensas dejarme solo?

-  Sí, ¿algún problema con eso?

-  Claro, que tal que alguien entra por tu ventana y me rapta – fingió asustarse.

-  Eso no va a pasar, no tardo.

Me levanté de la cama y me puse unas pantuflas.

-  Espera – dijo Harry mirándome - ¿No hay un beso de buenos días?

Puse mis ojos en blanco y luego me acerqué a besar su mejilla, salí y me dirigí a la cocina, hice unos hotcakes, la verdad no tenía ganas de preparar algo más, tomé dos vasos, los llené con leche.

Puse los hotcakes y los vasos con leche en una bandeja y subí a mi cuarto, Harry se encontraba dormido pero la tele estaba prendida.

-  Harry, si no pensabas ver la tele mejor no la hubieras prendido.

-  Lo siento, me ganó el sueño.

-  Anda, siéntate y come tu desayuno.

-  Sonaste como mi madre – dijo sentándose en la cama mientras yo le pasaba un plato con un hotcake y su vaso de leche.

-  ¿De verdad? – asintió – bueno, como sea, ¿Quieres miel de maple o mermelada?

-  Miel de maple – sonrió.

Me senté a su lado y comenzamos a comer, nadie habló, cuando terminamos Harry me pasó su vaso y su plato y los coloqué en la bandeja, iba a salir cuando Harry me detuvo.

-  Tú cocinaste, yo lavo los trastes.

-  Yo puedo hacerlo, no te preocupes – sonreí.

-  Quiero ayudarte – puse mis ojos en blanco – pareces niña chiquita cuando haces eso – arqueé una ceja – pero te ves linda – sonrió.

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Mientras Harry lavaba los trastes yo me encontraba recargada en la barra de la cocina observándolo, Harry podría ser un buen esposo.

Sonreí para mí misma mientras miraba al piso, Harry me miró.

-  ¿Qué piensas?

-  Na-nada – sonreí nerviosamente.

-  Algún día podré tener el poder de leer tu mente y sabré que piensas y porque es que te pones tan roja.

-  Yo no estoy roja – fruncí el ceño.

-  Es broma – sonrió – pero las veces que te pones roja luces bastante tierna.

Espero que jamás pueda leer mi mente si no se enteraría de lo que siento por él.

Después de esa pequeña y un poco incómoda charla fuimos a mi cuarto y nos quedamos viendo un programa, para ser específica veíamos princesitas, ese programa en donde las mamás visten a las niñas muy lindo, tanto que parecen barbies.

-  Mira que linda está esa – dije señalando a la niña morena con vestido blanco y detalles rosas – si algún día tengo hijas quiero vestirla así, pero no la maquillaré tan chica – negué con la cabeza.

-  Creo que si algún día tienes hijas deben de tener tu cabello, tus ojos, tu nariz, tus pestañas, tus cejas, tus la.. Bueno, para no hacer la lista larga debe ser idéntica a ti – lo miré y ambos sonreímos.

-  Creo que si tienes un hijo debe tener tus ojos, lo demás no está lindo – me miró triste- es broma, también tiene que ser idéntico a ti, seguramente tus hijos serán lindos – sonreí mientras miraba la televisión.