Ensayo y error

Todo queda entre amigos

Él era virgen.

Bueno, ella también lo era, pero en él resultaba más patético. Casi todo en él resultaba más patético.

Estaba afligido porque a sus 17 años jamás había besado a nadie. Cuando se lo confesó ella casi se atraganta con su jugo de la risa.
Kaminari no tenía muy claro porque había esperado una reacción mejor de ella, más comprensiva, más femenina...

Evidentemente jamás podría venir algo bueno de esa chica cuyo segundo hobby era burlarse de él (el primero era tocar el bajo) y sin embargo la seguía considerando su amiga.

— ¡Jiro deja de reírte! —le dijo cabreado.

—Lo siento... lo siento —dijo entre risas, aún medio ahogada intentando de recobrar la respiración—es que... — volvió a reír —siempre... tú siempre —trató de detenerse mientras se secaba una lágrima que corría por su mejilla, mientras se enderezaba — siempre te veo ir tras cada cara bonita que te encuentras, coquetearles y ser rechazado miserablemente... — dados a este punto Kaminari comenzaba a preguntarse seriamente porque eran amigos — siempre pensé... que alguna, aunque sea alguna habría picado... pero ya veo que no, subestimé al género femenino.

Kaminari no entendía como Jiro podía tener el descaro de burlarse de esa forma de él, cuando ella ni siquiera era considerada en las conversaciones masculinas, ella no era una miss universo, no es que pudiera venir a jactarse de lo patético que era él, cuando a ella nunca le había visto ni siquiera un chico interesado en ella, lo más probable es que él fuera el único, y era solo porque eran amigos.

—No sé ni para qué te cuento esto — Kaminari se cruzó de brazos molesto.

Jiro lo miró aún con una sonrisa en su rostro, él se veía bastante molesto, algo sonrojado, quizás por la vergüenza que le hizo sentir. Él le había confesado algo muy personal y vergonzoso de sí mismo y ella se había reído en su cara, pero ¿cómo no hacerlo? ¡Sí hasta ella había besado a alguien alguna vez! A los 12, años, en un estúpido juego, no lo había vuelto a hacer porque le pareció muy desagradable, el idiota de turno le baboseo la mitad del rostro en su intento frustrado de beso, le pareció tan desagradable que no volvió a repetir la experiencia, luego, años más tarde, simplemente no se dio la oportunidad, estaba demasiado ocupada con los entrenamientos de héroes, además de que ella no estaba dentro de las preferencias de sus compañeros, no era muy femenina, era lo que más repetían eso idiotas.

¡Bah! ¿A quién le importaba su opinión de todas formas?

Evidentemente no le contaría eso a Kaminari, ella era más reservada con sus cosas.

—¡Ok! ¡ok! Relájate, no te enojes... —dijo en un intento por tranquilizarlo.

—¿Cómo quieres que no me enoje si te estás riendo de mí de esa forma? ¡Eres una de las personas en las que más confío y tú te ríes de mi secreto en cuanto te lo digo! ¡Eres muy cruel Jiro!  

—No te lo tomes tan personal, me río de la ironía. 

Kaminari rodó los ojos —Te ríes de mi.

—Me río de la ironía de que sigues a todas las chicas y ¡aun no has besado a nadie! — volvió a estallar en carcajadas.

Kaminari empuñó su mano, no pensaba seguir tolerando esto —gracias por tu ayuda  —musitó molesto, le dio la espalda y se alejó de ella, pedirle ayuda a Jiro había sido una pésima idea ¿en qué habría estado pensando?

—¡Espera! —  Jiro corrió tras él, Kaminari se detuvo un momento, pero luego siguió caminando, seguramente seguiría riéndose de él.

—¡Espera! ¡Kaminari! 

Kaminari ni se inmutó.

—¡Denki!  —gritó su primer nombre y él se quedó inmóvil, era la primera vez en los 3 años que llevaban de amigos que ella lo llamaba por su primer nombre y no por su apellido. Se giró sorprendido.

Ella seguía mirándolo de forma risueña, debió suponerlo, seguiría burlándose de él.

—Puedo ayudarte.

Él la miró atónito, se preguntó de qué forma lo ayudaría con su problema, muchas veces, la forma en la que ella le brindaba apoyo no eran muy ortodoxas, y muchas veces eran un poco agresivas, como cuando lo pateo frente a esos villanos para que peleara con ellos, solo ahí descubrió que podía pelear también contra ellos sin lastimar a sus amigos, y que era bueno como arma paralizadora.

Ella enroscó su auricular izquierdo en su índice izquierdo, miró hacia un costado algo nerviosa, soltó una pequeña risita nerviosa y lo miró fijamente.

—Mírame a los ojos y acércate —le dijo bajando la voz, él  obedeció, ella se puso de puntillas soltó su auricular y acercó ambas manos al rostro de Kaminari, cerró los ojos y lo besó.

El corazón de Kaminari se aceleró inmediatamente, los labios de Jiro eran pequeños, como ella, y cálidos, se movían tímidos a través de los suyos, que seguían rígidos por la sorpresa.

Jiro lo estaba besando, Jiro estaba tomando la iniciativa, con él, aquella chica que se avergonzaba de todo hace 3 años atrás lo estaba besando ahora, en la azotea del colegio.

Movió sus manos rígidamente hacia su cintura, no estaba muy seguro que era lo que debía hacer en ese momento, pensó que ella lo ayudaría de una forma más teórica, no tan práctica, pero no es que se quejara, ahora sí que podía decir que había besado a alguien, más bien lo habían besado, pero esos detalles no suelen importar mucho.

Se separaron al cabo de unos minutos. Fue un beso un poco torpe, pero ninguno de los dos podía decir eso, eran demasiado inexpertos aún.

—Bueno —dijo ella sonrojada—  así se hace.

Él la miró como si viera a un alienígena.

—¡N-no me mires así! ¡idiota! 

—Jamás pensé que serías tan osada.

—Ni yo que serías tan virgen —dijo molesta y roja, se dio la vuelta para regresar a su dormitorio, pero él la agarró de la mano.

—Jiro —dijo mirándola seriamente y con un leve sonrojo en su rostro.

Ella lo miró con curiosidad.

—¿Podemos volver a intentarlo? 

Jiro no pudo evitar sentir un hormigueo en todo su cuerpo, aquel beso había despertado algo en Kaminari Denki y en ella también, pero no estaba muy segura a que puerto los iba a llevar, de todas formas, ellos seguían siendo amigos aún ¿no?