7 Corazon Herido

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Los días pasaron y el día de la inauguración de McDanno Bar & Grill llego. Desgraciadamente Rachel no dio su venia para que Grace fuera al evento, pero como agradecimiento a todo lo que Steve estaba haciendo por él, Danny se puso su mejor traje, dibujo su mejor sonrisa en su rostro y decidió que estaría a la altura de la ocasión. Prueba de ello es que no se separó del brazo del comandante en toda la noche y Steve parecía complacido con ello. Todo fue un éxito, aunque el verdadero reto venia al día siguiente ¿iría alguien al restáurate después de la inauguración? La respuesta fue contundente, antes de las diez de la mañana tenían la mitad de las mesas reservadas para esa noche y varias para la semana siguiente. El trabajo logro distraer al rubio, y hablar con la abogada Miller, le brindo la seguridad de que existía una posibilidad de recuperar a su hija.
Ese día en particular había sido agotador para él. Había hecho montañas de papeleos y atendido el restaurant hasta cerca a la media noche. Cuando llegaron a casa se dio un baño y se acostó, mientras Steve se hacia cargo de Eddie, el Golden Retriever que había adoptado hace poco. La voz de Steve lo despertó en la madrugada mientras se movía por todo el lugar.

- ¿Qué haces? - dijo Danny despertando
- Disculpa - dijo el Marine -, vuelve a dormir
- ¿Hay problemas? - dijo sentándose en la cama
- No - dijo sonriendo Steve - solo...
- ¿Qué haces con esa cámara? - dijo Danny al notar el objeto en su mano
- Era de mi padre - dijo Steve - yo...
- ¿Me estabas tomando fotos en dormido? - dijo soñoliento y risueño el rubio
- Es que te veias muy hermoso - dijo Steve acomodándose a su lado y dejado la cámara sobre la mesita de noche
- ¿Qué horas es? - dijo abrazándose a la cintura de Marine
- Las dos - dijo Steve mirando el reloj
- ¿Y ya te vas a levantar? - dijo colocando su cabeza en el pecho del hombre
- A diferencia tuya, no podía dormir - dijo Steve acariciándole el cabello
- Y te pusiste a acosarme - dijo Danny cerrando los ojos mientras Steve lo abrazaba por la cintura
- Aún no he empezado a hacerlo - replico con voz ronca Steve mientras le besaba el cuello - pero muero de ganas por hacerlo
- ¿Y qué esperas? - dijo Danny y fue todo lo que el comandante necesito para girarse hasta quedar sobre el más bajo

Lentamente las manos de Steve quitaron la playera con la que Danny estaba durmiendo, y a medida que esa piel suave se iba descubriendo, él iba besándola con la mayor de las adoraciones. Su lengua jugo con esas tetillas pequeñas y rosadas hasta tenerlas completamente erectas mientras su propio cuerpo iba reaccionando a los hechos. Beso y mordisqueo el hombro de su compañero mientras le quitaba el pantaloncillo de dormir. Danny tampoco se quedó atrás, y en un santiamén se deshizo de la camiseta de Steve, para después ingeniárselas hasta llegar al botón del pantalón. Pero Steve fue más rápido, y antes de que pudiera hacer nada más, ya lo había desnudado completamente. Estaba consiente que debería sentirse expuesto, pero no era así. Su corazón le gritaba que eso era lo correcto. Que él debía estar en esa posición y sometido por ese hombre. Pero no sometido por miedo o agradecimiento como había pensado hasta ese momento, sino, por el más puro y grande amor que había sentido después de Grace. Ya no podía engañarse más. Amaba a ese Neanderthal y lo que más quería era envejecer entre sus brazos. Afortunadamente a esas alturas su pierna ya estaba completamente recuperada, ya que Steve con otro movimiento rápido también se desnudó. Las manos del Marín no dejo un centímetro de piel sin recorrer, mientras Danny lo único que lograba articular era que quería más de esas atenciones. Más de esa mano torturando su miembro hasta lograr que se corriera entre ambos cuerpo. Quería más de esa lengua que le estaba quitando la respiración con cada beso y arrojando su mente a una dimensión totalmente desconocida.

- ¿Estás seguro que quieres esto? - susurro una voz en su oído mientras le lamia la oreja - porque si sigo a partir de aquí, ya no habrá marcha atrás

La respuesta fue simple y casi animal, unas caderas empujándose contra él, pero sin intensión de alejarlo, sino todo lo contrario, buscando provocarlo hasta la locura. Unas uñas que surcaban su espalda pero que lejos de lastimarlo solo lo excitaban, y esa boca que le exigía demostrarle que tan buen amante podía llegar a ser. Acaricio esa pequeña cintura y lo que logro fue la reacción más inesperada. Danny encogió sus piernas hasta topar su propio pecho y las uso para empujar al comandante lejos de él. Steve sorprendido cayó de espalda y se iba levantar para disculparse por su atrevimiento, cuando sintió como su cuerpo era inmovilizado contra la cama. Danny se había sentado a horcajadas sobre su pelvis y estaba a milímetros de lograr que él entrara en su cuerpo. Por un instante sus ojos se cruzaron y vio que aquello que tan secretamente el corazón del rubio escondía de él. Se había enamorado. Danny ya no se conformaba con ser su amigo quería, necesitaba desesperadamente que eso fuese real. Tan real como el hecho de estar desnudos en la cama en ese preciso momento.

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