Capítulo 23: La tumba de las amapolas.

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A la mañana siguiente, Flandre se levanta de su cama para cortar flores y llevárselas a la tumba de su madre y a la tumba de Aliza, que están cercanas al bosque y en el lago, además de la tumba de su padre. Se cambia de ropa de su bata de dormir a su vestido blanco con estampado de color rosa combinándolo con un listón azul en su pecho y unos zapatos del mismo color del vestido con una boina blanca pegada con un velo blanco. Luego de verse en el espejo, sale hacia el jardín, abre la puerta y observa que el paisaje ya no es invernal, sino más hermoso: la primavera ha sido bienvenida después de un frío, melancólico y triste invierno lleno de lágrimas, dolor, promesas lejanas y la muerte de sus seres queridos con la desaparición de la joven, por lo que ella no volvió a la Mansión por una extraña razón después de la discusión entre ella y Yukari y la muerte de sus padres enfrente de ella y su hermana. La niña agarra un ramo de flores que ella misma hizo con sus pequeñas manos y tres coronas de flores en modo de homenaje a la muchacha que llegó a la Mansión y sale al bosque para dejar sus obras maestras. Marta, una de las sirvientas de la familia, que siempre ha sido buena con las niñas desde que Flandre nació a diferencia de su gemela Maisha, quien es más cruel y fría de corazón, se compadece de la pequeña niña, ya que lamenta mucho al sentir que su amorosa señora y su más fiel señor murieron enfrente de dos niñas, en especial de Flan, ya que ésta es demasiado inocente para conocer ese tipo de muerte más macabra que ha visto. Marta siempre tiene unos hermosos ojos azules como el mar y el cabello negro como el azabache, mientras que su gemela Maisha tiene los ojos verdes como esmeraldas. La joven sirvienta la acompaña al bosque para consolarla, ya que siempre es amorosa y amable con todos.
Al ver a la niña en las tumbas orando a Dios para que estuvieran bien y con lágrimas en los ojos, Marta se acerca y la consuela como compasión y ternura en su corazón.

-También lamento mucho de lo que le pasó a sus padres, señorita- dijo Marta con lágrimas en los ojos al saber que la muerte literalmente no tiene cura para un corazón roto-. Ojalá me hubiera ofrecido sacrificarme por ellos, pero estoy segura de que ellos lo hicieron porque las ama. Yo también amo a ustedes y a mi familia; esa es la razón del porqué ya no estoy con mi hermana.
-Marta...-respondió Flandre con tristeza escrita en su cara y al voltear hacia la chica- ¿Por qué a veces la vida es tan injusta con las personas que sufren mucho? Yo extraño a mamá y a papá...
-Ánimo, Flan- añadió Marta al sentarse al lado de la niña y ponerle su mano en su cabeza-. Sé que ella siempre ha sido buena y justa quienes sufrieron mucho- y la abraza hasta observar las tres tumbas con melancolía y una profunda tristeza. Remilia, al ver a su hermana y a Marta visitando la tumba de sus padres y de Aliza, se acerca y decide acompañarlas para ver el lago.

-Señorita Scarlet, también lamento por lo que pasó esa mala noche; pero estoy segura de que pronto cambiará cuando esa misma joven tenga una familia y que seremos su familia- dijo Marta al ver a Remilia.
-¿Cómo lo sabes?- preguntó Remilia al escuchar sus palabras.
La sirvienta le respondió serenamente:
-Porque yo también fui testigo de que ella siempre platicó con usted desde que llegó aquí. No se preocupe, también la ayudaremos a salvarla y tener una esperanza a su más triste pasado. Ella siempre merecerá una vida justa y será una gran persona de un buen corazón, por lo que la declaro...inocente.
-Gracias por tu apoyo, Marta. Siempre has sido buena con nosotras y con mi familia- concluyó Remilia con una sonrisa triste en sus labios. La calma y el olor al perfume de las flores reinan en el bosque, ya que comienzan a mirar el paisaje del lago. El viento sopla suavemente en el lugar, haciendo un ambiente agradable acompañado del canto de los pájaros, la brisa primaveral matutina y los pétalos volando hasta tocar el agua. Desde que era niña, la señora del destino recuerda las palabras que Aliza decía antes de que muriera.

-"¿Sabes? Eres tan adorable como una niña pequeña"- esas fueron aquellas palabras que aparecieron en los labios de Aliza dibujando una inocente sonrisa. Como si no quisiera llorar, Remilia aprieta su labio inferior hasta sangrarse con la tristeza que siente en su alma.

Touhou Biological Clock. (TouhouMaria#1)Where stories live. Discover now