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A medida que la crisis en Estados Unidos empeoraba y la oposición en el Parlamento era más estridente, el Rey George III vio que iba a tener que hacer el papel de un rey patriota. Él nunca había sido un soldado; nunca había estado en América (ni había pisado Escocia o Irlanda). Los ciudadanos de su país apoyaban mayoritariamente las acciones del Rey. Pero sabía lo que había que hacer: se debía obligar a los estadounidenses a obedecer a la madre patria.

"No tengo dudas, pero la nación en general ve la conducta en Estados Unidos con su verdadera luz, y estoy seguro de que cualquier otra conducta, pero la obediencia compulsiva sería ruinosa y ... por lo tanto, ninguna consideración podría hacerme desviarme del camino actual que creo yo mismo estoy obligado a seguir ".

El rey George III escribió esto en una carta al Primer Ministro, Lord North. En la Cámara de los Lores, en marzo de 1775, se cuestionaron las posibilidades de que Gran Bretaña ganara la Guerra Revolucionaria. Lord Sandwich (estoy cacareando), primer señor del Almirantazgo dijo: "Supongamos que las colonias abundan en hombres, ¿qué significa eso?", Preguntó. "Son hombres brutos, indisciplinados y cobardes". Definitivamente no estaba solo en su fuerte opinión. El general James Grant, miembro de la Cámara de los Comunes, se jactó de que con solo 5.000 británicos habituales, podía marchar de un extremo al otro del continente americano y acabar con todo su "ejército".

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