Deja'Vu

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*11*

— ¡Príncipe Zeref, cálmese!

Una de las sirvientas corrió hacía él quitándole el jarrón que tenía en las manos, pues parecía dispuesto a lanzarlo y romperlo. El peli-negro bufó algo que la mujer no entendió por el extraño idioma en el que hablaba.

— Señora, disculpe. Yo me encargaré. — Habló con voz calmada el compañero del príncipe.

— Está bien. — La señora le entregó el jarrón y el joven lo colocó en su lugar observando a su amigo de la infancia.

— ¿Puedes calmarte un poco, Zeref? No puedes destruir todo el palacio. Tú cuarto ya es suficiente.

— Jellal. ¡Mis hermanos llevan desaparecidos una semana! Gajeel, Romeo y Lily no han dado ningún mensaje de su estadía. Sé que ellos aseguraron que son buenas personas, pero no puedo asegurarlo por mi cuenta. Meredy nos traicionó y sé que te duele, y tratas de no expresarlo.

— Meredy tuvo que haber tenido sus razones. — Respondió Jellal viendo mal a Zeref.

El peli-negro supo que se pasó de la raya, porque para Jellal Meredy era una niña a la cual debía proteger. Ese fue un evento que no podrían olvidar y nunca entenderían. — Lo siento. Tenemos que hacer algo. Las personas están comenzando a notar la ausencia de todos ellos y empezando a murmurar. No me preocupa eso. Me preocupan ellos. — Masculló el de cabellos negros.

— No ganamos nada alterándonos. — Suspiró Jellal. Zeref sólo dio un suspiró largo y pesado, que hizo sonar un poco su garganta.

.

— No tienen que hacerlo.

— No. Viendo todo aquello. Nosotros nos encargaremos de lo esencial.

.

— ¡Lord Entei! ¡Algo terrible ha pasado! — Exclamó un soldado entrando al despacho del hombre. Quien lo miró extrañado.

La familia real, incluyendo a Shiori y Jellal, junto a unos guardias ven confundidos como en todos los barrios pobres y algunas casas de clase media tienen las puertas manchadas de sangre, con palabras escritas en un idioma que sólo Shiori y Entei pueden reconocer, pero sólo la de cabellos rosas puede entender.

— Shiori. ¿qué dice? — Ordenó en voz baja Entei. Shiori sonrió para sus adentros.

— No lo sé Entei, no reconozco el idioma. — Pronunció con voz tranquila. Entei la fulminó con su mirada, pero la de cabellos no se sintió para nada intimidada.

<<La venganza es Dulce, maldito emperador Entei>>

El Emperador sabe que no mataron a nadie. Los de Alma Toran son personas casi puras. ¿Qué pudieron haber hecho en solo una noche? Además, parecía que todos han desaparecido por completo en esa zona. La zona a la cual Natsu y Juvia querían ayudar con tanto empeño sacrificando todo el oro que encontraban en los laberintos en sus misiones.

Natsu y Juvia...

— ¡Malditos malagradecidos! ¡Yo les di todo! ¡¿Por qué pagan de está manera?! — Shiori sonrió con satisfacción cuando vio el desastre que hace Entei en su despacho. — ¡¿Les devolviste sus recuerdos, maldita zorra?! — Vociferó Entei tomándola del cuello y estrellándola con la pared, pero ella no cambió su expresión.

— No lo he hecho. Tampoco los han recuperado. — Respondió con sinceridad. Gajeel es el más cercano a recuperar sus recuerdos, pero la gema aún no se ha roto, eso quiere decir que no lo ha hecho. Pero es algo que Entei no debe saber. — Considerando que la hija del Gran Rey SeHun Jehoahaz Abraham y LuHan está viva, ¿no crees que pudo haberles mostrado todo lo que pasó ese día? Con esa poca información, aún sin sus recuerdos, harán todo para destruirte.

A Round Trip LoveWhere stories live. Discover now