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Capítulo 12. | This is Halloween. 2\2

Roma, 11:30.

Tick Tack.

Trece.

— Con la S...

Me llevé el lápiz que había conseguido días atrás a los labios, mordisqueando la madera suavemente. Miré al techo de la celda pensando, indagando en mi mente cuál sería la última palabra del crucigrama. Habían pasado más de tres días desde que Cezar vino a verme y justo esa mañana había recibido una llamada de solo una palabra: «Halloween». Supe en el momento que se refería a hoy 31 de Octubre, por lo que mi niño interior no podía estar más contento. Debí admitir que tenía una fascinación extraña por ese día.

Louis entró nervioso a la celda, se tumbó de espaldas en su colchón de muelles y no paró de suspirar queriendo llamar la atención. Reprimí un bostezo observando la última casilla vacía de ese juego británico. Louis volvió a suspirar y muy a mi pesar desvié la vista del papel a su cuerpo.

— ¿Qué tienes? — Interrogué.

Su cabeza giró hacia mí en ese momento. Percibí la preocupación en sus ojos.

— He escuchado cosas. — Replicó. — Nada bueno, por cierto.

Coloqué los brazos detrás de mi cabeza y cerré los ojos, poco me importaba los cotilleos que se creaban en ese sitio. Aun así, guardé silencio y esperé a que Louis volviese a hablar. Escuché como se levantaba de la cama y caminaba de un lado a otro por la habitación. Su voz volvió a resonar rompiendo el silencio.

— Hoy es Halloween, ¿lo sabías? — Espetó. — Quizá por eso están tan revueltos, las malas energías de ese día les han nublado la mente.

Respiré profundamente siendo consciente de que Louis a veces se tomaba todo demasiado en serio.

— Tú sí que tienes nublada la mente con tanto libro de fantasía. — Repuse disimulando una sonrisa.

Louis hizo una mueca.

— Es la verdad, están inquietos porque alguien les ha dicho a los guardias que va a ver un motín.— Declaró desesperado. — Están intentando saber quién ha sido.

Abrí los ojos encontrándome con la cara aterrorizada de Louis, quise darle una paliza para que espabilara. La sensación de que un caos se estuviera aproximando me llenaba de una sensación embriagadora, y un ferviente deseo de ser libre me inundó por completo.

— ¿Trece? ¿Se puede saber por qué estás sonriendo? mon Dieu, para qué te habré contado nada.

Su mirada transmitía inquietud.

— Porque es Halloween. —Aclaré. — ¿Sabes qué quiere decir eso?

— ¿Que es el día donde todos los demonios salen?

No pude disimular la sonrisa siniestra que se había dibujado en mi cara.

— Exacto.

Zara Di Angelo.

— ¿Osea que crees que los encapuchados conocen a tu hermano?

Sandro resumió mientras conducía. Nos habíamos citado esa mañana para ir en busca de un disfraz decente para mi cumpleaños, y le había explicado omitiendo ciertas partes, como que también estaba Roxana, que había conocido a unos chicos que decían conocer a mi hermano. Era consciente de que me había saltado muchas partes importantes, como por ejemplo que hoy iba a sacar a un asesino de la cárcel, no podía decirle eso.

Le había explicado por encima que ellos me habían buscado para decirme que conocían a mi hermano y que podrían decirme dónde estaba. Sandro puso mala cara en toda la conversación, completamente desconfiado. Era comprensible.