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Siete meses de embarazo.

- ¡Thomas! – reí.

- ¿Quién es la princesa de papá? – le habló a mi estómago.

- ¡No te va a responder! – gruñó Connor jugando con su videojuego.

- ¡Vamos! ¿Por qué todos en esta casa son tan pesados?

- Porque la "Princesa" aún no habla – rió Tyler.

- Bien, no le hablo más. – bajó mi polera y puso la mano en mi estómago, cada vez que Thomas hacía eso, podía sentir pequeñas patadas.

- ¿Vamos a ir? – preguntó Tyler.

- ¡Sí, vamos! – chillé emocionada. Teníamos que ir a comprar ropa nueva para los gemelos.

- Necesito nuevos trajes – dijo Thomas parándose.

Me levanté con ayuda de Thomas y caminamos todos hasta la puerta.

(...)

La primera tienda que vimos fue para Thomas, habían miles de trajes con precios inigualables, era demasiado, uno de esos costaba lo que mi cartera y vestido salía.

- ¿Cómo es éste? – preguntó con unos pantalones negros.

- No la diferencia a ese y al anterior – dijo Connor.

- ¿Sam? – preguntó ignorando a Connor.

- El anterior, ese tiene unas cosas en las orillas y se ve mal – opiné.

- Bien – entró otra vez al probador.

- ¿Vamos a comprar la cama para Piggie? – preguntó Tyler.

- Sí, también una jaula más grande Hannah Montana.

(...)

- ¡Mira! – le mostré unas zapatillas a Connor.

- Que lindas – se emocionó.

- Y esto – subí la otra mano, era una corona de princesa.

- ¡Mira esto! – llegó Thomas con un biberón en forma de Batman.

- ¡Yo lo quiero! – dijo Tyler saltando.

- ¿No estás muy grande para eso? – dijo Thomas.

- Pero ella ya tiene muchos de esos.

- Ella no los va a querer.

(...)

Estaba esperando el momento en que las madres de los demás niños dejaran de mirar a Thomas.

Pero no llegaba. ¡Carajo!

Y lo seguían haciendo.

¿Qué ellas no venían a ver a sus hijos?

- Mira eso – dijo Thomas a mi lado apuntando la cancha.

- ¿Qué?

- ¿No estás mirando el partido? – rió – acaban de golpear a Tyler y Connor metió gol, son buenos.

- ¿Qué? Yo pensé que eran malos – fruncí el ceño.

- ¿Estás bromeando? ¡Son muy buenos!

- Tengo hambre – apoyé mi cabeza en su hombro.

- Oh... Sam, no iré a buscarte algo para comer. – bufó.

- ¡A la salida! ¿podemos ir a comer comida china? – Thomas asintió y siguió viendo el partido.

Papá por accidente. (TBS)Where stories live. Discover now