Capítulo 23. Por fin una noche a solas 2.

1.1K 34 1
                                    

*Narra Raoul*

+ Mañana había pensado en que podríamos ir a mi casa y presentarte a mi familia.

Llevaba algunos días preguntándome cuándo sería el momento adecuado para que mi familia conociera a Agoney. No quería decirles todavía que éramos pareja, pero al menos quería presentarlo como un amigo y que se empezaran a llevar bien. La verdad es que mi familia le adoraba, pero no sabía si sospechaban algo de nuestra relación. Ya me lo preguntaron hacía un tiempo y les dije que solo éramos amigos, aunque creo que no soné muy convincente con mis palabras.

Agoney se había puesto pálido ante lo que le acababa de proponer. Definitivamente no se esperaba que le fuera a decir eso aquella noche. Quizás no había sido el mejor momento y debería haber esperado algo más de tiempo, pero ya no podía volver a atrás. Parecía que no le había hecho mucha gracia la idea, y como no me contestaba decidí seguir hablando yo.

+ Ago, ¿pasa algo? Pensé que querrías conocer a mi familia... - me sentía algo decepcionado. Si él no estaba convencido quizás fuera porque todavía seguía teniendo dudas respecto a nuestra relación.

- No... es sólo que todavía lo veo algo pronto, ¿no?

+ Pues no lo sé... No quiero decirles todavía que estoy con un chico, pero que mis padres y mi hermano te conozcan me haría mucha ilusión. Y además, a Sam ya le conoces y os lleváis muy bien. - 

Sam es mi primo. Ellos ya se habían conocido en la academia ya que era bailarín de OT y habían hecho muchas actuaciones juntos. Sam se había acabado enterando de que éramos novios y se había alegrado mucho por nosotros.

- Es que estoy algo nervioso... ¿Y si les caigo mal? ¿Y si la fastidio? Quiero que todo salga bien entre nosotros... 

+ Y yo también Ago. No les vas a caer mal, bobo. Te tienen mucho cariño y ellos también se mueren de ganas por conocerte. Hoy les había dicho que si mañana teníamos tiempo iríamos a visitarlos... Pero si no quieres les digo que no podemos, eh. No te preocupes ni te sientas presionado por esto.

- No no, mañana vamos a verles. Al fin y al cabo en algún momento tendré que conocerles. - concluyó finalmente con una sonrisa en la cara. Que él se presentara a a mis padres era un gran paso en nuestra relación y me sentía muy contento de que al final hubiera accedido a venir a mi casa.

*Narra Agoney*

Al final lo pensé mejor y me di cuenta que conocer a su familia no era tan mala idea después de todo. Quería que poco a poco me fueran viendo como alguien cercano hasta que Raoul se sintiera preparado para decirles que éramos novios, y esta oportunidad era la mejor para poder empezar con buen pie.

Me levanté decidido y me senté sobre sus piernas para abrazarle y empezar lo que llevábamos toda la noche posponiendo. Él seguía sentado en el sofá y me respondió con el mismo gesto de afecto y cariño. De repente se levantó y me cogió apretándome el culo para que no me cayera al suelo, llevándome en sus brazos y tirándome en la cama, sobre los pétalos. Acto seguido se abalanzó sobre mí y me empezó a besar pasionalmente. Nuestras lenguas jugaban sin parar y nuestras manos buscaban desesperadas el contacto con la piel del otro. 

Nos quitamos las camisetas como pudimos y Raoul empezó a lamer y a depositar besos y mordiscos por todo mi cuello y mi torso. Cada vez iba bajando más y más con sus movimientos hasta que llegó a mi pantalón, que no tardó en desabrochar y quitar junto con mis bóxers, dejándome indefenso y desnudo frente a él.

Me dirigió una mirada pícara para después volver a centrarse en mi cuerpo. Cogió con suavidad mi miembro y se lo introdujo de golpe en la boca, haciéndome estremecer. Cerré mis ojos disfrutando del placer que Raoul me estaba regalando con su boca y con su lengua mientras yo le acariciaba los hombros y el pelo para que siguiera y no parara. Iba aumentando el ritmo de sus movimientos y yo había perdido el control de mi respiración y de mis pulsaciones por completo. 

Estaba a punto de venirme cuando avisé a Raoul para que parara y yo pudiera tomar el control de la situación y tumbarme encima de sus caderas. Su piel ardía y cada beso que dejaba sobre su piel hacía que su deseo y sus gemidos aumentasen. Mientras tanto movía mis caderas de delante hacia atrás para excitarle cada vez más con el roce de ambos cuerpos. 

Le quité toda la ropa como él había hecho antes conmigo y empecé a dar pequeños besos por todo su miembro, observando cómo se estremecía con cada beso que le daba. Después empecé a meterlo y sacarlo de mi boca, sujetándolo con fuerza con ambas manos, mientras él me decía que siguiera con un hilo de voz entrecortada. A veces le oía gemir mi nombre, lo que me estaba poniendo mucho porque su voz era demasiado sexy y parecía estar en un sueño erótico. Me acerqué a sus labios callando todas sus palabras y volviéndonos a fundir en un pasional beso.

Los dos estábamos muy calientes y no podíamos más. Yo no estaba muy seguro de si Raoul ya se sentiría preparado para hacerlo conmigo o si preferiría que paráramos y esperar algo más tiempo, así que decidí preguntarle para que no hiciéramos nada de lo que él pudiera arrepentirse.

- Raoul, ¿estás seguro de esto? - suspiré intentando detenerme durante unos segundos.

+ Sí, hoy sí que lo estoy. Hazme tuyo ahora... - me susurró mordiéndome la oreja sensualmente y volviendo a besarme. 

Sabía que empezaba a estar nervioso después de mi pregunta, pero intenté tranquilizarlo con mis besos hasta que sentí que ya estábamos preparados para dar el siguiente paso. Le dejaría ser activo porque no quería que muriese en la primera experiencia sexual que tenía con un hombre o que se asustase y no se atreviera a volver a intentarlo. Me coloqué a cuatro patas y acabamos formando sólo uno, primero lentamente y al final de forma salvaje y dura hasta que terminamos abrazados y exhaustos en la cama. Seguimos acariciándonos y besándonos hasta quedarnos dormidos, desnudos y felices. No lo dudaba. Aquella noche había sido la mejor de mi vida...


Adicto a ti. Ragoney.Where stories live. Discover now