Capítulo 4

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—Yo digo que el vestido sea ajustado, así remarcará tu hermosa figura —opinó la Reina quien estaba al lado de Will al cual le estaban tomando medidas— y con una hermosa cola de sirena —agregó.
—¡Soy una tabla! ¿Que voy a lucir? —exclamó, Will recordó que el vestido no podía ser ajustado ya que algo más se le marcaría al usarlo, así que agregó— Yo pienso que sea uno tipo princesa —opinó.
—Pero cariño, tú eres una princesa, ¿No estás cansada de usar ese tipo de vestidos? —preguntó la Reina.
—No, me gustan, ya sabe, uno que este esponjoso, si quiere se podría marcar la cintura —dijo mientras posaba sus manos en sus caderas.
—Me parece bien, igual, es tu boda, tienes que sentirte bonita —dijo su futura suegra con una sonrisa.
—¿Cómo está mi amada? —preguntó un feliz Mike mientras se asomaba por la puerta.
—¡Mike! Tú no debes de estar aquí ¡Lárgate! —exclamó la Reina mientras le tiraba un zapato.
—¡Hey ese zapato es mío! —se quejó Will mientras hacía una expresión de confusión.
—Lo siento cariño —dijo Mike desde afuera de la habitación y pasaba su brazo por la puerta para tirar el zapato de vuelta.
—¡Largo de aquí Wheeler! —exclamó el pequeño.

Después de tomarle las medidas se dirigió a la habitación de Mike, ya que compartirían cuarto está noche. Will se tiró a la cama de boca bajo, se sentía muy cansado, habían sido demasiadas emociones para un sólo día.

—¡Oh! Cariño, ya llegaste —dijo un Mike quien recién estaba saliendo de la ducha con una toalla atada a la cintura, mientras secaba su cabello con otra.

Will se quedó embobado viendo al príncipe, sabía que el príncipe era muy atractivo, pero verlo de ese modo, por Dios, era demasiado sexy para su propio bien, el mismo Will sentía que si no lograba apartar pronto la mirada, este terminaría babeando ahí mismo.

—¿Cómo te fue? —preguntó el príncipe mientras se acercaba, Will tragó saliva, se sentía demasiado incomodo con la situación.
—B-bien —dijo mientras se levantaba lentamente de la cama—, y-yo... —decía mientras daba pasos atrás para alejarse se Wheeler, hizo una pequeña pausa mientras pensaba en una perfecta excusa para poder salir de la situación—. V-voy... A la ducha —dijo de una manera rápida y dirigiéndose al baño.
—¿Quieres que te acompañe? —preguntó Mike coqueto.

—Ni en tus sueños —dijo Will mientras se volteaba y se encontraba al príncipe en frente de él, el pequeño se asustó que le dio un golpe en su pecho y se fue corriendo para que Mike no lo siguiera. Él príncipe sonrió ante su acto del pequeño y fue a vestirse.

Will se metió a la bañera, estaba relajándose y disfrutando ese momento que tenía a solas consigo mismo.

—¡Mierda! —exclamó sobresaltado.
—Mi amor ¿Estas bien? —preguntó un preocupado príncipe desde el otro lado de la puerta.
—Si, solo que no tengo ropa —dijo Will mientras se incorporaba y salía de la bañera.
—Iré por ropa, quédate ahí —dijo el príncipe mientras se despegaba de la puerta.
—¿A donde más iría? —respondió Will sarcásticamente.

El príncipe se fue corriendo a buscar a su madre para pedirle unas prendas.
—Hasta que te encuentro —dijo mientras tomaba del hombro de la mujer.
—¿Qué?, ¿Qué pasa? —dijo mientras volteaba a ver a su hijo.
—Necesito ropa de chica —dijo con la respiración agitada, ya que corrió por todo el palacio.
—Mira hijo, no sé que raros fetiches tengas, pero estas a nada de cásate así que  t... —el príncipe la interrumpió.
—¡No para mí!, para la princesa —exclamó algo sonrojado, ¿Enserio era eso lo que tenía su madre en la cabeza?.
—¡Oh! Claro —dijo ya entendiendo, se dirigió a su habitación y sacó una bata para dormir—, aquí tienes —dijo entregándosela— por cierto, ¿Cómo se llama?, Mañana es la boda y no sabemos ni su nombre.

—Esa es una buena pregunta, y la respuesta es que no tengo ni la más remota idea, solo sé que la amo —respondió el príncipe tratando de sonar romántico y que su madre no lo sermoneara por lo distraído e idiota que había sido al no preguntar.

—Deja de decir estupideces, ¡Pregúntale! —exclamó la Reina, de verdad no sabía que había hecho mal con ese chico, Mike se fue del cuarto con una sonrisa algo avergonzada en su rostro.

—Aquí esta, cariño —dijo entrando a la habitación y dirigiéndose a la puerta del baño, Will entre abrió la puerta y sacó su mano, Mike le entregó la bata y el pequeño cerró la puerta.
—Gracias —dijo desde el otro lado de la puerta.
—No hay de que, mi amada —respondió.

—¿Puedes dejar de decir esos estúpidos apodos? ¡Ya me tienes arto con eso! —rezongó, a Mike le pareció tierno y sonrió, aunque la verdad es que Mike no solo usaba los apodos porque amaba a su princesa sino que eran un modo de ocultar el hecho de que no conocía el nombre de esta, sin embargo era verdad que los apodos molestaban a Will quien no los quería debido a que lo hacían sentir incómodo y estos le provocaba cierto miedo a enamorarse del apuesto príncipe.

Cuando salió de la ducha se encontró al príncipe ya acostado en la cama, el cual estaba esperando por el pequeño para dormir.

—¿No iremos a dormir juntos? O ¿Sí? — preguntó Will al no ver otro lugar donde acostarse.
—Claro, en mi cuarto solo hay una cama —respondió obvio.
—Pero aún no estamos casados eso no es correcto —rezongó el menor, de verdad que no se sentía listo para eso, más aún porque al estar juntos podría ser descubierto antes de tiempo y él aun guardaba un poco de esperanzas de poder escapar de ese matrimonio antes de consumarlo.

—Lo siento es la única cama y como te dijeron todas las demás habitaciones ya están ocupadas —dijo el príncipe.
—Es un castillo enorme ¿¡Cómo es posible que no haya disponible aunque sea una cama!? —exclamó el pequeño, el cual estaba confundido.
—Bueno, varias las ocupan la servidumbre y los caballeros, pero el motivo por el que el castillo se encuentra a reventar es por muchos de los invitados a nuestra boda —respondió el príncipe.
—¡¿Cómo que invitados ?!, si apenas me rescataste hoy al medio día —exclamó, Will se encontraba asombrado con ese hecho.

—Bueno ¿Qué te puedo decir?, mis padres ya tienen mucho tiempo planeando esto, así que desde esta mañana que me fui a buscar a una princesa ellos empezaron a hacer llamadas y a publican en sus redes sociales que me casaría —respondió encogiéndose de hombros.

—¿Y qué hubiera pasado si a la princesa que encontraras se negaba a casarse? —pregunto Will recordando a su princesa y a él mismo en un principio.
—Por favor como si alguien pudiera resistirse a esto —contesto el príncipe arrogantemente mientras hacía un ademán con sus manos para señalarse entero.

Will rodó los ojos antes de resignarse a que tendría que compartir la cama con el príncipe, por lo que se acostó al otro lado de esta dándole la espalda a Mike, no paso mucho para que este sintiera unos fuertes brazos rodeando su cintura y apegarlo a un cuerpo.

—¿Te gusta ser la cuchara pequeña o la grande? —preguntó él príncipe.
—Y-yo... No me gusta hacer la cucharita —dijo separándose de Mike.

Will miró al techo y Mike se alejó de él, no quería incomodarlo más, de momento el pequeño pensaba en las acciones del príncipe y se dio cuenta que él no tenía la culpa de toda esa confusión, todo era culpa de su princesa por abandonar la torre y bueno parte de la culpa también la tenía él ya que no estaba haciendo nada por resolver el mal entendido, en ese preciso momento no pudo evitar sentirse mal  por tratar al mayor de esa manera tan fría, y  ya que de momento no tenía escapatoria no le quedaba de otra que tratar de aprender a amar a su futuro esposo, aún que en la noche de bodas todo se viniera abajo.

Mientras Will pensaba en todos sus infortunios alcanzó a percibir un agradable aroma, siguió el grandioso olor con su nariz hasta toparse con el pecho de Mike, su aroma era inexplicable y lo mejor es que no provenía de un perfume o alguna fragancia, el pequeño quiso arreglar las cosas con él y a la vez quería sentir ese aroma más de cerca, se acercó al príncipe y pasó su brazo por la cintura de este y dejó caer su cabeza en su pecho. El príncipe se sorprendió ante el acto de su princesa y sonrió satisfactoriamente, parecía que finalmente empezaba a ganarse su amor.

Esto era cómodo, tal vez no iba a ser difícil acostumbrarse a esto, a ambos les gustaba estar de esta manera y Will ya empezaba a sentir esa leve atracción hacia Mike, pero eso no evitaba el miedo del menor de que cuando el otro descubriera su secreto este llegara a odiarlo.

¿Mi Princesa? // BylerWhere stories live. Discover now