Cap. 2

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Ambos adultos corrían entre la oscuridad y los árboles.

El castaño cargaba al menor quién solo lloraba ante el susto del movimiento tan violento que tenían sus padres.

Escuchaban como corrían tras de ellos para escuchar disparos.

Tony sentía que sería el último momento con su hijo.

— Mamá... Papá...

Escucho al menor con voz quebrada, tragó seco cuando se ocultaron entre un hueco de un viejo árbol, fue abrazado por el pelinegro quién solo cerro sus ojos.

— Sshh... Todo estará bien Fenrir...

Qué gran mentira...

No escucharon más ruido, el pelinegro salió primero y tras unos segundos llamo con voz baja al castaño.

Durmió al pequeño, siguieron caminando entre el silencio, la oscuridad y los árboles.

Iban agarrados de la mano con fuerza, como si tuvieran miedo de separarse.

Cuando pensaron que estaban a salvo, fue cruel la realidad.

No hubo tiempo, solo gritó cuando vio como una bala atravesar le el hombro.

— ¡Loki!

El pelinegro hizo una mueca, volteo y observó que venían varios hombres con el uniforme de Hydra.

— Corre... ¡Corre Anthony!

— Pero...

— ¡Yo estaré bien! ¡Tú vete y cuida de Fenrir!

No necesito oír más, con delicadeza depósito un beso casto en los labios del pelinegro y siguió su camino.

Nunca pensó como acabaría así.

Encontró un escondite, tras el río había una pequeña cueva y dentro de ella trató de tranquilizar su respiración, miro al pequeño pelinegro entre sus brazos quién le observaba buscando al otro adulto.

— ¿Mamá?

Escucho su pequeña voz, trato de no llorar ante la mención del otro, abrazo con fuerza y a la vez con suavidad.

¿Cómo acabó así?
Fácil...

Habían pasado ya 2 años en donde tuvo a Fenrir, 2 años en donde estuvo viviendo en paz, alejado de la gran sociedad, de los vengadores, de Steve.

En ese tiempo, como fue la promesa de Loki, regreso.

— Fenrir... ¿Es hijo tuyo y de Thor?

Le pregunto una noche en donde estaban sentados en el patio de la cabaña, el pelinegro no menciono nada. Estuvieron en silencio durante segundos hasta que hablo.

— En Jötunheim no hay hembras, los hombres podemos procrear vida... Yo soy diferente de los otros, tú mismo lo comprobaste esa noche. Yo solo quería sentir una vida dentro de mí y no hubo otro que Thor...

— ¿Él lo sabe?

— No... Yo lo hechicé, él para ese entonces ha estado con la mortal Foster y solo tener a Fenrir fue mi intención... Pero el viejo de Odín lo descubrió, mando a que me matarán junto al bebé y como resultado llegue a Midgard y te entregué a mi hijo.

El castaño solo quedo en silencio, sonrió leve para poner su cabeza en el hombro del pelinegro quien le miró con una ceja alzada.

— ¿Qué estás...

— Cállate que despertarás a Fenrir y me costó mucho para que se durmiera...

Loki no dijo nada, solo río para si mismo.

Lo sabía, sabía que Tony estaba roto...

Él también lo estaba.

Nunca definieron su relación, pero siempre se demostraban el amor que se necesitaban.

Hasta una noche.

Oían gritos de terror mientras bajaban al pueblo por cena, cuando estuvieron lo demasiado cerca Tony solo quiso ahogar el grito.

El fuego consumía todo a su paso, la gente amable que siempre saludaba estaban tirados muertos en el suelo.

Loki solo le abrazo tratando de que no viera y tuviera un ataque de ansiedad.

Escucho un hombre gritar para comenzar a ver a varios hombres de Hydra.

Lo único que hizo fue agarrar la mano del castaño quién cargaba al menor para correr del lugar.

Ahora, veía la luz del sol salir. Arrollo bien a Fenrir en la colcha verde para pegarlo con fuerza a su pecho.

Salió sigiloso y con cuidado en caso de que todavía estuvieran buscándole.

Corrió hasta su cabaña, en caso de emergencia tenía un guante del traje.

Al llegar entro con silencio y fue directo a su habitación que compartía con el pelinegro.

Pero una voz le detuvo antes de entrar.

— ¿Tony?

Abrió sus ojos con temor, volteo lentamente y sintió como sus lágrimas trataban de salir.

Frente a él había un hombre castaño con barba. Le reconocería donde fuera.

Frente a él, estaba Steve.




















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