VIII. Ethan Prince.

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- ¿Quién es aquella chica del metro, Happy? –pregunto Tony Stark desde el otro lado de la sala de estar de su edificio.

Su, siempre jefe de seguridad, levanto la mirada de su periódico para posarla sobre el magnate mientras meditaba una respuesta.

- ¿Por qué la pregunta, señor? –pregunto con sutileza el hombre.

- Happy, tenía un no sé que, me parecía familiar.

El hombre lo miro extrañado pero recordó que el magnate era muy curioso y hasta no saber quién era aquella chica, no podría dormir en paz, así que se dispuso a trabajar.

Se levanto del sillón de cuero, dejo delicadamente doblado el periódico sobre la mesa de centro y camino hasta el elevador no sin antes decirle a su jefe que iría a investigar algo sobre la chica. Por último, salió de la Torre Avengers acomodando el saco de su traje.

New York estaba igual que siempre, agotador, lleno de tráfico y de humo de los autos pero igual ese no era el problema ahora de Happy, el problema de Happy se centraba en aquella chica. No la había visto personalmente pero que una adolecente causara curiosidad en el magnate era algo nuevo.

Debía traer algo entre manos. Pensó y toco la bocina del audi para que los autos de adelante aceleraran.

***

Kate.

Mire mi reflejo en el ventanal de la tienda cerciorándome de que mi ropa fuera algo presentable y retome mi caminata con Maya por el centro comercial. No, no estábamos de compras, solo era un lugar de distracción.

Había pasado una semana desde aquel suceso en el metro, aun estaban arreglando las infraestructuras que habían sufrido daños pero muy pronto el metro volvería a estar en excelentes condiciones.

Por nuestra parte, Maya había faltado estos días a la guardería al igual que yo a la preparatoria. Era por una parte bueno, ya que me ahorraba tener que ver sus rostros aburridos y largos en la preparatoria. Tener que ver a los que sentían lastima por mí al pasar tan trágico suceso y los sermones de que la vida me había dado una nueva oportunidad para salir adelante, progresar y realizar mi magnifico papel en la sociedad.

Si, quería ahorrarme todo eso. Quería salir de casa, caminar por la ciudad, mirar nuevos rostros, conocer nuevas cosas, escuchar conversaciones ajenas, sonreírle a desconocidos y alejarme de Stella.

La parte mala es que había estado esa semana sin ver a mis mejores amigos, solo hablaba por teléfono con ellos donde me contaban lo que habían hecho en el día, dicho y conocido. Sobre los proyectos que habían dejado y de cómo se veía Liz con su nuevo tono de labial. Era la peor parte de la conversación, Peter resaltaba cada que podía su terrible enamoramiento por la chica más popular de la preparatoria y mi papel como buena amiga me obligaba a tener que escucharlo, así mi corazón se estuviera destrozando.

- Quiero subir a los inflables –dijo Maya cuando entramos a la plaza de comidas donde al lado había una gran atracción para los pequeños.

Fruncí los labios, contaba con pocos dólares por el momento y teníamos que aguantar hasta el lunes, solo faltaba dos días pero era cuando Ethan Prince hacia su llamada.

- Maya, sabes que no tenemos mucho dinero y que si subes, no tendremos para comer –le dije inclinándome para estar a su altura.

Miro de nuevo la atracción y pude reconocer esa mirada triste, ese dolor en sus destellantes ojos azules.

Y por un momento me recordó a mí.

Me recordó a la Kate de 5 años que pasaba todo el día en un viejo apartamento mirando a los niños jugar en la calle desde la ventana. A la Kate que nunca tuvo juguetes nuevos, ni se subía a las atracciones de los centros comerciales. A una Kate sin amigos y sin infancia.

A una Kate sola.

Solo que Maya no estaba sola, me tenía a mí, tenía ese soporte que no tuve yo toda mi vida.

- Déjala subir, igual ya recuperaras el dinero.

Escuchar su voz era como esa luz que se abría paso entre las nubes negras y me iluminaba por completo.

Ethan señalo la atracción mientras Maya se escondía detrás de mis piernas. A ella nunca le agradaba su presencia y ¿A quién si? Lucia como todo un hombre que te hacía temblar al solo mirarte, ropa negra, tatuajes y una mirada penetrante.

- No me gusta que me abordes de esa manera –alegue viéndolo desafiante.- existe algo llamado celular, por si no lo sabías.

Tome a Maya entre mis brazos levantándola del suelo y la lleve hasta el inflable sintiendo la penetrante mirada de Ethan en mi nuca.

Cuando volví, tenía las manos en sus bolsillos y me ordeno seguirlo con solo mover la cabeza. Sin mirar atrás y con los zapatos de Maya en mis manos, seguí su camino hasta la salida de emergencia del edificio y cuando sintió que ya era seguro se giro.

- Mañana, media noche, Edificio White Throne.

Asentí sin mirarlo y acomode la manga de mi sudadera.

- No quiero que falles, Katherine, este golpe te dejara algo para darle a tu hermana más que caminatas por la ciudad –me acerco a mí y tuve que retroceder unos pasos.

- Tranquilo, grandote, se hacer mi trabajo –palmotee su pecho y él sonrió de lado.- además, quiero terminar esto rápido para no tener que seguir viendo tu asqueroso rostro.

Aleje su rostro con mi mano libre mientras que empezaba a caminar buscando la salida.

- ¡No olvides que si el cerebrito te sigue ignorando, aquí estaré! –grito a mis espaldas.

- ¡Recoge tu dignidad, hombre...! –me gire un poco.- y límpiate la baba, simio.

Ethan en multimedia.

Ethan en multimedia

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Golden Sun: FIRE LINE ❖ PETER PARKEROù les histoires vivent. Découvrez maintenant