El principio de todo

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-Milo necesito que bajes de inmediato a la Tierra y ayudes a una mujer que se encuentra en dificultades

-Sí, majestad!

El ángel se retiró rápidamente y descendió donde se le había dicho; siendo invisible a los ojos humanos le era muy fácil llegar a su objetivo...

Y allí estaba, una joven de hermosos ojos verdes estaba apoyada sobre una pared en un oscuro callejón y unos hombres le estaban robando; ella trataba de evitar que la tocaran y les daba todas sus pertenencias.

El ángel llegó justo a tiempo y evitó males mayores; la joven lloraba nerviosa y cuando Milo se corporizó, ella lo miró con agradecimiento antes de perder el conocimiento.

-¿Quién eres, mi ángel salvador?

Ella despertaba y veía a Milo a su lado mirándola con dulzura.

-Soy Milo, justo pasaba por allí y pude ayudarte

-No, tú eres un ángel, yo te he visto en mis sueños desde pequeña. Has estado conmigo toda la vida...

-No, sólo has soñado conmigo en estos breves momentos de inconciencia... ahora que estás bien, debo retirarme... un gusto haberte conocido

-Me llamo Shaina, quiero verte de nuevo por favor...

-Tal vez, otro día... ahora descansa... adiós...

El ángel no podía dejar de pensar en la bella joven, andaba sin rumbo y muy en su interior, sólo deseaba que ella lo llamase para volver a verla...

-Milo, quisiera volver a verte... sólo una vez más...

La voz de Shaina repercutió en el corazón del ángel y antes que lo pensara, ya estaba en camino al encuentro con ella.

Toda vez que podían se juntaban a hablar, empezaron a conocerse mejor y aunque Milo negaba que en realidad era un verdadero ángel, Shaina lo presentía y no le importaba en lo absoluto, todo lo contrario, lo encontraba atractivo y trataba de seducir al hombre que tenía frente suyo...

Así llegó el día en que los sentimientos y el deseo pudieron más que la voluntad del ángel y se entregaron al placer carnal.

Milo regresó al encuentro de Dios pero éste no lo recibió, fue Camus, quién llorando corrió hacia él y lo abrazó con fuerzas.

-¿Qué has hecho? Dios dice que ya no eres su ángel! No puedes entrar aquí...

Sus lágrimas mojaban la camisa de Milo pero éste sólo pensaba en Shaina y su hermosa sonrisa cuando lo besaba y le decía que lo amaba.

-Déjame en paz Camus! tal vez es lo mejor para todos; tú no lo entenderías nunca... ella es...

-No soy un niño, Milo! ella es humana y tenemos prohibido relacionarnos con los humanos! somos invisibles ante ellos, sólo intercedemos por necesidad pero sin dejarnos ver...

-Adiós Camus! Nos veremos pronto... todo estará bien, no te preocupes...

-No... Milo...- Camus suspiró derrotado. -Adiós amigo!

Y así, Milo se retiró del Paraíso, dejando a un joven ángel llorando su amargura por perder un amigo.

Angeles caídos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora