II

18.4K 2.8K 1.4K
                                    



9 de junio 2024.

No es que me guste o que sea mi pasatiempo favorito maldecir a Alison, pero no he parado de hacerlo en lo que va del día.

Cuando dijo que para la próxima salida invitara a mi novio para que lo conocieran, no pensé que sería tan pronto y tendría más tiempo para buscar una solución o, en su caso, a un actor.

Pero no, organizó su fiesta de compromiso a la cual me recordó invitar a mi novio; honestamente el tener pareja no se me pasó por la cabeza en ningún momento de mis cortas vacaciones, y no puedo decirle a nadie del pueblo que finja por mí porque aquí todos nos conocemos.

Esto de mantener una relación falsa realmente es agotador, al menos en la anterior sí tenía a un candidato que me siguiera la corriente.

Bueno, si él no llegaba —que por supuesto no iba a suceder— tendré la excusa del trabajo, aunque también tengo que pensar en un trabajo respetable para mi novio imaginario. Quizás puedo ponerlo de bombero o médico, ellos hacen guardias hasta en año nuevo, evitando que tenga que inventar más mentiras.

Entré en la casa de mi amiga sintiéndome un poco fuera de lugar con mi vestimenta —buen día en que se me ocurre usar pantalón—, todos traen algo de lo cual presumir; al menos mi blusa roja no tiene un estampado.

Caminé tratando de pasar desapercibida entre todas esas personas que conocía desde niña. ¿A quién quiero engañar? Solo quiero pasar desapercibida para mis amigas.

Aún no estoy lista para continuar con la mentira del novio falso. Necesito ensayar mis líneas para excusar su ausencia. Líneas que no he pensado siquiera.

«¿Por qué me metí en esto?»

Mi lengua y lo averiado de mi filtro metiéndome siempre en problemas desde momentos inmemorables.

—¡Christina!

Detengo mi huida. Alison me acaba de encontrar. Esbozo una sonrisa y me giro a su encuentro. Ella, como siempre, deslumbrante con su vestido azul metálico ceñido a su tonificado cuerpo, la melena rubia meneándose al ritmo de sus caderas, golpeando su espalda con sus rizos no naturales.

—¡Alison!

Se acerca a mí y me estrecha en sus brazos. Le devuelvo el saludo. Detrás de ella viene Jorge, con una fea camisa que hace juego con el vestido de su prometida. Hago un asentimiento hacia él a modo de saludo, no queriendo hacer un mal comentario sobre su vestimenta si abro la boca.

—¿Y tu novio?, ¿dónde está? —en sus preguntas y en la sonrisa de mi amiga no vi nada que no fuera total curiosidad y entusiasmo, mirando detrás de mí, buscando una cara desconocida.

En verdad se tragó completito todo el show.

«Comprobado: de actriz no me hubiera muerto de hambre».

—No ha llegado, dijo que tenía mucho trabajo.

Nuestras otras amigas no tardan en unirse a nosotros, saludándome de igual forma de efusivas. Vuelvo a pensar en mi vestimenta al ver sus lindos vestidos de colores oscuros. Siempre traigo falda o vestido, y hoy se me ocurre cruzarme con un pantalón en mi clóset.

Bendita vida que me hace fracasar siempre.

—¿Y el galán, amiga?

Resistí el impulso de voltear los ojos, en cambio, solo me encogí de hombros tomando un canapé de la charola de un mesero que pasaba por ahí.

—Trabajando, posiblemente no llegue —me lamenté, pero el sabor del aperitivo me hacía imposible poner una expresión triste.

—Chris —Jazmín pronuncia mi nombre con lentitud, colocando su mano en mi hombro—, te conocemos. Ayer te seguimos el juego, pero estamos seguras, o al menos yo, de que no tienes novio.

¿Enamorados? Imposible (Les amoureux #1)Where stories live. Discover now