Mas que Amigos

3 Primer Beso

A las cinco de la tarde exactamente Danny llegaba a un acantilado vistiendo un esmoquin blanco sin corbata y apoyado en un bastón. A su lado venia Kono vistiendo un traje floreado y su cabello suelto. 

-Cálmate Danny – dijo Kono sonriendo sin dejar de mirar al frente
-Debo estar completamente loco – dijo Danny también sonriendo y con la vista al frente – para dejar que ese maniático me arrastre a esto
-O muy enamorado – susurro Kono en tono bajo –, pero ni tú lo sabes
-¿Qué dijiste? – pregunto Danny
-Nada – dijo ella –. Vamos

Lentamente avanzaron por un pasillo con pocas sillas. A un lado estaba Kamekona y Jerry con Max, y al otro estaba Joe con Adam y Maia. Bajo un arco de flores estaba Steve con un smoking blanco y un maile leis alrededor del cuello, al llegar a su lado, Steve coloco un maile leis y le tomo de la mano para pararse frente al juez de pascua

-¿Cómo hiciste para organizar esto tan rápido? – pregunto intrigado Danny en voz baja 
-Hice magia – dijo Steve sonriendo
-Una muy bonita – dijo Danny sonrojado
-Me alegra que te hubiese gustado – susurro Steve

La ceremonia fue corta pero muy hermosa en opinión de Danny. Se le hizo imposible no morderse disimuladamente el labio inferior y no sonrojarse cuando en plena ceremonia Steve lo abrazo por la cintura. El juez empezó a hablar y en un determinado momento pregunto

-Steve ¿aceptas a Danniel en matrimonio para cuidarlo, amarlo y respetarlo – pregunto el juez – en la salud y en la enfermedad, en la riqueza como la pobreza hasta que la muerte los separe?
-Llevo años haciéndolo – dijo Steve sonriendo mientas volcaba a verlo –, un par de años más un par de años menos…
-Animal – susurro Danny sonriendo nervioso –, no se contesta así
-Lo siento – dijo Steve y todos se ríen –, acepto
-Danniel ¿aceptas a Steve en matrimonio para cuidarlo, amarlo y respetarlo – pregunto el juez – en la salud y en la enfermedad, en la riqueza como la pobreza hasta que la muerte los separe?
-Si señor – dijo Danny sonriendo – acepto – dijo mirando a Steve
-Por favor firmen aquí – dijo el juez entregándole la pluma a Steve que firmo – ahora usted – dijo ahora entregándoselo a Danny que también firmo – por el poder que el estado de Hawaii me confiere los declaro esposo y esposo. ¿Tienen los anillos?
-Si señor – dijo Steve y de su bolsillo saca un par de alianzas
-Hagan sus votos – dijo el juez
-Danno – dijo Steve colocándole un anillo de oro blanco – sé que esto es sorpresivo para muchos, pero tú mejor que nadie sabes que esto es una clara muestra de lo que eres para mi
-Ahora usted señor Williams – dijo el juez
-Yo… no tengo… maneras ya de decirte lo que representas en mi vida – dijo Danny colocándole otro anillo de oro blanco
-Se pueden besar señores McGarrett – dijo el juez de pascuas 
-¿Señores McGarrett? – dijo Danny sorprendido
-Uno tenía que adoptar el apellido del otro – dijo Steve sonriendo
-¿Y por qué no podías ser tú el que adopte mi apellido? – dijo Danny molesto y cruzando los brazos
-¿Quién es el más alto? – dijo Steve – ¿Quién conduce el auto?
-Por favor – protesto Danny mientras el juez los miraba sorprendido –, eso es absurdo. Acepta que eres un machista de primera. ¡Además es mi auto! Lo conduce porque eres un abusivo
-¿Van a pelear ahora? – dijo el juez sorprendido
-Claro que no – dijo Steve ignorando al hombre – organice la ceremonia según tus gustos
-Esta bonita – dijo Danny – no lo niego, pero eso no basta
-¿Y que más querías? – dijo Steve 
-Que tú lleves mi apellido por ejemplo – dijo Danny
-¿Y dices que el loco soy yo? – replico Steve
-Chicos… – dijo Cho aclarándose la garganta
-¿Qué tiene de malo? – dijo Danny
-Yo te pedí matrimonio – dijo Steve –, tú llevas mi apellido, es lo lógico
-Chicos… – dijo Cho aclarándose la garganta
-¡No! – dijo Danny – de echo nada contigo es lógico jamás
-¡Basta! – dijo Cho y todos se quedan en silencio – bésense ahora – ordeno la chica
-Ehh… – dijo Danny completamente rojo – yo… 
-¡Bésense! No querrán que el juez crea que esto es un fraude ¿o sí? – dijo Cho y el juez los miro sorprendido. Steve torpemente topo sus labios con los del rubio – eso no es un beso ¿o que dices tú, Chin?
-Para nada – dijo Chin sonriendo
-Bésense – dijo Cho – no sean tímidos
-Háganlo como lo hacen a diario – dijo Chin