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Trabajar para pagar tus mañas, tus gustos y tus excentricidades es para cualquiera lo más lógico. Es el caso de Jihoon que a sus 22 años debía ocupar su tiempo libre después de la universidad en un empleo de medio tiempo en quizás un lugar no muy digno de estar.

Jihoon era amante de los dulces, y el cine pero por sobretodo de la música, su pasión era coleccionar audífonos, guitarras, amplificadores y equipos de sonido, pero no tenía el dinero suficiente para seguir añadiendo aquellas cosas a su colección y por ende tampoco para mantenerlas, por lo cual sin muchas ganas y con dolor tuvo que vender algunas de ellas.

Por ello tuvo que buscar un trabajo que convalidara con su horario en la universidad, Jihoon cursaba tercer año en comunicaciones y producción así que su tiempo libre era escaso. Fue así que encontró empleo en la caseta del baño de un centro comercial, no era el mejor trabajo del mundo ni mucho menos había que esforzarse demasiado pero lo valía para poder seguir dándose sus gustos.

Era un fin de semana de mucho calor donde el centro comercial se llenaba de familia con niños pequeños revoloteando por todas partes, Jihoon odiaba eso a pesar de amar la música detestaba los ruidos agudos de los pequeños. Varias veces veía como las mamás llevaban a sus hijos al baño y varias veces veía como aquellas mamás los hacían entrar al que era de mujeres en vez del de niños, había una política que hablaba de ellos pero Jihoon no era muy riguroso en cuanto a ello y simplemente prefería hacerse el ciego. Fue en eso que llegó un muchacho alto y de cabellera oscura pudo notar que su edad no sobrepasaba la suya, este chico venía con una niña de unos 5 años que parecía ser su hija pues tenían las mismas largas pestañas, el dilema era que el chico no sabía qué baño era el adecuado para entrar

—Quiero que me acompañes —Le decía la pequeña al mayor haciéndole un puchero

—Lo haré pero tengo que pensar a cuál tienes que entrar —Se notaba su preocupación y es que en estos tiempos complejos donde los prejuicios están en el aire era muy fácil acusar a un adulto entrar a un baño con una niña sea el de mujeres o el de hombres.

Jihoon puso atención a la escena después de todo era lo más interesante que me había pasado a su día, disfrutaba ver la cara de confusión del chico pero sintió pena por la pequeña asi que decidió intervenir para ayudar

—Disculpe pero hay un baño para niños también —Señaló Jihoon con su dedo

—Lo ves Ji te dije que había solución —Aclamaba triunfante el pelinegro, Jihoon sólo bufó —Ve y yo te espero aquí

—Pero quiero que me acompañes —Jihoon ya sentía como perdía la paciencia y es que la fila se estaba llenando de personas esperando su turno

—Disculpe pero tiene que acompañar a su hija ella debe ir con un adulto —Habló el castaño

El chico asintió con nerviosismo y tomó la mano de la pequeña llevándola al lugar antes señalado, pasaron sus minutos preocupando a Jihoon por la demora y cuando por fin salieron pudo ver que la expresión de confusión del chico ya no estaba y ahora solo era felicidad, la felicidad de caminar de la mano de su pequeña hija.

Y así pasaron los días hasta que llegó el siguiente fin de semana Jihoon se preguntó si aquel chico volvería o que al menos pasaría algo tan interesante como lo fue aquella vez

—Hola —Escuchó una voz grave al unísono de una más aguda, levantó su cabeza y observó las caras conocidas de la semana pasada pero no saludó

—Un adulto y un niño por favor —Pagó el chico con una amplia sonrisa

Jihoon miró atentamente como entraban al baño de niños, él había pagado por un adulto y un niño pero solo estaban ocupando el de niño, se preocupó pensando en lo peor, quizás aquella idea que tenía en su mente no era tan tonta. Cuando la niña salió de la mano de su padre se acercaron a él muy felices Jihoon se les quedó mirando con mucha curiosidad

—¿Puedes hacerme un favor? —Habló el pelinegro sin esperar respuesta del mas bajito —¿Te puedes quedar con ella mientras yo entro al baño? —Y entonces las sospechas de Jihoon eran ciertas

—Disculpa pero no puedes confiar así en la gente, puedo ser un secuestrador o un pedófilo y llevarme a tu hija —Dijo algo alterado

—Eres muy encantador como para hacer eso —Dijo riendo el mayor y Jihoon pudo escuchar esa risa entrecortada que le hizo sonrojarse a más no poder —Te lo pido por favor son sólo cinco minutos

Terminó aceptando dejando entrar a la niña a su lugar de trabajo sentándola en el único asiento que tenía la caseta, por suerte no había gente haciendo fila

—¿Cómo te llamas? —Preguntó la pequeña sacándolo de sus pensamientos

—Jihoon

—Yo soy JiHu, se parece al tuyo —Pero Jihoon no tuvo expresión alguna, sólo se preguntaba cómo es que un chico tan joven tenía ya una hija quizás él no podría

Finalmente el chico alto salió, aún llevaba su sonrisa, miró a Jihoon para luego mirar a la pequeña, le tendió su mano y le agradeció al mas bajito

—Muchas gracias sabía que no eras todo lo quee dijiste recién

—No soy ese tipo de personas —Titubeó un poco distraído por aquella sonrisa que no quería desaparecer del rostro del otro muchado

—Se llama Jihoon —Dijo de repente la pequeña

—Gracias Jihoon espero verte la próxima semana

Jihoon no pudo decir nada, se pasó la semana entera pensando en que su armario debía tener un cambio, renovar su ropa, cambiar shampoo, incluso se olvidó que había planeado comprar sus equipos de sonido que necesitaba. Pero también pensaba en las palabras de aquel chico y su encuentro el proximo fin de semana, tal vez tenía visitas sólo esos dias con su hija y los aprovechaba en el centro comercial

—Hola —Escuchó las dos voces conocidas —Te traemos un poco de comida —Jihoon observó la caja enorme de papas fritas junto a una bebida que sostenía la pequeña

—Gracias pero no puedo aceptarlo

—Sólo es un regalo de nuestra parte, además Ji quiere entrar al baño —Jihoon asintió y aceptó la caja con la bebida

Salieron más rápido de lo que pensaba el chico pero esta vez el chico no tenía la expresión alegre que solía tener

—Por favor —Decía la pequeña con un puchero en su rostro

—Ji, siempre quedas muy sucia con las pinturas

—Por favor me portaré bien — Rogaba con sus pequeñas manos —Puedes quedarte con Jihoon mientras yo pinto

El chico terminó aceptando y tras un rato de asegurarse que la pequeña estuviera preparada para pintar se alejó, pues el puesto para pintar no quedaba muy lejos de la caseta de baño

—¿Es un día flojo verdad? —Le preguntó a Jihoon asustándolo un poco

—Es invierno y mucha gente prefiere no salir de casa — Contestó tratando de sonreír

—Yo soy mas de salir así los niños se distraen y conocen el mundo —Habló el mayor con entusiasmo y lo miró fijamente —Soy SeungCheol 

Baños públicos (JICHEOL)Where stories live. Discover now