Los deseos de Verónica son bastantes peculiares. Al menos desde que se topó frente a frente con el prometido de su madre.
Verónica Malone pensó muchas cosas antes de meterse con su futuro padrastro, pero ella tenía deseos demasiados incesantes como...
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Vero salió del agua tirando su cabello hacia atrás.
-pero mira que vista.- Samuel elogió. Vero lo miró con una sonrisa.
-disfrutala mientras puedas.
La mañana en la piscina había logrado despejar a la mayoría de personas que se encontraban allí. Eran solo un grupo de "amigos" dentro de lo que cabía, pues al parecer habían algunos que no entraban en esa categoría.
La hermosa rubia llamada Queenie, acortado a Q por sus amigos, también estaba allí tomando el sol como cualquier adolescente normal en aquel patio, bajo la atenta mirada de Víctor.
-las voy a matar.- les dijo a sus dos primas mirándolas con gesto asesino.
-Q también es mi amiga, así que relajate.- Violet como siempre evadió a Víctor, quien ahora molesto.- no sé que tanto show es, estamos todos bien y ella es alguien de la familia, así que ubicate cariño.
El chico la miró con desdén para luego observar como la pequeña rubia mecía sus pies en el agua con tranquilidad y como su cuerpo estaba tapado solo con dos piezas de su traje de baño. Víctor no estaba acostumbrado a sentir ese tipo de atracción hacia nadie y se sintió molesto al no poder ocultar que le gustaba lo que veía esa mañana. Incluso gimiendo, con su cara de placer y mordiéndose el labio, la consideró en más de mil momentos que era alguien demasiado hermosa.
Víctor gruñó para sí mismo pero esto fue escuchado por las dos primas de su mismo linaje. Se miraron y vieron como Víctor Malone pensaba en diferentes cosas a la vez, según ellas. Lucía consternado, batallando contra algo en su interior.
-papá me dijo que quería invitarlos a todos a jugar un partido de polocrosse, especialmente a ti Verónica, dice que has sido una de las únicas que se ha escapado de sus garras en el juego.
Samuel le sonrió, y Verónica asintió lentamente.
-tengo mucho que no juego polocrosse, pero supongo que puedo partearles el culo a ti y a tu padre.- bromeó Vero.
-sería un placer que lo demostraras.- Samuel se estiró en la silla y pasó una mano por su nuca, para después acariciar su cabello.
Samuel era el mejor amigo de Víctor y siempre se llevaba bien con las primas por su personalidad encantadora y risueña. Coqueto de por sí, no ha hecho ojos ciegos a la belleza de las dos chicas, y más de una vez se les ha insinuado. Pero tenían tanto tiempo conociéndose que las chicas se dieron cuenta que no había un alma con la que Samuel no coqueteara, sea ya por belleza o solo por sexo de un día. Por lo menos él era claro en sus necesidades e iba a saciarlas sin muchos rodeos, era sincero y muy guapo a decir verdad.
-aunque mis tetas han crecido mucho desde la última vez que jugué polocrosse, no sé como haré para que no salten tanto.
-tranquila, yo te las sostengo.- la chica sonrió ante el chiste del idiota presente.
