Golpe del Destino || H.E #1

33. "Cumpleaños"

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Suelto un bufido mientras deslizo mi dedo índice por la pantalla de mi teléfono, viendo todas las notificaciones deseándome un feliz cumpleaños. Hipócritas. Exceptuando a mis hermanos, mamá, Mel y algún que otro familiar con el que mantengo contacto, todos son unos hipócritas.

Observo que mi buzón de voz está lleno de mensajes de mi hermana, pero no me atrevo a escucharlos, considerando que ayer fue viernes y debe ser ella ebria como una cuba.

—Feliz cumpleaños.— escucho que susurran en mi oído. Giro sobre la cama y beso la barbilla de Matthew— ¿Cómo dormiste?

—Bueno, contigo a mi lado, dormí perfectamente.— hago una mueca por mis palabras y golpeo su hombro juguetonamente— Me haces ser cursi.

—Es parte de mis encantos.— besa mi cabeza y luego baja a mis labios, dejando un suave, lento y dulce beso— Te haré un delicioso desayuno de cumpleaños.

Asiento y observo como se levanta de nuestra cama. "Nuestra", esa palabra logra que un grupo de molestas mariposas se instale en mi estómago, bueno, considerando que hay una vida creciendo ahí, probablemente sólo sea el bebé. Ha pasado una semana desde que nos mudamos aquí, y ha sido una semana... interesante. Descubrí que Matthew y yo tenemos costumbres muy distintas, además de que instaló su estúpida consola de videojuegos y a veces grita tanto que siento la inquietante necesidad de golpearlo. Pero, fuera de las pocas -muchas- diferencias que tenemos , creo que lo estamos haciendo bien y deberían aplaudirnos por no habernos matado todavía.

Mi novio aparece en la puerta de nuestra habitación con una bandeja que contiene un vaso con jugo de naranja, un plato con huevos revueltos y tocino. Oh, mi delicioso tocino. Sonrío y me incorporo en la cama.

—Muero de hambre.— comento mientras tomo el tenedor y pincho mi alimento.

Gimo al sentir el sabor del tocino mezclándose con el del huevo revuelto y Matthew ríe.

—Idiota.— murmullo bebiendo mi jugo.

Una hermosa sonrisa se forma en los labios de mi novio, adoro que sonría. A veces pienso que todo esto es pasajero, que es demasiado perfecto y algún día se terminará. Suspiro, odio cuando ese tipo de cosas se cuelan en mi cabeza.

—¿Qué quieres hacer hoy?— pregunta, sacándome de mis pensamientos.

—Absolutamente nada.— su ceño se frunce y ruedo los ojos, sabiendo lo que se viene, creí que me había librado del drama por no celebrar mi cumpleaños cuando me fui de Estados Unidos.

—¿No celebras tu cumpleaños?— niego con la cabeza, intentando darle el mínimo de información posible— ¿Por qué?

Abro la boca, buscando alguna forma de contestar la pregunta, preparándome para los miles de reproches sólo porque no me gusta esta fecha. Mi teléfono suena antes de que pueda decir palabra alguna.

Salvada por la campana.

(...)

Me acomodo mejor contra el cuerpo de Matthew. Ambos estamos absortos en la película de ciencia ficción que se reproduce en la televisión. Cuando estamos a punto de saber por qué el personaje principal es tan especial, Matthew pausa la película. Gruño e intento alcanzar el control remoto, pero se estira y lo deja en el suelo, de su lado de la cama.

—No puedo dejar de pensar en que estamos viendo una película en lugar de celebrar tu cumpleaños.— ruedo los ojos y me separo para ver su cara.

—Estuve hablando con Ame, Thomas y mamá por dos horas, merezco un descanso.— intento explicar.

—Vamos, puedo...— piensa un momento sus siguientes palabras— puedo llevarte a París, vamos hoy, volvemos mañana.