❇ U N O ❇

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—Serás el responsable de traernos de regreso a casa en una sola pieza– aclaraba Hoseok mientras Namjoon asentía.

Jungkook iba en el asiento trasero del vehículo con Yoongi a su lado texteando con quien sabe quien.

—Esperó que los compañeros de tu amigo sean lindos– suspiró Yoongi, observando su reloj de muñeca —hace meses que no follo y ya me hace falta–.

—Pues Seokjin es lindo así que imagino que sus amigos igual lo serán– asintió Hoseok.

—Esperen– Jungkook llamó la atención de los mayores —¿ustedes irán por ahí a beber, bailar y coger hasta perder la conciencia mientras yo espero en una esquina a que se aburran para luego regresarlos a casa sanos y salvos?–.

Los tres asintieron en afirmación. Jungkook rodó los ojos y bufó indignado. Vaya forma de perder su valioso sábado por la noche pudiendo estar tumbado frente al televisor o jugando videojuegos hasta tarde o simplemente durmiendo. En cambio debía hacerla de niñero de un grupo de universitarios que a parte de todo, eran mayores que él. ¿Qué clase de ejemplo le estaban dando?

Namjoon siguió conduciendo hasta llegar a la zona roja de la ciudad. Las calles eran iluminadas por enormes y llamativos anunción de luces neón, los bares tenían nombres extraños y hasta ridículos, mujeres en faldas cortas y tacones altos, hombres bien arreglados.

Jungkook se sintió medio enfermo de solo estar ahí.

—Mierda...– dijo Yoongi al ver pasar a un altísimo y musculoso chico bien bronceado y rapado. —Si las cosas se ponen feas usaremos a Jungkook como guardaespaldas–.

—¿Yo por qué?– se quejó el menor.

—Porque eres el mas atlético de nosotros, el mejor peleando y tienes mas posibilidades de sobrevivir a una buena golpiza que cualquiera de nosotros– enumeró Namjoon con calma.

—Haganme el favor de no meterse en problemas– pidió el menor porque en serio no estaba en sus planes entrar en peleas esa noche.

Los mayores ignoraron su petición. Namjoon estacionó el auto y finalmente se dirigieron a la entrada de la concurrida discoteca de cuyo interior salía una ensordecedora música tecno.

—Aquí tienes– Namjoon le hizo entrega de las llaves del auto —pongo mi vida en tus manos– y le sonrió cálidamente.

Jungkook rodó los ojos y los siguió hasta la fila de hombres y mujeres que esperaba para pasar al lugar. Un guardia gordo con cara de pocos amigos les dio el paso poniendo además una pulsera de color chillón en la muñeca de cada uno. Atravesaron un estrecho pasillo y al fin llegaron al lugar.

Todo se resumía en una enorme pista de baile, un DJ, una barra larga y como una docena de mesas esparcidas en fila contra la pared, había una especie de escenario con un par de tubos para table dance y desde ahí se distinguía un segundo piso.

—Por allá– exclamó Hoseok, alzando la voz para ser escuchado por encima del bullicio.

Jungkook siguió a sus amigos en medio de los cuerpos que se restregaban unos contra otros, los humos blancos que lanzaban las maquinas de vapores, las luces parpadeantes y el desagradable olor a sudor y licor entremezclados.

Se detuvieron frente a una de las mesas donde tres chicos en definitiva lindos aguardaban ya con bebidas en mano.

—Al fin llegan, empezaba a creer que se habían retractado– habló un castaño haciendo pucheros mientras agitaba la pajita de su piña colada.

—Perdón Seokjin– se disculpó Hoseok. —Pero ya estamos aquí, ellos son Namjoon y Yoongi–.

—Creí que habías dicho que solo serían tres, no invite a nadie mas– señaló Seokjin en dirección a Jungkook.

Good Intentions ♣ KOOKVWhere stories live. Discover now